Pesadilla

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Eran las doce de la noche, el viento soplaba fuerte en la ventana del pequeño mortal, se encontraba sobre su costado dándole la espalda al vampiro a su lado quien mantenía una mano sobre la cintura del menor, le veía dormir tan apacible, tan delicado, tan frágil, Rudolph pasaba casi toda la noche despierto mirando dormir al rubio y cuando estaba más cerca el amanecer recién le empezaba a bajar el sueño, siempre que se quedaba Tony le dejaba quedarse en cama hasta tarde, a eso de las doce o una de la tarde despertaba y lo primero que hacia era buscar con la mirada al menor, a veces lo encontraba sentado trabajando en su escritorio, otras lo encontraba acostado a su lado leyendo algún libro o historieta y algunas veces no podía hallarlo en la habitación, ya fuera entre semana que se marchaba a la escuela, o en fin de semana y optaba por mirar televisión en la sala de estar, en cualquiera de los casos siempre le respetaba el sueño, aunque él no hiciera lo mismo, había ocasiones en que en plena noche a Rudolph le daba por despertar a Tony, a veces accidentalmente, en otras intencionalmente, a veces lo despertaba con besos y caricias en sus mejillas y el cuello, en otras lo hacía simplemente con cosquillas, aunque le encanta verlo dormir a veces simplemente necesita sentirlo cerca, despierto, vivo.

Rudolph despertó solo en la cama, miró el reloj en la mesita de noche de su novio mortal, eran las cuatro de la mañana, pero no tenía sentido, ¿Dónde estaba Tony? se levantó de la cama algo confundido, miró la habitación y todo estaba normal, se dirigió al baño del dormitorio, la puerta estaba entreabierta pero no estaba prendida la luz, imaginó que tal vez el pequeño mortal no la había encendido para no molestarlo, consideró volver a la cama sin embargo una sensación extraña le invitaba a abrir la puerta, se acercó y la empujó apenas, pero sus ojos no visualizaron al rubio, empujó otro poco y aún nada, terminó abriendo de par en par la puerta y con sus ojos busco la silueta del otro, pero no la encontró, aquella sensación en su pecho de malestar se hizo más fuerte, era una noche fría, incluso podía ver su aliento contra el ambiente frío, caminó hasta la puerta que conducía al resto de la casa, con algo de dudas tomó la perilla y abrió con cautela, por un momento le pareció estar mirando al abismo oscuro y profundo, pero al parpadear un par de veces se encontró con el pasillo de la residencia Thompson, caminó por el pasillo hasta las escaleras que llevaban a la planta baja, una vez ahí finalmente se animó llamar con su voz el nombre del mortal pero no obtuvo ninguna respuesta, ya más inquieto caminó de regreso al piso de arriba, pasó frente a la puerta de los padres de Tony, se detuvo un momento y pegó su oído a la madera prestando total atención para poder escuchar algún sonido, pero nada, tragó saliva y con miedo abrió la puerta, nada... no estaba Tony, ni tampoco sus padres, se adentró en la habitación mirando a su alrededor, tampoco parecía haber nada fuera de lo habitual, como último recurso siendo ya presa del miedo corrió al final del pasillo hasta las escaleras del sótano, prendió la luz de las escaleras pero no se podía ver nada mas allá de aquellas viejas tablas de madera, no es como que necesitara realmente la luz, pero aquella era una oscuridad extraña, ni siquiera sus ojos sobrenaturales eran capaces de ver a través de ella, bajó caminando con cuidado pero a mitad de la escalera la luz se apagó, por primera vez en mucho tiempo se sintió indefenso no podía ver absolutamente nada, con torpeza buscó la pared para continuar bajando con cuidado, se sentía pesado, entre más bajaba más perdido se sentía, incluso pese a seguir tocando la pared había perdido la noción del espacio, estaba aturdido y confundido, ya no distinguía en dónde se encontraba el arriba y el abajo, ya no sabía en dónde se encontraba, todo le daba vueltas, finalmente se llevó ambas manos a la cabeza, mientras su respiración era irregular, estaba hiperventilando, ya ni siquiera sentía el piso bajo sus pies, estaba solo, estaba solo, ¡Estaba solo!

El vampiro flotaba inerte en el abismo oscuro, hasta que finalmente la oscuridad se hizo menos densa, poco a poco sus ojos volvieron a distinguir algunas formas, su cuerpo comenzó a descender hasta quedar recostado en una superficie suave, era la cama de Tony y el resto del lugar se transformó nuevamente en su cuarto, todo estaba acomodado como siempre, fue entonces cuando mirando al techo simplemente dijo "Es cierto, Tony no esta aquí, hace mucho tiempo que ya no está conmigo..." y cerró los ojos que comenzaban a derramar un llanto amargo y silencioso, el reloj sobre la mesita marcaba las cuatro de la mañana, sin embargo, la fecha estaba borrosa y en eso... Tony despertó...

Charlas a la Media Noche - DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora