Capítulo 5 | El Encuentro

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Gulf ya llevaba una semana de clases universitarias como estudiante de tecnologías de la comunicación. Al principio fue abrumador para sus sensibles sentidos, similar a los días siguientes de su primer celo –o como lo llamó Fluke su "presentación"–, percibía tantos olores diferentes, muchos ruidos típicos de las multitudes y sus ojos aún no terminaban de asimilar todos los espacios del campus. Por supuesto, recordarlos también se le hacía imposible. Estaba totalmente fuera de su zona de confort y era estresante.

Y para mayor suplicio, se encontraba en pleno salón de clases sintiendo los desagradables síntomas de un celo. Otro celo adelantado, pensó Gulf mordiéndose el labio inferior con desespero. Rápido, piensa, piensa. No podía llamar a sus padres, estaban trabajando. No contaba con su hermana, la universidad de ella estaba muy lejos de la suya. No creía alcanzar a llegar a la calle y tomar un taxi. Y regresar en su bicicleta era un suicidio.

Además, últimamente, luego de violar a Kao en los baños de la escuela, sus celos se volvieron incontrolablemente dolorosos, tanto que le hacían perder el conocimiento por las primeras horas, absolutamente todo su ser se debilitaba y con suerte podía mover los dedos. Junto con el tormento de una sensibilidad emocional tan ridícula que le hacía llorar por noches enteras.

Esconderse por tres días enteros en la universidad tampoco era una buena opción. ¿Debería hacerme el enfermo en medio del salón? Aunque llamaría mucho la atención, le pareció una idea tentadora. Sin embargo, Fluke, su "Maestro Omega" y novio de Ohm, le advirtió que mientras no encontrase a su alfa, deberá evitar a toda costa entrar en celo en un lugar público. Él mismo experimentó lo violento y libidinoso que se volvía en pleno celo, Ohm también le advirtió que los alfas suelen perder el control con mayor facilidad y podían ser incluso más violentos. Gulf aún no estudiaba toda la universidad ni mucho menos a todos los olores, así que no sabía si habría alfas estudiando allí o no. Y con lo fuerte que olía en su celo, seguro que sería detectado por alfas incluso desde fuera de las instalaciones. Sería una auto-sentencia a muerte.

Lleno de temor y con algo de dificultad se encaminó tambaleando a los baños más cercanos a su salón. En un jadeo cayó de rodillas en un cubículo, ni siquiera alcanzó a encerrarse cuando una horrorosa punzada le atravesó el vientre de lado a lado. Mientras sus ojos se nublaban, un calor más abrasador que los mares del inframundo erupcionaron desde su pecho hasta llenarlo por completo. Su pecho vibró con lujuria y desde lo profundo de su inconsciencia nació una tenue voz en un susurro. Gulf, que aún estaba despierto, se preguntó por qué ahora mismo su lobo anhela tanto la presencia de su alfa.

De repente la puerta de los baños es abierta con brusquedad y por el umbral aparece una mujer que clava sus dilatadas pupilas sobre Gulf con morbo. Desde el fondo de su pecho todos sus instintos clamaron peligro ante la presencia desconocida y llenaron de miedo a la desequilibrada mente del joven omega. Nunca había sentido emociones tan fuertes, ni siquiera cuando unos delincuentes arremetieron contra él. ¿Es mi lobo? Gulf estaba luchando no solo contra el instinto de aquel animal, sino con sus propios pensamientos. Estaba tan abrumado que la cabeza le iba a explotar en cualquier momento. Pero cuando aquella mujer pasó su mano por el pecho del joven, su mente hizo click y junto a la metamorfosis, el omega salió a tomar el control, defendiendo a Gulf literalmente con uñas y dientes.

Tú no eres mi Alfa. – gruñó apartando las manos de la mujer, que le quedó mirando unos segundos para después volver con más fuerza a su cuerpo. Consiguiendo desnudarle el torso de un arañazo. Desde algún lugar de su inconsciencia, Gulf aún seguía dueño de su propia mente, podía oler, ver, oír y sentir todo, mas no moverse; sorprendido por haber oído a su lobo por primera vez, también le llenó un orgullo y alivio para con este. Mi lobo es fuerte.

Sométete, Omega. – a pesar de que su cuerpo tembló por el escalofrío que le recorrió, gruñó en respuesta, continuando con su lucha. Gulf se sorprendió de lo afectado que le dejó escuchar por primera vez una voz de mando, pero lo sorprendió aún más que su lobo no le haya obedecido a aquella alfa.

En un arranque de rabia e impaciencia de la alfa, dirigió un doloroso puñetazo a su mejilla, logrando que sintiera el tronar de su mandíbula y dentadura, seguido a esto, su organismo llenó la boca de sangre. Su cabeza azotó contra el borde del inodoro y la alfa se aprovechó de su aturdimiento para bajarle los pantalones. Sin embargo, aún con todo el dolor, el omega flexionó las rodillas contra su pecho, abrazándose a sí mismo enterró allí su cabeza y soltó un lastimero quejido. Alfa... Aulló en su llamado y Gulf también deseó su llegada. Sabía que los alfas superan en fuerza y tamaño a los omegas, pero no imaginó que tanto. Dolía, dolía mucho.

Sin querer ver nada oye la puerta azotar contra la pared por segunda vez y varios pasos acercarse apresurados a ellos, así como a la mujer gritar groserías y quejarse mientras la alejaban de él.

Un agradable olor a café recién hecho lo transportó a la cocina de su casa en una mañana de trabajo, donde sus padres preparaban su desayuno y sus sagrados cafés de grano. A pesar de no compartir su afán con aquella bebida, el aroma le traía paz y calidez. Hogar. Mamá y papá. Fueron las primeras palabras que pensó. Cuando fue cubierto por una chaqueta levantó la vista de sus brazos hasta ver al hombre dueño del olor. Tras conectar sus miradas olió un tenue aroma a té verde, que era tan suave que el café lo opacaba casi por completo.

Alfa. – escapó de sus labios en un suspiro. Gulf sintió el control de su cuerpo regresar y por voluntad propia se escondió en el pecho de aquel desconocido, aún en los brazos de sus padres que le saludaban en aquella mañana de café y tostadas.

Acurrucado contra aquel pecho, ronronea con tranquilidad y se deja vestir. Luego es cargado con delicadeza fuera del baño hacia el edificio de los dormitorios. Le es imposible sentir peligro, no con aquellos aromas tan amables y preocupados envolviéndole con tanto ahínco.

El Ser Diferente ♡MewGulf♡ OmegaverseAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora