Entre espinas me encontraba yo enredada, nadando en una taza de café amarga, sin tranquilidad. Gritando en silencio que llegue mi felicidad.
Desde pequeña siempre solía imaginar con una vida perfecta pero la perfección no existe en este mundo por alguna razón nadie es feliz, piensan y actúan y se imaginan que son felices, pero es una gran mentira, no lo son, nadie lo es. El amor es como hacer una taza de cafe, uno mismo sabe cuantas cucharadas de azúcar hay que echarles y cuantas no, porque solo así sabras que tan dulce sabrá para ti y cuanto no. Soñando en un otoño de amor, un otoño en el que la gente esté feliz y sobre todo yo. Sí, yo.
Mi vida cada día se vuelve un caos, como un laberinto de preguntas sin respuestas.
Cerrare mis ojos, y cuando los abra mañana todo sera hermoso, las cosas serán hermosas, la gente sera hermosa y no tanto hermosa por fuera, si no en alma. Lo clandestino ya no sera clandestino, todo sera liberal, seremos todos soñadores despiertos.