Prólogo

261 38 20
                                    

— ¡Ese no soy yo joder! — grita frustrado.

— Quiero saber cómo controlar toda esta mierda que llevo dentro — continúa mientras que yo tomo asiento a su lado, juntando su mano con la mía — ¡Pero es frustrante!

— Quiero ayudarte ...

— No — dice de inmediato al escuchar mis palabras.

Acaricio su pelo — Déjame ser tu apoyo.

Agita su cabeza en negación — Está pelea es mía, vas a salir jodida.

— Permíteme.

— ¡Te dije que no, Zenda!

Paso mis manos por mi cara tratando de buscar paciencia — Me duele, ¡Me duele verte sufrir y que no me expliques el porqué de tantas cosas!

No dice nada, ni me mira.

— Quiero saber de ti, que es lo que te atormenta, que eres.

Me mira y puedo ver en sus ojos el reflejo de su tristeza y su miedo.

— ¿A que le temes? — continuo, insistiendo en que me diga algo mínimo en lo cuál me deje entrar a eso que tanto lo atormenta.

Y como si mi pregunta lo hiciera inrritar, un momento a otro su ánimo cambia.

Se levanta a encararme rabioso — A tí.

— ¿A mí? — replicó confundida.

— Si. No sé muy bien que soy, pero sé que no soy bueno para tí.

Tomo su cara entre mis manos — ¿Por qué dices que no eres bueno para mí?

Y allí siento tanto miedo de lo que percibo. Sus ojos color grises, cambian a un color azul, pero uno muy claro.

Dice de una manera gélida provocando en mí temor por lo que se pueda venir.

— Tengo 6 demonios que me atormentan, y comienzan a querer traerte con ellos.

El chico de la biblioteca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora