↝ེ͜͡࿔۪❁۪͙࣪࣪۫ ¿Por qué duele más el amor que el odio?↝͜͡❀⃯ํ

🇷🇺↝ེ͜͡࿔۪․₎↝ ◣ྀ•ˑཾ◞↝ ↝͜͡🇩🇪

᳝'꩖͜͡⚘࿆ํ·ٜꪶ  🇷🇺

Llegué a la escuela, está vez sin que mi padre me acompañara, el vuelo se sintió eterno, muchos pensamientos venían a mí no dejaban tener una conciencia tranquila, mi papá me había dicho que si no regresaba con la noticia de que el hijo del alemán estaba muerto yo para el dejaría de ser su sangre, fue que me pregunté si alguna vez fue así, si alguna vez siquiera nos vio como sangre suya, muchos de mis hermanos murieron solo por capricho suyo, recordar eso empeoró más mi poca paz mental, aunque ya no importaba, no tenía caso torturarme por el pasado.
Llegué a la academia de nuevo y fuí recibido con hostilidad, no le dí importancia y regresé con la directora, dije que había cambiado y que aquella expulsión me hizo reflexionar de mis malas acciones, tomé responsabilidad de las futuras consecuencias de otra violación a las normas y reglas escolares, aclarado eso me llevaron hasta mi antigua habitación, todo estaba tal y como lo recordaba, con la excepción de que ya no tenía quién me recibiera con disgusto, ya no tenía un compañero. De ahora en adelante estaría solo, por precaución, no querían que otra violación pasara, estaba bien pero aún así ya me había acostumbrado a verlo diario, solo dejé mis cosas en el suelo, ya no tendría quién me regañe por no tener todo en orden, los guardias que me escoltaron se burlaron de mí e incluso como regalo de bienvenida habían dejado una muñeca inflable en la cama, solté un bufido para apartar esa muñeca, empecé a tirar al suelo demás juguetes sexuales que estaban junto con la muñeca y me dí a la tarea de acomodar lo que estaba desordenado, mis cosas en esa vieja habitación, todo estaba igual, eso me jodió un poco, mi padre me había devuelto mi estuche de arte, lo que había ahí se había quedado intacto, incluso los dibujos que tenía de ese alemán, Alemania... todo este tiempo creía que era un persona común, jamás hubiera imaginado que sería mi enemigo predestinado, pensar que no sabía que estaba durmiendo con él, ese fue el peor error que e cometido, enamorarme de mi enemigo, ese sin duda fue mi peor error, reaccioné después de pensar esas cosas y seguí guardando mis cosas, una vez ordenado todo lo que iba a ordenar empecé a ponerme al corriente con las cosas que me había perdido, no era nada sorprendente, muchas de esas cosas mi tutor nos las había impartido a mis hermanos cuando eramos pequeños, y así mis días en la academia comenzaron.

Las clases eran silenciosas y agotadoras, no por las materias si no por todas las personas que susurraban a gritos cosas de mí, todos creyendo el cuento de que era un violador asqueroso, un degenerado y pervertido, no me importaba mucho que esas personas hablarán mal de mí, si no tenían el valor de decirlo en la cara eso no los hacía mejor que yo, mi único propósito era estudiar, no eran importantes en mi vida, podían decir lo que quisieran de mi, mis clases terminaban y lo único que hacía al llegar a mi habitación era dibujar y dibujar, eso me distraía y mantenía mi mente un poco en al tierra, al menos más de lo que los medicamentos lo hacían, quería que aquellos fuertes medicamentos funcionaran..tuve que empezar a evitar dormir pues cada que cerraba los ojos el recuerdo de cada tortura revivía,  al abrir los ojos de nuevo tenía la sensación en la piel, sentía mi piel abierta como si fuera reciente, lloraba de la desesperación, me sentía solo y solo eso es lo que sentía, me cortaba, rasguñaba y golpeaba, el maldito medicamento no actuaba hasta después de todo eso, después de dañarme a tal punto mis pastillas comenzaban a hacer sentir mis párpados pesados, eso era señal de que ya iba a dormir, solo para mañana al despertar de nuevo repetir la rutina una y otra vez. Las semanas pasaron y escuché el nombre de mi muy querido “amigo” en una conversación, estaban hablando de hacerle una broma, simplemente estúpido como si de niños se tratase, lo único que supe días después de eso es que los militares seguían buscando al responsable del asesinato de 4 alumnos.

“Qué insegura es la escuela”

Fueron mis palabras exactas cuándo los militares tocaron mi puerta, bajaron sus miradas y yo cerré la puerta para volver a dormir, jamás encontrarían al culpable, el asesino estaba ahora acostado en una cama, yo no mate para protegerlo, mate a esos tipos por tener un comportamiento infantil estando en una academia militar, nadie me quitaría el placer de ver sufrir a ese alemán, aunque creo que eso me hacía aún más infantil que esos idiotas muertos, seguir una rivalidad absurda... era por eso, no había más razones escondidas y ningún as bajo la manga para haber ayudado al alemán, ya no había nada más.