Kim es una estrella de rock que renunció a todo por la fama, su vida iba "bien" hasta que una noche después de lanzar su último concierto colapsa.
"¡Tráelo Nam! ¡No importa que me odié, trae a Jungkook!"
"Ten cuidado Jungkook, siento que ya no soy...
"Es que no entiendo... ¿En qué chingados estabas pensando V?" El rubio estaba molesto, claro que lo estaba, después de casi un mes Taehyung se había aparecido por la compañía, únicamente venía a ponerse al día, pero resultó contraproducente cuando entró a la oficina de Namjoon.
"Y-yo... no quería que esto pasara..." El pelirrojo murmuró bajito como si temiese que sus palabras contribuyeran al enojo del moreno.
"Acabo de salir de la junta de consejo Taehyung, están más que emputados contigo y te juro que metí no solo las manos si no hasta los pies al fuego por ti, salgo y me encuentro con esto ¿Tanto me odia Jungkook?" El pelirrojo se molestó ante la mención de su novio.
"¡No a Jungkook no lo metas en esto!" Taehyung tomó nuevamente la Tablet entre sus manos, jodido Kim Seokjin.
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"No entiendo porque le dan tanta importancia, esa foto tiene alrededor de quince días, no fue hoy, tal vez si fue como a las 3 am, pero..." El pelirrojo hacía memoria para recordar los detalles de ese día.
"El punto no es ese Taehyung, el punto es te tomaron una foto con Jungkook, ahora está por todo internet" El rubio habló con rudeza y tajante ante el asunto, se desplomó en su silla tras el escritorio y masajeo sus sienes con fastidio.
"Yo... lo siento Nam" El pelirrojo agachó su cabeza con tristeza.
"Solo ve a casa ¿sí? Quédate allí con Jungkook hasta que yo arregle todo ¿ok?" Namjoon juntó sus manos en una señal de súplica que para el pelirrojo no pasó desapercibida.
"Lo haré, me llamas después" Sin decir más Taehyung se levantó de la silla y salió en silencio de la oficina.
Una vez solo en su oficina Namjoon se reprendió, no planeaba ser duro con el pelirrojo pero el estrés le iba a matar de a poco, hacia todo lo que estaba en sus manos para evitar que esas dagas que se disfrazaban de críticas y comentarios llegaran a atacar el alma de su adorado amigo, había sacrificado todo lo humanamente posible por mantenerlo resguardado en una caja de cristal, una que le permitiera ver el mundo, pero que lo mantuviera alejado de él, nunca contempló que si esta caja se rompiese los cristales caerían sobre el chico y eso es algo que él jamás podría evitar.
De su escritorio tomó sus pertenencias y se adelantó rápidamente a la salida antes de cualquier llamado lo retuviera en alguna junta o algo similar.
Por primera vez en mucho tiempo siguió a su corazón, ese que había dejado de escuchar hace mucho, porque odiaba actuar con él, la gente solía culpar de sus desafortunadas decisiones a ese estúpido órgano siendo que son las personas las que se equivocan, recordó tanto a esa persona.
"Joonnie... tú jamás escuchas a tu corazón, pero no te preocupes lo haré latir tanto que te será imposible ignorar su presencia"
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"¡Ya le dije que no puede pasar!" Levantó la vista de los diversos papeles que leía cuando la puerta de su oficina se abrió y su mortificada empleada trataba de sacar al rubio el cual se mantenía estático en su lugar a pesar de los ligeros empujes de la chica.
