Cuidado tonta.

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Capítulo 1.

Estaba a punto de salir de clases, prestaba atención en la profesora mientras hablaba y mostraba vídeos del tema que tocaba. Siempre prestaba atención a las clases, siempre fui la chica de notas altas, la presidenta de curso o secretaría de la profesora, siempre destacaba.

Mi celular vibró en mi mano haciéndome pestañar dos veces y bajé la mirada a la iluminada pantalla de mi iPhone que decía "Mamá", abrí el mensaje y leí.

De: Mamá.
Para: _____________.
Hora: 5:52pm.
"Hija, cuando te desocupes ven rápidamente a Starbucks Antara, tengo que contarles y proponerles algo importante a tu hermana y a ti. Las espero."

Vi la hora y bloqueé mi celular para dejarlo sobre la mesa, eran las cinco con cincuenta y dos minutos, sólo ocho minutos más. Por suerte la cafetería Starbucks estaba a una cuadra de mi colegio, así que correría.

Cuando la campana sonó, ordené rápidamente los libros, los metí en mi bolso y salí rápidamente del salon para buscar a mi hermana Alondra.

Luego de encontrarla salimos lo mas rapido que pudimos de la escuela. Corrímos por las calles para llegar a la cafetería, sin darme cuenta al cruzar la calle por si venía un auto o si estaba en verde o rojo, sólo crucé, pero la bocina de un automóvil y el sonido fuerte que hicieron las ruedas al frenar, me asustaron demasiado y miré rápidamente a la persona que me insultó desde adentro del vehículo tomando mi pecho y respirando agitadamente por el susto.

―¡Ten más cuidado, tonta! ―gritó el chico desde el Ferrari negro.

―¡Tú eres el que tiene que tener cuidado, estoy cruzando!, ¿Qué no me ves? ―fruncí el ceño mirándolo.

―Deberías de fijarte en el semáforo para la próxima y darte cuenta quién realmente debería fijarse ―sacó la cabeza por la ventana del auto.

Rodeé los ojos y seguí mi camino a la cafetería.

Cuando llegué, miré a todos lados para ver a mi madre, vi una mano que se movía para que la encontrase, seguramente ella me vio, pero para no molestar a las personas de ahí, sólo movió la mano. Sonreí y me acerqué rápidamente. Besé la mejilla de Ángela, mi madre.

― ¿Qué tal como estuvo su día hijas? ―sonrió mientras me sentaba en la silla.

―Bien ―suspiré cansada―. Por poco me atropella un tipo, mamá ―abrí mis ojos como platos para sorprenderla. Ella también lo hizo, pero fue enserio.

__ Alondra: Cabe mencionar que el tipo estaba guapo, tal vez no lo haya notado mi hermana

pero si que estaba guapo.

― ¿De verdad?, pero ¿estás bien? ¿No te pasó nada?

―No mamá ―alargué―. Estoy bien, no me pasó nada. Tranquila.

Mi mamá siempre se preocupaba mucho por mí, por ser su hija mayor, aunque ella siempre me decía que era porque me amaba demasiado y moriría si me pasara algo.

―Que bueno que no les paso nada. No tengo idea qué haría con mi vida si les pasara algo ―Nos recordó por milésima vez.

―Tranquila ―hice una risita―. Iré a pedir con alondra.

Ahorita volvemos ―le sonreímos y caminamos hasta la cajera.

― ¿Qué va a llevar? ―me habló la chica rubia que estaba de cajera.

―Un Frapuccino y tres Muffins de chocolate ―hablé mirando las pizarras que tenían escrito todos los distintos cafés. Pero sin duda me quedaba con mi favorito.

---- Alondra: Un frapuccino y unas galleas de chocolate --- hablo alondra mirando las pizzarras

― ¿Algo más? ―la rubia dejó de teclear el pedido.

--- No gracias, seria todo.

―Seria 99 con cincuenta ―abrí mi bolso para sacar el dinero―.

¿En efectivo o tarjeta?

―Efectivo ―empecé a contar el dinero y se lo di.

― ¿Sus nombres? ―tomó un plumón y un vaso para escribir nuestros nombres.

― Alondra y ____.

―Listo. Pase a retirar en un momento, no tardaremos ―me pasó los tickets y dejó los vasos de plástico a un extremo.

Sonreímos amable y nos fuimos a sentar nuevamente donde estaba nuestra madre.

―Y bien, ¿Qué tenías que contarnos? ―sonreí entusiasmada.

―Tengo tres pasajes para Hawaii, e iremos a la isla Kayak, a la que querían ir hace unos meses ―sonrió.


¡Oh, Dios siempre he querido ir allí!, es muy lindo y mi mamá cumplirá una vez más unos de nuestros sueños. El anterior fue cuando tenía sólo 10 años y alondra tan solo tenia 7 años soñaba con ir a Disney World. Mi madre siempre ha hecho todo por cumplir nuestros sueños. Simplemente es la mejor mujer de todas. La mejor madre.

Dimos un gritito ambas hermanas.

―¡Oh, por Dios, mamá! ―tenía mis manos en mi pecho, no lo podía creer―. Y ¿cuándo? ―hablé emocionada.

―Hoy mismo, a las ocho con treinta minutos. Nos vamos por una semana ―sonrió. Mis ojos se abrieron como platos

___ Pero aun no tenemos nada listo. --- menciono alondra

―Por Dios, mamá. Aún no preparo los bolsos... tenemos que irnos a casa, rápido ―sonrió mientras se paraba de la silla junto a mi hermana y a mi, pero me detuvo.

―Faltan sus pedidos ―habló divertida.

Hicimos una risita y caminamos rápido hasta la mesa en donde debíamos retirar lo que pedímos. Ahí estaba todo, el vaso con mi nombre el de mi hermana, los muffins y sus galletas, así que pedímos si podían ponernolos en una bolsa para llevar, lo hicieron y salimos de ahí.

Cuando llegamos a casa que quedaba aproximadamente 20 minutos caminando, empecé a ordenar mi ropa y trajes de baños, todo lo que necesitaba para una semana. Se me pasaría volando. Ir a Kayak ha sido mi sueño durante años. Bajé con mis maletas y empecé a verificar que no se me quedara nada.

―Tengo todo listo, mamá ―dejé mis maletas cerca de la puerta.

--- Solo falta tu hermana alondra, hay que esperarla y nos vamos.

----- Estoy lista. --- hablo alondra bajando con algunas maletas

―Bien ya estamos todas. Falta una hora aún, en treinta minutos nos vamos.

Caminé hasta la sala y me senté en el sofá grande prendiendo el televisor, empecé a ver Fashion Police, uno de mis programas favoritos ya que hablaban de los pro y contra de la moda.

Cuando entré al avión, leí mi papel que tenía el número del puesto que me tocaba, "Puesto 48 - Fila dos". Lo busqué y me senté con mi madre lo cuál a ella le tocaba la ventana. Me ofreció su puesto para ver el paisaje, pero me hacía vomitar y marearme, además sólo vería nubes, nada interesante. Mientras que alondra venia a lado de mi madre con su celular en mano escuchando musica

Me paré para meter uno de mis bolsos en la maletera que estaba arriba de mi puesto y empecé a maldecir entre dientes, no cabía y me pasé a apretar la mano de tanto forcejear. Fue entonces cuando escuché una voz que venía del puesto detrás del mío. Reconocía esa voz.
Cuidado, tonta ―sonó la voz de un chico, con el tono divertido.

Miré al chico, pues esa voz me sonaba muy conocida y no me equivocaba. Sí, era él. El chico que por poco me atropella esta tarde, lo cual seguía pensando que él tenía que tener cuidado. ¡Era él, Dios era él! Esperemos que todo fluya bien y no me moleste durante las tres horas de viaje.

¿Destino O Casualidad?(Mario Bautista, jan carlo bautista y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora