𝖚𝖓𝖙𝖎𝖙𝖑𝖊𝖉 #1

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La tarde se estaba haciendo presente con la puesta de sol inminente. Corría un aire helado debido al otoño haciendo su presencia.

Las hojas rojizas y anaranjadas ya cubrían gran parte de la acera de aquel parque.

Jungkook caminaba tranquilo disfrutando de la brisa fresca, vestido con un cuello de tortuga gris, un abrigo negro largo, pantalones negros que apretaban sus muslos y sus botas favoritas.

Estaba aprovechando su rato libre después de un largo día de oficina.

Podía ser jefe y seguramente la gente diría que tenía mucho tiempo libre para mujeres y fiestas de ricachones.

Pero la verdad superaba esa fantasiosa ficción, pero de la manera más horrible.

Era obligado a trabajar en algo que lo mataba cada día y su ex lo había dejado porque ya no tenía lo que buscaba. Se podía resumir en que su vida no le gustaba en absoluto.

Por su poco tiempo libre, seguia soltero hace más tiempo del que a el le gustaría admitir, se la pasaba solo en su extenso apartamento tomando café o vino mientras veía alguna película de acción, pero siempre estaba solo.

Sus amigos hechos en la universidad estaban viviendo sus vidas, así que no tenía a nadie más que a él mismo.

Bebió otro sorbo de su café cuando en una esquina, bajando hacia un subterraneo, luces neón moradas llamaron su atención.

Y la música jazz sonando a todo su esplendor cuando alguien entraba o salía por la puerta de aquel lugar lo tentaron a llevar sus pies hacia ese club.

Entró y se sintió muy a gusto.

Aunque había gente fumando, estaban cerca de las ventanas que poseía aquel lugar, la música calmada y lenta, la batería, el bajo, trompetas suaves y voces cantando lo relajaron bastante.

Parecía más bien, un club universitario, que le hizo recordar a sus tiempos de juventud, como cuando se enamoró por primera vez, o cuando estudió diseño industrial y administración de empresas, esto último por deseo de su madre.

Le entró un mal sabor de boca por lo ultimo y suspiró, decidiendo acercarse a la barra.

La noche estaba comenzando a caer y se percató de que mucha más gente estaba comenzando a llegar al local.

Quizá los shows nocturnos eran interesantes. Pensó.

"Joven, que desea pedir" le preguntó un barista de aquel local.

"Un vaso de whisky, muchas gracias" respondió, miraba a su alrededor y veía a mucha gente entusiasmada por algo, la curiosidad le picada su interior, así que se giró de nuevo al joven que lo atendía.

"¿Hoy ocurre algo especial? Veo a la gente bastante emocionada, especialmente a jóvenes" habló simpático, el bar-man de por si, le había caído bastante bien.

"Oh...claro que lo hay, solo espere un poco más y verá a aquella belleza" habló como si estuviera describiendo a una persona etérea, perfecta en todo sus rasgos.

De repente se sentía extremadamente ansioso.

"Este lugar es bastante agradable" declaró, el ambiente calmo le había encantado en demasía, era muy diferente a su aburrido ambiente laboral.

Tanto que tenía la idea de volver allí todas las tardes para llenar un poco el hueco que la soledad había dejado en el.

"Me alegra, innauguramos este local como un club de música de la Universidad de Seul. Jamás pensamos que sería tan popular al pasar los días, pero mirenos aqui" habló con emoción y entusiasmo aquel chico pelirrojo y ojos sonrientes.

"Creame, pasaré más seguido por este sitio, no me sentía así de relajado y en mi ambiente hace años" dijo con un deje de tristeza en su hablar.

Quería sentirse amado, quería tener amigos y pasarla bien como en su juventud, que su madre le había arrebatado.

Quería tener a alguien a su lado, que quisiera caminar con el a donde fuesen.

Ya, se estaba poniendo nostálgico pero no podía evitarlo.

"Puede creerme, el show que sale en unos minutos le pondrá los pelos de punta, por cierto, puede decirme Hoseok" se apoyó en la barra para hablar con el, definitivamente se llevarían bien.

Quedó fascinado mientras escuchaba distintos grupos presentarse, aunque era un estilo clásico, cada grupo tenía su propia atmósfera y sentimiento en su música.

Le encantaba.

De la nada, las luces comenzaron a bajar, hasta casi la oscuridad, pequeños suspiros ansiosos y silbidos adornaron la sala.

"Ahora se viene, acomodese en su asiento. Yo le traeré otro vaso de esto, lo necesitará" hablo rápido pero conciso Hoseok, quien salió de la barra a buscar el licor.

Luces moradas comenzaron de apoco a dar una sensación muy distinta a los otros grupos de jazz que se habían presentado.

La lujuria, el deseo, el acto carnal.

Así se podía resumir el sentimiento que le producían aquellas luces y la música que comenzaba a sonar en menor volumen.

Lento y relajante.

Y el, siendo un amante de la música, sentía sus tímpanos ser acariciados por la melodía que comenzaba a atacar como una cuchilla hecha de plumas a sus sentidos.

Pero no estaba siquiera preparado para lo que venía.

La instrumental de la nada se le hizo muy familiar, hasta que recordó una canción antiquísima, un clásico del jazz antiguo.

Let's make love. Joder, esa si que era un clásico.

El toque moderno estaba presente pero manteniendo lo vintage de la canción antigua, que le encantó como un hechizo mágico, su garganta estaba comenzando a secarse poco a poco.

Hoseok tenía razón, necesitaría otra vaso del exquisito whisky que le había dado.

Tenía toda su atención en el escenario, esperando y queriendo ver que interprete iba a deleitar sus ojos con aquella melodía. 

Y de la nada, los telones terciopelados se abrieron.

Hola miss bubus ¿Qué tal están? Espero que muy bien, y como lo prometido es deuda les traje el proyecto de cumpleaños que tenía en mente, regalandoles unas historia nueva llena de nuevas emociones, ojalá la disfruten ♡

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𝐌𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐛𝐞𝐥𝐨𝐧𝐠𝐬 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮 [Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora