CAPÍTULO 1🐺

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El sol brillaba más que ningún día de la última semana, no había apenas nubes y las que había creaban esa atmosfera agradable que tanto le gustaba. El viento era el mínimo y los pájaros descansaban en cualquier árbol cercano, siendo amigables.
Definitivamente era un día perfecto para cargarse a esa bestia.

—Demonios, ¿qué mierda crees que estás haciendo? —gritó Jongin, el jefe de la brigada.

Aquella brigada de guardabosques no era normal, en ningún sentido. Partiendo de que era la brigada oficial del gobierno, digamos que la que se encargaba de las cosas "chungas de cojones"; como solía decir Baekhyun.

La mayoría de los que pertenecían allí ni siquiera poseían un título universitario o algo similar, aquellos habían sido entrenados desde adolescentes por el ejército gubernamental. Niños huérfanos, sin familia, sin nada que los alejase de su "libertad" y que, por supuesto, eran grandes ejemplares de caza y de lucha. Por eso mismo se llamaban como brigada, porque eran militares y armas humanas.

Todos los que yacían en aquel lugar, en mitad de aquel enorme bosque que parecia jamás tener final, se habían decidido por los peligros de la naturaleza. No es para broma, enfrentarse a un maldito oso de setecientos quilos sin armas, era casi una odisea.

En los casi diez años que Suho llevaba trabajando oficialmente en aquella brigada, se había percatado de que si tuviese que definir todo lo que lo rodeaba o aquello a lo que se tenían que enfrentar día a día, definitivamente no utilizaría la palabra "normal".

—¿Tú que crees? —río en la cara de su jefe. —Voy a matar a esa bestia de una vez por todas.

—Estás majareta de huevos si piensas que voy a dejar que vayas solo. —El jefe habló con voz dura, comenzando a exasperarse.

—Tú tampoco estás muy cuerdo si piensas que voy a hacerte caso. Aquella maldita cosa ha matado a cinco compañeros en las últimas dos semanas. No pienso dejarlo ni un día más con vida. —Casi gruñó cerrando con fuerza el maletero que recién había llenado de armas y munición.

—Es por eso mismo que no puedes enfrentarte a esa cosa tú solo. ¡Mierda Suho! Esto es prácticamente un suicidio.
—Intentó tomarlo del brazo al ver que iba a montarse en el coche.

—Entonces moriré sabiendo que asesine a la bestia que se cargó a mis compañeros. Ahora deja de joder y suéltame. —Tiró de su propio brazo con fuerza soltándose del dificultoso agarre.

—Te despedirán o yo lo haré. —El castaño lo enfrentó impidiendo que cerrase la puerta. —El gobierno no nos ha dado ninguna orden, sabes que no podemos actuar sin la maldita orden de los huevos. Si te vas ahora y el presidente llama...

—Si el presidente llama puedes decirle que me chupe un huevo o mejor, le dices que me he ido de putas a las que él mismo me recomendó. —Interrumpió a su superior ya perdiendo la paciencia.

Jongin sabía que a ese punto ya no podría detenerlo. Suho era uno de los cuerpos más fuertes de aquel equipo, de hecho, uno de los que más tiempo pasó entrenando y que, nadie sabe por qué, se negó a subir al puesto de jefe de brigada. Aunque Jongin sospechaba que no lo aceptó porque aquello le quitaba la mínima libertad que poseían. Suho era un alma libre y justo como ahora, había desafiado a sus superiores multitud de veces, pero nunca había fallado y esta vez no sería distinta.

—Confía en mí. Volveré mañana antes del amanecer con la cabeza de esa bestia en mi maletero. —Jongin asintió sin nada más que decir y se alejó del coche viendo como su compañero cerraba la puerta y desaparecía por el sendero.

Los rumores comenzaron cuando un guardabosques local desapareció hace tres semanas. Él y su compañero realizaban su turno de tarde cuando el último se giró sobre sí mismo y su compañero ya no estaba junto a él. Lo buscó por cerca de tres horas, por todas aquellas zonas que conocían y que registraban a diario. Pero el hombre había simplemente desaparecido, sin ruido, sin huellas, sin absolutamente nada que ayudase a poder encontrarlo.

BESTIA 》 Seho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora