El calor proveniente del fuego en la chimenea, se había vuelto demasiado sofocante. El clima despiadado que azotaba con fuerza desmedida el ventanal, era un cuadro lejano de lo que vivíamos dentro. Hermoso, imponente y un tanto aterrador. Esa ventisca de nieve me hacía permanecer estática, y segura de preferir el bochorno de la habitación, a enfrentarme sola con ese monstruo invernal.
<<Sola, una batalla donde peleara sola>>, el pensamiento se instauró de pronto en mi mente, tenía años sin combatir en una guerra estando sola. Su presencia siempre me hacía llegar al centro de mi poder y usarlo a nuestro favor. Había empleado todas mis habilidades para ganar cualquier enfrentamiento e imponer orden donde fuera necesario. Él era mi compañero en cada una de las ocasiones que pisamos el reino del caos. Había usado un sin fin de veces sus espadas para protegerme, y juntos seguíamos andando por ese sendero que construíamos de apoco. Pero siempre acompañados, siempre compartiendo las culpas y la felicidad.
Volví a enfocar la visión y seguí contemplando la pintura de fuera. Me sentía atraíada por sus diversos matices, así como cuando le miraba y me hundía en la profundidad de sus ojos. Existía algo en ellos que no podía descifrar; un misterio repleto de oscuridad y la hermosura que construía tanta fuerza despiadada de la naturaleza. Tomé un sorbo de mi café y me estremecí. El ser consciente de que un año más estaba por terminar me heló por completo. La guerra seguía siendo un tema recurrente en nuestras conversaciones, y la llegada de nuestra utopía soñada, se veía lejana, como si el mundo se negara a propiciarnos una época de paz. Pero no, el mundo no tenía nada que ver con tantas desgracias.
Suspiré con mayor ahínco y me removí en el sofá con inquietud. Parte de mí sentía alivió de estar protegida por las gruesas paredes, y otro tanto, anhelaba luchar para concluir con todas las amenazas al despertar. Y de nueva cuenta él me sostuvo, justo cuando mi conciencia estaba por lanzarse en picada dentro de aquella interminable oscuridad.
—Asuna...
Le miré sin poder observarle, con el llanto contenido en la garganta. Su rostro me era tan familiar, tan dulce y cautivador. Kazuto tenía ese aire de grandeza a su alrededor y un gesto de preocupación pintado con una delicia inigualable. El caos en mi interior me alejaba de sus manos y me inducía a la locura de un estratega. Siempre ordenando, buscando las debilidades del enemigo y lista para volver a planear. Para clavar mi estoque cuando fuera necesario.
Se agachó a mi altura y pegó con brusquedad su frente a la mía. Aferró sus manos a cada lado de mis mejillas, sin dejar de confrontarme y con el ceño fruncido. Rara vez podía verle así de alborotado, fuera de sí mismo y con tanto ímpetu en esas pequeñas acciones.
—Ki-Kirito-kun —tartamudeé llena de confusión y pronto un dolor en mi frente se hizo presente. Volví a sentirme conectada con la realidad; el calor de la chimenea crepitante; la suave frazada que cubría mis brazos; el olor intenso a café impregnando toda la estancia; las gotas de agua que caían sobre mi frente de su cabello mojado; el tacto de sus manos; y su aliento chocando contra mis labios cada vez que susurraba mi nombre. Todo en conjunto me estremeció y me erizó la piel, como si el viento de fuera pudiese pasearse por cada rincón de mi cuerpo.
—Pensé que pasar algunos días lejos de Centoria ayudarían a relajarte. —suspiró—. Tal vez debimos acudir a Morgana antes de...
—Estoy bien —rocé mi nariz con la suya—. No debes preocuparte más, o esas arrugas se quedaran marcadas de por vida. —Sonreí—. Te prometo que estoy bien. Es solo la inquietud que el clima provoca en mis pensamientos.
Kazuto me miró con una interrogante plasmada en todo su cara. La sinceridad que sus ojos dejaban entrever con cada pestañear, me calentaba de forma reconfortante; atrayendo a mi buenos recuerdos, de esas veces en las que él me hacía resplandecer justo como ahora.

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Una noche invaluable
RomansaEl año nuevo llegó a Underworld. Asuna y Kirito lo recibirán en su habitación; el estrés de días pasados se irá lejos de sus corazones, y será momento de liberar todo su amor. ¿Y si alguien toca a su puerta? ♥ 100% Kiriasu