Resultó, que los besos no eran una cosa de solo una vez. Shin parecía pensar que ahora que lo había hecho una vez, tenía el derecho de meter su lengua en la boca de Minhyuk cuando quisiera - y él parecía quererlo muy a menudo.
Como resultado, Minhyuk había estado pasando un montón de tiempo en el regazo de Shin, con la lengua de Shin en su boca y las manos de Shin en su culo. Lo último le hizo sentir un poco incómodo, pero Shin no parecía querer otra cosa. Minhyuk pensó que el chico no podía evitarlo, así que no hizo un escándalo sobre ello.
Por lo general, después de unos diez minutos de besarse duro, Shin le ordenaba que se la chupara, pero hoy se estaba tomando su tiempo, besándolo una y otra vez, profundo y muy sucio, hasta que Minhyuk apenas podía respirar. La sensación familiar de estar completamente abrumado estaba de vuelta, y Minhyuk se encontró a sí mismo jadeando y haciendo pequeños ruiditos - ni siquiera estaba seguro de por qué. Era simplemente demasiado. Él no estaba seguro de si le gustaba este sentimiento el sentimiento de estar completamente abrumado - o lo odiaba.
Por fin, Shin rompió el beso, pero en lugar de simplemente ordenarle que se la chupara, como generalmente hacía, él comenzó a bajar besando por el cuello de Minhyuk.
"Err, estoy bastante seguro de que esto no era parte del trato", dijo Minhyuk.
Shin lo ignoró, por supuesto. Minhyuk puso los ojos. Desde que todo empezó, había descubierto que en realidad Shin se mantuvo a sí mismo bajo control en clases y no demostró el alcance de su... personalidad. Cuando estaban solos, Shin no se contenía: era completamente dominante. Todo tenía que hacerse del modo en que Shin quería.
Minhyuk fue arrancado de sus pensamientos cuando sintió la gran mano de Shin deslizarse bajo su remera para acariciar su espalda desnuda.
"Cómo que estás cruzando la línea, hombre," Minhyuk murmuró, aunque si era honesto consigo mismo, no le molestaba tanto que Shin lo tocara. Se preguntó si debía hacerlo.
No era la primera vez que se le había ocurrido a Minhyuk, que él no estaba ni cerca de estar tan asustado por todo el asunto como probablemente debería haberlo estado. Pero, de nuevo, él tenía la polla del tío en su boca todos los días. Esto no era nada.
Shin continuó mordisqueando su cuello agresivamente.
"Sácamela y mastúrbame."
Antes de que Minhyuk pudiera hacerlo, el teléfono celular de Shin empezó a vibrar en el escritorio.
Maldiciendo entre dientes, Shin levantó la cabeza del cuello de Minhyuk y extendió la mano por su teléfono.
"¿Sí?", espetó sin mirar el identificador de llamadas.
Minhyuk observó con interés como la cara de Shin se convirtió en una máscara de piedra. Obviamente, no le gustaba lo que sea que quien fuera que llamara le decía, porque su voz se volvió dura. "No me interesa, Jisoo." Una pausa. "Me importa un bledo lo que quiere. Guarda tu aliento. No estoy yendo."
Despertada su curiosidad, Minhyuk se acercó al teléfono, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.
"...padre está muy enfermo, Hoseok," la mujer Jisoo - dijo. "Te juro que no estoy mintiendo. Él nunca lo admitiría, pero yo sé que él quiere verte antes de - antes... Por favor. Por mí."
La mandíbula de Shin se apretó. "Yo no voy a hacer lo que él quiere que haga. Yo no me voy a casar con esa niña tonta".
"Amanda es una joven agradable", dijo Jisoo. "Sí, su padre es amigo de nuestro padre, pero ella no es su padre. Ella es amable y -"
"Jisoo" Shin la interrumpió, clavando la vista en su escritorio.
"Te estás olvidando de algo. No me interesan las mujeres. E incluso si lo hicieran, nunca me habría casado con la mujer que él eligió para mí".
Jisoo suspiró. "sólo ven a casa este fin de semana. Eso es lo único que te pido".
Shin se pellizcó el puente de la nariz. "Bien," escupió. Colgó bruscamente y tiró el teléfono sobre su escritorio.
"¿Tu hermana?", dijo Minhyuk. Pensando que Shin ya no estaría de humor para sexo, estaba a punto de deslizarse de su regazo cuando Shin lo agarró y lo tiró en un beso.
El beso fue cruel, duro y castigador. Se terminó tan rápido como empezó.
Shin le agarró de la barbilla y lo miró fijamente, la ira aun rodando fuera de él en oleadas. "Tú vas a acompañarme."
Minhyuk se rió entre dientes. "¿Lo haré? Gracias por informarme".
"Te voy a pagar", dijo Shin, en absoluto inmutado. "Otros tres mil por el fin de semana."
Minhyuk se le quedó mirando. "No puedes estar hablando en serio. ¿Estás dispuesto a pagarme tres mil dólares sólo para molestar a tu padre?"
La mirada que Shin le dirigió le habría hecho estremecerse algunas semanas atrás. "Eso no es asunto tuyo." Echó un vistazo a su reloj.
"Son casi las dos. Vete a casa y empaca para el fin de semana. Voy a recogerte en dos horas".
Minhyuk puso las manos sobre los hombros de Shin. "Whoa, espera un segundo. Yo no voy a ir a ningún lado. Lo digo en serio. No puedo".
Shin le lanzó una mirada irritada. "¿Por qué no?"
Minhyuk vaciló. "Tengo dos hermanas pequeñas. Tienen sólo cuatro años. No puedo dejarlas el fin de semana. No tienen a nadie más". Shin tenía una expresión en su rostro que Minhyuk no podía leer.
"Consígueles una niñera. Yo lo pagaré."
Poniendo los ojos, Minhyuk saltó de su regazo. "¿Esa es tu respuesta para todo? No se puede comprar todo, ¿sabes? Yo no voy a dejar a las niñas con alguien que no conocen. Su niñera habitual tiene el fin de semana libre."
Shin exhaló un suspiro, sus cejas alzándose levemente mientras el ceño fruncidoalcanzaba a sus labios. "Bien. Trae a las mocosas con nosotros".
Minhyuk hizo una pausa antes de enfrentársele. "Yo no creo que sea una buena idea. Ellas se ponen ansiosas con los extraños, y tú... bueno, tú eres tú".
Una sonrisa irónica apareció en el rostro de Shin.
"Contrariamente a la opinión popular, yo no como bebés para el desayuno."
Se puso de pie y caminó hacia Minhyuk. "Te vienes conmigo", dijo, deteniéndose frente a él. "No me importa lo que hagas con las niñas, pero tú te vienes conmigo."
Antes de que Minhyuk pudiera decir nada, Shin lo agarró del cuello y lo tiró en un beso.
Unos minutos más tarde Shin finalmente le permitió respirar de nuevo, y Minhyuk estuvo perturbado de encontrar sus dedos apretados en la camisa de Shin.
"Correcto", dijo, un tanto aturdido, parpadeando.
Shin le dio un empujón hacia la puerta. "Te recogeré en dos horas. Conozco tu dirección."
"Correcto", dijo Minhyuk de nuevo y se fue, sintiéndose más que un poco confundido y asustado.