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La recientemente pareja de esposas, había tenido su primer viaje a las afueras de Hurricane, esto a consecuencia de su Luna de miel, ambas recorrieron diferentes tiendas y atracciones que las hizo sonreír, además del momento que estaban compartiendo entre las dos.

Realizando compras, entre otras cosas, hasta que la noche se hizo presente, y a Elizabeth se le salió lo romántica, organizandole una pequeña cena en el balcón del hotel en donde se hospedaban, por ello, Charlie estaba más que sorprendida y sonrojaba, no esperaba que su esposa tuviera ese detalle si después de todo las etapas de la primera cita ya habían pasado.

—Elí, ¿Porqué hiciste todo esto?— Preguntó la castaña sorprendida

—¿Acaso no puedo consentir a la mejor esposa del mundo?— Cuestiono Afton. —Vamos, cariño, tal vez ya no seamos tan jóvenes, pero quiero seguir enamorandote como si fuera nuestra primera cita— Aclaró dándole una sonrisa a su pareja

—Aw, Eli, es muy tierno de tu parte— Sonrió la mayor. —Gracias— Finalizó para luego darle un beso a la rubia

—No es nada, ven, vayamos a comer que estoy hambrienta, además de que un gran helado de vainilla me espera— Comento Elizabeth sacándole una risa a la mayor

Durante aquella noche, ambas disfrutaron el acercamiento la una con la otra, experimentando también su primera vez, siendo un momento único y mágico para las dos. Elizabeth y Charlie no podían desear otra cosa más que estar juntas y agradecer que nadie se interpusiera en su camino, asi como las historias que la rubia solía leer.

Durante su estadía en aquella ciudad, fueron los días más felices para las dos, guardando varias fotos que se habían tomado, guardando una que se las tomó un fotografo que andaba trabajando por la zona. En la foto, Elizabeth sostenía la mano de la castaña mientras con la otra tomaba la cintura de la mayor, mientras que Charlie imitaba la acción, ambas mirándose con caras de enamoradas. Al final le agradecieron al fotografo y pagaron la foto, la rubia guardo la foto para luego colocarla sobre su ya famoso álbum de recuerdos que tenía con su esposa.

Teniendo que regresar a casa, luego de una semana linda y divertida por su Luna de miel.

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—Aww, eso debió ser muy tierno— Comentó Andrea con pequeñas lágrimas en los ojos

—Si, ahora lo recuerdo, claro que lo fue— Mencionó Charlie mirando a su esposa

—¿Cómo pudiste olvidarlo?, me dueles Charlotte Emily— Respondió fingiendo estar afectada la rubia

—Todos estos momentos fueron muy hermosos, hay que admitirlo Eli— Habló Charlie hacia su esposa. —Pero recuerda que hay uno, el cual es nuestro favorito

—Oh, si, ese día jamás lo vamos a olvidar— Secundó Elizabeth

—¿Cuál es ese recuerdo?— Preguntó impaciente Andrea

—Ve a la página 87 y lo sabrás— Mencionó Charlie

Inmediatamente Andrea movió las páginas del álbum hasta llegar a dicha página, encontrandose con una foto en donde sus dos madres estaban abrazadas, y al mismo tiempo una de ellas sostenía un pequeño bulto entre sus brazos.

—Acaso, ¿esa soy yo?— Cuestionó Andrea sin poder creérselo

—Así es, finalmente nos habían permitido el poder traerte a casa— Contestó Charlie

—Y ese día, se volvió uno de los mejores de nuestra vida— Respondió ahora Elizabeth

—Pueden contarme la historia, por fi— Pidió la menor suplicando

Elizabeth y Charlie se miraron con una sonrisa asintiendo al mismo tiempo, comenzando a narrar cada una su punto de vista.

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Las dos se amaban, eso estaba claro, después de todo se sentían completas, así que ya no había nada más que pedir. A no ser que fuera...

—¿Un bebé?— Cuestiono la rubia algo asustada. —¿Estas segura, Charlie?

—Si, entiendo que pueda parecerte apresurado pero, quiero tener una familia contigo— Respondió la castaña tomando las manos de su esposa

—Y me parece bien la idea, es solo que...

—¿Tienes miedo?

—Si, algo— Contestó la rubia. —Sabes que yo nunca tuve una madre, y no se como ser una, tengo miedo de equivocarme, que ella o él llegue a odiarme— Confesó

—Oww, Eli, no tienes de que preocuparte, eso no va a pasar, con el tiempo has demostrado ser una buena persona, querida y amada por todos, no tanto como yo claro, pero no estarás sola. Yo tampoco se si seré una buena madre, pero no tengo miedo porque se que tú estarás a mi lado— Comentó Charlie dándole apoyo a su esposa

—¿Qué hice para merecerte?— Preguntó la rubia con una sonrisa

—Estar siempre en las buenas y en las malas conmigo, además de ser tú misma— Aclaró la castaña

Tras esa decisión ambas buscaron algún orfanato que pudiera ayudarlas con su decisión de ser madre, siendo rechazadas en la mayoría de estas solo por el hecho de ser dos mujeres, más nunca perdieron la esperanza hasta que al final lograron encontrar una en donde dejaron que vinieran a quien podía ser su futuro bebé.

Charlie se había dirigido a la habitación en donde cuidaban a los bebés mientras que Elizabeth a donde estaban los que tenían entre 4 y 7 años.

Y sin dudarlo, Charlie había elegido a un bebé, o más bien a una bebé, esta estaba siendo atendida por una de las madres del orfanato, la bebé le sonrió apenas la vio queriendo ser sostenida por ella. A lo que la castaña no rechazo la oferta. Y una vez que la sostuvo entre sus brazos, había tomado la decisión, sería esa bebé quien sería parte de su familia.

Solo necesitaban algunos papeles para verificar que fueran ellas y que no tuvieran algún antecedente penal, siendo los días muy largos para ambas, hasta que finalmente su hija estaría en casa.

Las tres fueron recibidas por su familia, quienes apenas se enteraron de la noticia no dudaron en felicitar a la pareja y darle la bienvenida a la nueva integrante, además de que esa pequeña fiesta le sirvió a Michael para presentar a su novia.

—¿Y ya saben cómo se va a llamar?— Preguntó Henry hacia las chicas

—Bueno, siempre me ha gustado el nombre de Andrea, pero no se que opinen ellas— Contestó Charlie para luego mirar a su esposa e hija

—Si, a ella le gusta por mi esta bien— Aclaro Elizabeth mirando a su hija

—¿Te gusta ese nombre?, Andrea— Preguntó en tono amoroso la castaña

La bebé comenzo a hacer soniditos raros con su boca, también aplaudiendo con sus pequeñas manos, asintiendo al nombre.

—Entonces no se diga más, bienvenida a la familia, Andrea Afton Emily

Nuestra Historia | Elizabeth x CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora