Era jueves, verano, me dirigía hacía la chimenea para así con polvos flu ir a la casa de mi querida segunda familia, Los Weasley. Cogí un puñado de polvos y los metí en un saquito para meterlo en mi pequeño bolso, después cogí otro puñado, me metí en la chimenea y dije alto y claro -Casa de los Weasley - caí sobre uno de los gemelos, George para ser exactos.
-Siempre es un placer recibirte, enana- dijo sarcástico.
-Lo mismo te digo pelirrojo - dije mientras me levantaba y sacudia el polvo de mis vaqueros.
-Mi niña, ¿como éstas? -
-Hola, Molly, muy bien y ¿tú? -
-Ya sabes, como siempre, de aquí para alla, sin poder parar- río sin muchas ganas.
-¿Escuche la voz de una enana? O ¿son imaginaciones mías? - Dijo otro pelirrojo bajando por las escaleras.
-¡Fred!- dije con mucha emoción y fue a abrazarlo.
-Claro a el le das un abrazo y te tiras encima mio- dijo un indignado gemelo detrás mio.
-Lo siento, George - dije y le di un abrazó.
-__________- alguien dijo mi nombre mientras se oían pasos a continuación -¿Qué haces aquí? -
-Ron, no seas descortes- le reprochó su madre.
-Perdón, _______, quise decir, que visita tan inesperada, si eso- dijo racandose la parte posterior de su pelirroja cabeza.
-Vine a hablar contigo, luego iré a ver a Hermione y después a Harry, necesitó contarles algo.- dije con la voz quebrada, mi amigo me miro confundido, sabía que algo iba mal.
Salimos al jardín trasero de los Wealey, no era una jardín precisamente más bien era una zona llena de plantas que habían crecido en exceso y mucha chatarra tirada por todas partes, nos sentamos en una sillas que sacamos de la cocina, respire hondo, no era nada fácil soltar todo aquello.
-¿Qué pasa?- pregunto mirandome con el ceño un poco fruncido, el echo de no saber que estaba pasando no le gustaba.
-Veras... Esto es difícil de decir, yo no quiero pero las cosas son así y yo tengo que hacer lo que me dicen, no puedo tomar mis propias desiciones y eso me irrita- me levanto y comenze a ir de un sitio al otro- yo prefiero mil veces Hogwarts, ¿sabes?, ahí os tengo a vosotros, y podría pasar las vacaciones aquí o donde sea, pero él no quiere, me dice que tengo que ir donde ellos ordenen ¡no lo entienden Ron! No entienden que aún así no estaremos juntos, quieren crear lazos estando en el mismo país pero a kilometros de distancia, en serio ¡yo no quiero irme!- me paré en seco y mire a mi pelirrojo amigo que parecía muy confundido, normal, acabo de soltarle una charla de más de 2 minutos sin descansó, eso es mucho para un chico.
-Espera, repite, pero con menos palabras y más lento- me dice cerrando los ojos y negando la cabeza como signo de confucion.
Suspire- me voy Ron- digo para resumir.
-¿A casa? Si acabas de llegar- no puedo evitarlo y río, adoro a veces su inocencia, pero me quedo sería al ver que tendré que repetirlo.
-No- miro hacía el cielo buscando una ayuda divina, pero no aparece nada- A Francia, no ahora, pero me iré cuando comiencen las clases- veía claramente que me dirá que si solo serán unos días y me adelanto a su pregunta.- y no, no son unos días- cierra la boca al ver que adivine su pregunta- me voy todo el curso.
-¿QUÉ? ¡NO! Que haremos... Hermion y Harry...- comienza pero le cortó.
-No, decidí contartelo a ti primero- se pone un poco rojo y sonríe, continuó- tu casa es la que me quedaba más cerca- concluyo, se pone más colorado aún.
-No puedes irte, ¿qué haremos sin ti?- no se que contestar no se que más decir.