La tarde de aquella víspera de año nuevo era poderosamente fría, tanto como para congelar no solo tu cerebro, sino tus huesos pero eso para dos almas con motivos diferentes a estar alejados de aquellas festividades navideñas pero con un único destin...
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Una figura masculina vagaba por las frías y congeladas calles del centro de Seúl, aquel chico de tan solo 25 años de edad, el cual minutos atrás había salido de su trabajo completamente intranquilo y sumido en una marea de pensamientos que no le permitían ver con claridad entre tantos de ellos.
Kim Taehyung, un apuesto hombre con un gusto refinado pero con un corazón noble y benevolente el cual trabajaba para una de las asociaciones de cuidado de personas mayores, salía a altas horas de su trabajo.
Si, a pesar de ser víspera de año nuevo, nunca dejaba de asistir a aquel lugar.
Desde la partida física de su abuela, se había dedicado en cuerpo y alma a llevarles felicidad a las personas de mayor edad. Era un chico entregado y algo inocente dentro de aquel mundo lleno de monstruos despiadados.
Solía vivir con su abuela y fue hasta hace un año que quedo completamente solo en este mundo, no tenia a nadie más que a si mismo.
Era una persona completamente solitaria, siempre lo había sido ya que desde pequeño le toco madurar y ser alguien independiente, el cual correría con responsabilidades solo para ayudar a su mantenimiento y a la salud de su abuela.
Actualmente se sentía un poco agotado pero sobre todo sentía una inmensa tristeza porque esta en el pasado, era una de sus épocas favoritas pero en la actualidad solo la aborrecía y la sentía sin alguna clase de sentido.
No tenía a nadie con quien compartir, el estaba y se sentía completamente solo.
Kim Jisoo, por su parte salía completamente apurada de su trabajo, estaba exhausta y con unas terribles ganas de llorar.
Aquel día había sido tan frustrante que solo quería llegar a su casa, meterse en su mejor pijama de navidad y tomar un par de copas de vino hasta finalmente dormir y acabar con aquello.
Desde que se había mudado fuera de la lujosa vida de sus padres- la familia Kim- se había matado para tener sus propias cosas e independizarse completamente de ellos.
Era una mujer atractiva pero sobre todo trabajadora y aunque su nivel de vida cambio después de salir de la casa de sus padres, nunca desistió en obtener lo que tenia ahora, un pequeño departamento el cual era de su propiedad desde hace más de tres meses.
Su trabajo era bien remunerado pero la intranquilidad era parte de su vida y eso era algo que la atormentaba día y noche.
Lo había meditado mucho, el dejarlo era algo que en muchas ocasiones no dejaba su cabeza pero sabia que para ello debía buscar algo igual de bueno y así poder cubrir sus necesidades.
Y aun esa oportunidad no estaba, por lo cual debía seguir aguantando al obstinado de su jefe.
Aquella tarde, Jisoo se sentía algo desanimada. Sabia que víspera de año nuevo seria algo que no podría festejar porque su trabajo se lo impedía y su familia nunca estaba en casa.
