Backstage Queens [pausada]

𝑨𝒍𝒎𝒐𝒔𝒕 𝑭𝒂𝒎𝒐𝒖𝒔

—¡Nikki!— escuché una voz chillona a mis espaldas.

Me detuve en medio del pasillo atestado de estudiantes y giré sobre mis talones, encontrándome con Ana, una chica de mi clase. Se podría decir que es una estudiante cualquiera, no pertenece a los populares, pero tampoco a los marginados. Y en cierta manera, me cae bien, es amable.

—¿Me darías tu autógrafo?— inquirió a modo de suplica, con la revista de Rolling Stone entre sus manos.

¿Yo? ¿Un autógrafo? Nunca creí llegar a esto, me sentía muy emocionada y también confundida.

Nuestro artículo para Rolling Stone tan solo constó de dos páginas con unos cuantos párrafos y tres fotos, pero para nosotras fue más que suficiente y no estuvo nada mal para ser el primero. Además, lo mejor de todo es que conseguimos una pequeña fama. En Instagram, pasé de tener doscientos seguidores a tener casi tres mil, no es mucho, pero por algo se empieza ¿no?. En cuanto a las críticas, ha habido pocas e intentamos no prestarles atención.

—Claro— respondí dudosa. Tomé la revista, la abrí en nuestro artículo y autografíe sobre una de las fotos con el marcador plateado.

Ana parecía bastante emocionada, y siendo sincera, no entendía su emoción por un autógrafo de una simple groupie como yo.

En cuanto cerré la revista y se la entregué de nuevo a Ana, un par de chicas populares aparecieron en el pasillo y se detuvieron junto a nosotras, escudriñandome con la mirada. En ocasiones suelen molestarme, y siempre me defiendo, no es nada nuevo para mi.

—¿Disfrutando de tu nueva fama? ¿No te da vergüenza conseguirla a base de acostarte con hombres mucho mayores? Das asco, Nikki— dijo una de ellas, la verdad no recuerdo su nombre, pero si la reconozco, en especial a su horrible cabello negro hasta la cintura y sus cejas mal maquilladas.

—Eres una prostituta, básicamente— dijo la otra, soltando una risa.

Rodé los ojos y me despedí de Ana, quien se alejó casi corriendo por la situación tan tensa.

—¿Qué?— pregunté mirándolas cara a cara, sin miedo alguno. —¿Les da envidia que yo si puedo acostarme con hombres famosos y guapos? Apuesto a que si, ustedes se conforman con los niñitos de esta asquerosa escuela.

—Jamás le tendríamos envidia a una cualquiera como tú.

—Si, claro— dije con sarcasmo, rodé los ojos otra vez y les mostré mi dedo corazón, para después darme la vuelta y alejarme de ahí.

Escuché los murmullos de ellas a mi espalda, pero no me podrían importar menos sus estúpidas opiniones sobre mi, ni mucho menos perdería mi tiempo para volver y discutir con ellas.

Salí de la escuela abriéndome paso entre todos los demás estudiantes caminando o platicando a mitad del pasillo. Conecté mis audífonos a mi celular y comencé a reproducir el álbum The New Abnormal, lo nuevo de The Strokes.

También contesté unos mensajes de Brandon que había estado evitando desde hace horas. No ha pasado nada malo entre nosotros, es lo mismo de siempre, y para ser sincera, en ocasiones me aburre. Desearía que Brandon fuera más como esos rockstars desenfrenados, pero es todo lo contrario, prefiere quedarse en casa pasando tiempo con su familia y orando, o lo que sea que haga en su religión. Da igual, no lo juzgo.

Mientras escribía las últimas palabras y le enviaba stickers, sentí una mano posarse sobre mi hombro derecho.  Mi corazón se aceleró y volteé a la defensiva, por un momento creí que serían las chicas que me odian, pero me relajé al instante en cuanto vi que solo se trataba de Alexa.