Prológo

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Maki observaba incrédula como cada hoja de su cuaderno tenía escrito infinidad de insultos por todos lados, dejándola prácticamente inservible, todos sus apuntes de había ido a la mierda.

—¡Yazawa Nico!— exclamó con enojo girando su cabeza a distintas direcciones, estaba segura de que la pelinegra estaba cerca en espera de ver su reacción, y efectivamente, Nico estaba en una esquina aguantandose la risa hasta que ya no pudo más.

—¡Debiste de haber visto tu cara!— rió la pelinegra, sonriendo con arrogancia.

—Idiota.— insultó Maki viéndola con odio.

—Eso te pasa por llenar mi botella de agua con vinagre.— frunció el ceño.—Agradece que estoy siendo muy blanda contigo, Nishikino.—

Maki hizo una mueca de molestia y se acercó amenazante a la mayor quién no retrocedió, en cambio mostró una expresión retadora.

—No me provoques, Yazawa.— dijo con seriedad.

—¿Y que vas a hacer sí no lo hago?— cruzó sus brazos con el rostro en alto.

—Te arrepentirás.—

—¿Y que harás? ¿Cambiarás mi ropa deportiva por un horrible traje de conejo otra vez?— arqueo una ceja, recordando aquel incidente en donde sus compañeras se rieron de ella hasta cansarse.

—Puede ser, aunque me gusta variar en las formas de arruinar tu día.— replicó con burla.

—Inténtalo.— retó la pelinegra dando un paso hacia adelante.—Si no es que antes te humillo a tal punto que por fin te vayas de ésta escuela.—

—Házlo si puedes.—

—¿Otra vez ustedes dos?— una voz conocida para ambas se hizo presente.

—Presidenta.— dijeron ambas al unísono.

—¿Por que siempre que alguien me llama por que dos alumnas están peleando siempre se trata de ustedes?— frunció el ceño.—¿Y? ¿Esta vez que fue?—

—Nada, Nishikino siempre exagera las cosas.— Nico se encogió de hombros.—Y yo que me esforcé tanto en decorar su cuaderno.— fingió llorar con dramatismo.

—Enana mentirosa.— Maki rodó los ojos.

—¿Que dijiste, tomate con patas?—

—Lo que escuchaste, hormiga gritona.—

—Atrévete a repetirlo, señorita todavía creo en Santa.—

—Primero tendrás que obligarme, pulga fastidiosa.—

—Te aseguro que la próxima no seré tan blanda contigo, Nishikino.— amenazó la mayor con determinación.

—Pues lo mismo va para ti, Yazawa.— encaró la pelirroja sin una pizca de temor.

—Sigo aquí, par de idiotas.— Eli les dio un suave golpe para hacerse notar.—Sabía que eran idiotas pero amenzarse e insultarse frente a mi supera los límites.— negó con la cabeza incrédula por la estupidez de ambas chicas.—Tendrán que quedarse castigadas después de clases, las espero en el aula 3-B.—

—Si, presidenta.— dijeron al unísono ambas chicas con los ánimos bajos para luego darse una mirada de odio mutuo.

* * * *

—Tomen.— Eli les entregó un cubo de agua vacío, un trapeador, dos trapos y dos escobas.

—¿Para que es esto?— inquirió Maki con una mueca.

—Pues obviamente para que limpien este salón, el club de lectura necesita un lugar dónde instalarse.— menciona la rubia, cruzándose de brazos.

—¿Y por que no lo limpian las miembros del club de lectura?— replicó Nico con un puchero.

—Lo iban a limpiar ellas mismas, pero les informe que había conseguido a dos idiotas que lo hicieran por ellas.— relató la ojiazul.

—Eres realmente cruel, presidenta.— bufó Nico.

—Sólo dejen de pelear y este tipo de cosas no sucederán.— se encogió se hombros.

—Supongo que tendremos que acostumbrarnos a esto.— menciona Maki, dirigiéndose al fondo del aula para comenzar a limpiar.

—Eso creo.— secundó la pelinegra.

—Ustedes dos son un caso perdido.— Eli negó con la cabeza.—Cuando terminen cierren y lleven la llave a la sala de Maestros.— y luego de eso último se retiró.

—Todo esto es tu culpa, Nishikino.— recriminó la mayor.

—¿Mi culpa?—preguntó ofendida.—¿Por que asumes que fue mi culpa?—

—Exageraste demasiado, sólo fueron unas inofensivas palabras en tu libreta.— rodó los ojos, comenzado a limpiar la pizarra.

—Arruinaste todos mis apuntes, idiota.— reclamó Maki con el ceño fruncido.

—Como si no pudieras volver a conseguirlos.— señaló Nico, como si fuera lo más obvio del mundo.—Por lo menos alguien no quemó tu preciada foto autografiada por la legendaria Maid de akihabara, Minalinsky.—

—Por favor, ni siquiera se le veía el rostro en la foto, y era una simple firma, no sé dónde le ves lo importante.— rodó los ojos con cansancio.

—¡Era importante para mi! ¿Sabes lo difícil que es conseguir contactarte con ella? ¡Es casi imposible! Y más imposible aún es conseguir un autógrafo de ella.— exclamó Nico con enojo.

—Que problemático, tan difícil de conseguir y tan fácil de quemar.— dijo de manera burlona la menor.

—Idiota.— insultó Nico dándole una mirada de odio puro para luego mostrarle una sonrisa de satisfacción.—Pero que coincidencia, fue igual de fácil que quemar tu proyecto de Matemáticas y cambiarlo por fotos de películas para adultos, que por cierto, ¿cuando lo entregaste? ¿Fue hoy? Ojalá que la profesora Erena no se enfade.— sonrió con malicia al ver la expresión de horror de la pelirroja.

—¿Que hiciste qué?— Maki se acercó tomándola con fuerza del cuello de la camisa del uniforme.

—¿Era importante? Oh, discúlpame.— dijo con sarcasmo haciendo enfadar más a la menor.

—Esto no se quedará así, Yazawa.— amenazó soltando bruscamente a la pelinegra, después de todo no ganaba nada con golpearla, sólo atraería más problemas de los que ya tenía de por sí.

—Lo mismo va para ti, Nishikino. Ya no seré amable contigo la próxima vez.—

¿De la broma al amor?- NicoMakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora