Crave (+18) Draco malfoy ⚠️Cancelada Por La Autora⚠️

silencio

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Las habitaciones compartidas aquí son... pintorescas. Las camas necesitan ser reemplazadas, me duele la espalda.

Mi compañera de cuarto irrumpió en nuestro dormitorio a las cuatro de la mañana. Yo también me había quedado dormida, y luego ella entra, oliendo a mierda, murmurando mierda absoluta, antes de desmayarse en su cama, todavía usando su ropa con olor a ave.

Así que aquí estoy sentada en la sala común a acurrucada en la esquina del sofá tratando de volver a dormirme. Será mejor que no sea una rutina diaria o podría haberla matado No. La no voy a matar.

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El sonido de los pasos se hace cada vez más fuerte, a medida que una luz tenue alcanza su punto máximo a través de mis párpados cerrados, oscureciendo, con una sombra que se cierne sobre mí.

Poco a poco abro los ojos, y al instante me arrepiento de haberlo hecho.

Draco maldito Malfoy.

"Te quejas mientras duermes", susurra, con la cara a centímetros de la mía, sorprendiéndome mientras lo cojo el cuello de su camisa, clavándolo en el sofá. 

"Lo que la mierda está mal con usted!" Le susurro gritarle, arroparlo y agarrar las muñecas firmemente en el sofá de cuero. 

"¿Qué me pasa? Sólo vine aquí a sentarme en mi sofá en el que estás durmiendo", sonríe.

"Tu sofá", me burlo bajo mi aliento, quitándose de él. "Está en la sala común, abierto para todos en la casa de Slytherin. Por lo tanto, no es tu sofá." Me arreglo el pelo, trayéndolo sobre mi hombro.

"No hay necesidad de darme un punto, prueba explicar respuesta allí." Se pone en una posición sentada en el borde del sofá, descansando los brazos bien abiertos en él. "Ves a Karkaroff... Todo el mundo conoce este sofá aquí mismo", le da palmaditas en el cojín. "¿Es mío. Es mi lugar especial." 

Malditasea, es una de esas personas.

pozo... Supongo que ahora es mi sofá. Me doy la vuelta en el pie para irme cuando siento un tirón en mi muñeca, antes de que me giren alrededor, y me enfrento a él.

"No recuerdo haber dicho que podías irte." Su tono es severo. 

¿Me está tocando ahora mismo?

Sí Asya, sí lo es.

¿Quién diablos se cree que se atreve a tocarme?

Me bajo de su control y lo agarro a una pared, mi varita en su garganta. "No recuerdo haber preguntado." 

Una mirada engreída crece en su cara mientras mira hacia abajo mi varita y retrocede a mis ojos. Sus ojos se arrastran sobre la posición de mi brazo--es como si estuviera calculando el ángulo. Lo sé porque así es exactamente como miro a alguien cuando me detienen en el punto de varita.

En un solo movimiento rápido, él agarra mi muñeca, y cambia de posición conmigo para que ahora, yo sea el que está anclada a la pared. "¿Estás mentalmente enfermo?" Me interroga con un tono serio.

¿Qué?

"Disculpe?"

"¿Estás tú", baja la voz, bajando la cabeza para encontrarse conmigo a nivel de los ojos, "mentalmente enfermo?" Se mueve cerca de mi cara, inclinándose para susurrar al oído. "Porque una persona sensata, no me habría hecho eso a todas las personas."