𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #8

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El pelinegro salió del local en busca de su auto para ir al lugar donde había preparado la cita. Había planeado una cena para ellos dos solos, reservando el local solo para ellos con la mejor vista.

Quería hacerle saber a Taehyung con su cariño que el se merecía lo mejor. Quería hacerlo feliz.

Porque la letra de su canción lo había conmovido y había arrazado su interior como ninguno había podido.

Entonces se preguntó si Tae había sido víctima de abuso en el pasado.

Lo vio salir del local en su dirección unos momentos después. Con su vestido negro, tacones pero con una chaqueta un poco más formal. Aunque aquel abrigo de plumas le quedaba de maravilla.

"¿Vamos a nuestra cita?" Recibió un beso en la mejilla de parte del rubio y una amplia sonrisa. Amaba verlo sonreír.

"Claro que sí, Taehyung" le agarró la mano y la besó cariñosamente. Ambos sabían que apenas y se conocían hace más o menos una semana.

Pero cierta conexión que ninguno sabía explicar los llevó a la primera cita a los cinco días de haberse conocido. ¿La verdad? Ninguno de los dos estaba incómodo en absoluto. Disfrutaban de su compañía y de las muestras de cariño.

Y ahora nadie iba a poder arruinar su cita.

Le abrió la puerta del auto, el rubio lo miró con una sonrisa tímida y entró al auto mientras el azabache lo rodeaba para sentarse y encender el auto para partir.

En su radio resonó una canción bastante popular del jazz antiguo. Fly me to the moon.

Miro al rubio mover sus labios tarareando la canción así que tuvo una idea. Quería oírlo cantar otra vez.

"¿Por qué no cantas para mí? Amo escuchar tu voz" le sonrió mientras miraba hacia delante. Sabia que el rubio se había sonrojado por lo vio bajar la cabeza levemente. "Lindo"

El rubio sonrió y comenzó a cantar la canción. Pero sabia que lo miraba con impresión cuando el azabache inició un dueto. Ambos cantaron la canción felices después de esa pequeña sorpresa.

"¿Sabes cantar?" Le preguntó el rubio cuando la melodía terminó. Jungkook sonrió tímido recordando el momento en que la voz de un castaño lo motivó a seguir cantando cuando su madre le dijo que era una pérdida de tiempo.

"Desde siempre me ha gustado cantar, desde que soy un niño, pero viví rodeado de personas que pensaban que cantar era una pérdida de tiempo." Suspiró. "Mi madre sobretodo lo odiaba así que me obligó a estudiar administración de empresas y seguir así con el negocio familiar, pero ella no sabe que en mi departamento tengo una sala donde grabo y toco instrumentos" le sonrió con ternura al menor que había escuchado con atención toda su pequeña historia.

"Tal vez tenemos eso en común..." murmuró bajo para que el azabache no pudiera oírlo.

"¿Dijiste algo, bebé?" Le preguntó mientras tomaba su mano y la dejaba bajo la suya mientras tomaba la palanca de cambios.

"N-No, nada Kookie" el azabache no estaba del todo convencido pero no dijo nada. "Pero  tengo una pregunta, ¿Qué te motivo a seguir cantando aún con toda esa presión encima?"

El rubio movía sus manos en su regazo algo nervioso. La ansiedad comenzó a atraparlo lentamente cuando vio hacia que restorán se dirijian. Pero no iba a decir nada. No podía arruinar su cita con algo tan infantil.

"Fue un niño  hace mucho tiempo, cuando estaba en mis 23 quizás" sonrió al recordar ese momento. "Solia repudiar mi carrera y buscar mi lugar en parques pequeños con mi guitarra. Me sentaba en unas bancas y tocaba solo mientras cantaba."

Al rubio le vinieron unos pequeños flashback. Pero no podían ser verdad. Quizás sólo era el pensando cosas que no eran.

"Eran como las seis de la tarde y estaba atardeciendo. No vi que un niño castaño se acercó a mi y se sentó al lado mío a escuchar la música que yo había compuesto"

No podía ser verdad.

"Cuando su madre lo llamó ambos me dijeron que debía seguir con la música y que era muy talentoso. Recuerdo que el pequeño dijo que quería ser cantante de jazz cuando fuera grande. De ahí no lo volví a ver en ese parque pero por primera vez me sentí apoyado..." terminó de contar y observó que el rubio lo miraba con lágrimas en los ojos.

"¿Que sucede Tae-ah?" Detuvo el auto afuera del restorán antes de tomarle las manos al menor. El pequeño sólo lo abrazó.

"Debió haber sido difícil pero estoy orgulloso de ti" podían ser palabras cualquiera para Jungkook. Pero Taehyung lo había dicho de verdad. Porque el había sido ese niño. Solo puedo ocultar la verdad escondiéndose en el hueco del cuello contrario, quien lo abrazó con cuidado y le acarició la espalda para calmarlo.

Para el rubio, las coincidencias parecían no dejar de llegar y eso lo tenía nervioso y hasta un poco angustiado. Más aún cuando estaban afuera de uno de los miles de restoranes de la cadena que pertenecía a ni más ni menos que a su padre.

Kim Seokyung era dueño de ese restorán.

~•~◇~•~

Ay tae :((

Como están bellxs?
Espero que estén muy bien. Se que me he demorado una eternidad en actualizar. Pero la verdad es que necesitaba un descanso para poder volver mejor de ánimo y mentalmente para traerles más. Espero y no hayan perdido el gusto por esta historia. Lxs aprecio mucho y ojalá estén felices.

Lxs amo
•Venus•

𝐌𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐛𝐞𝐥𝐨𝐧𝐠𝐬 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮 [Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora