Capitulo 2

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Kimberly loaiza

El despertar

Los rayos del sol que entran por la ventana molestan en mis ojos, y aunque quisiera levantarme o moverme en realidad estaba muy cómoda para hacerlo mi cuerpo estaba en una posición agradable, puede que mi cabeza aun duela, pero estaba cómoda

Juan-: ¿Kimberly estas despierta? – pregunta el tocando la puerta con cuidado- ¿puedo pasar?

Kimberly-: adelante juan, estoy despierta –digo un poco alto- hola –murmuro cuando entra-

Juan-: buenos días Kimberly, espero hayas descansado bien –responde el- disculpa que haya llegado así de repente a tu habitación, pero necesitamos hablar

Kimberly-: no te preocupes, yo realmente lo entiendo –respondo- ¿ya pensantes en que historia diremos? –pregunto-

Juan-; si y no, primero antes de crear una historia tenemos que conocernos –dice algo rápido- porque harán más preguntas y tenemos que saber cosas de nosotros

Kimberly-: claro, me parece realmente bien – muestro una pequeña sonrisa- bueno, puedes comenzar tu

Juan-: Nací el dieciséis de noviembre de Mil novecientos noventa y cinco, tengo una hermana, me gusta en color rojo, mido un metro ochenta y tres centímetros, me gustan los tacos de frijoles con queso y tengo una prometida –dice con gracia- eso es lo básico, podemos ingeniar algo con eso

Kimberly-: pues yo tengo veintiún años, nací el doce de diciembre de Mil novecientos noventa y siete, me gusta el sushi, soy única hija de mis padres –pienso- mi color favorito es el morado. Mido un metro sesenta centímetros, y me secuestro un narcotraficante y ahora seré su esposa

Juan-: bueno, ahora podemos crear una historia y bajar a desayunar –dice el mirándome fijamente- empecemos

La historia a pesar de estar compuesta era básica, el típico cliché en el cual el chico malo salva a la chica de algo y se enamoran. Causa gracia y da ternura, por mi parte quería lograr la mejor actuación y es que yo no quería morir. Después juan espero a que saliera del baño para baja a desayunar y luego ir al centro comercial a comprar cosas para mi

Juan-: cuando lleguemos te daré un recorrido por la casa –dijo al tomar mi mano y guiarme al comedor- buenos días –se anuncia el a las dos mujeres que están sirviendo el desayuno- nana, Natalie –murmura dando un asentimiento con la cabeza-

Nancy-: buenos días niño juan –me observa con intriga- y señorita

Kimberly-: Kimberly, o Kim como prefiera señora –digo y tomo asiento- Juan –lo llamo- ¿puedes darme algo para el dolor?

Nancy-: ¿para el dolor por qué? –pregunta- ¿quieres desayunar niña? –me pregunta-

Juan-: uno de mis hombres le dio un golpe en la cabeza, mi chica tiene un dolor –dice él y deja un beso en mi frente-

Natalie-: ¿su chica? –pregunta la mujer más joven- ¿eres su novia? –me pregunta-

Kimberly-: su prometida de hecho –respondo con altanería- y sí, quiero desayunar, muchas gracias

Natalie-: ¿es tu prometida? -le pregunta- ¿vas a casarte? –vuelve a preguntar-

Juan-: es mi prometida, y si me voy a casar próximamente dice él y se sienta mi lado para tomar el desayuno – por favor tráele desayuno a Kim

Kimberly-: y café caliente por favor –digo con una sonrisa ladeada- gracias

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El centro comercial queda un poco lejos de casa, y es que vivimos en una de las zonas más alejadas al centro de la ciudad. Tienda tras tienda, factura tras factura y un montón de bolsas que cargan los guardaespaldas que traemos y aunque siento un poco de lastima por ellos, no quiero cargarlas yo

Kimberly-: juan –lo llamo- ¿puedes comprarme un helado?

Juan-: ¿un helado? –pregunta y asiento- claro, vamos – dice y caminamos hasta llegar a la heladería- buenas tardes

xx-: hola, bienvenidos ¿Qué desean ordenar? –pregunta el chico que está atendiendo-

juan-: queremos un helado de –voltea a verme- ¿de qué lo quieres?

Kimberly-: de galletas y fresa –digo asintiendo hacia el chico que nos atiende- ya estoy cansada, ¿podemos volver a casa pronto? –pregunto-

Juan-: claro –dice y paga mi helado para después recibirlo – toma bonita –me lo entrega tras darle una lamida- esta delicioso

Kimberly-: gracias –sonrió- aunque no tenías por qué darle una lamida eh –digo en un tono gracioso- y si, estas en lo correcto, es delicioso.

Al llegar a casa tomo una ducha y me cambio por de esas lindas pijamas que compre en el centro comercial. Juan se había acostado al lado mío en la cama u mientras hablábamos un poco y aunque quiera negarlo tengo que admitir que también hubo besos, muchos besos y me gustaban esos besos que me daba, eran dulces y apasionados. Luego de un rato mi cabeza empieza a palpitar nuevamente, el dolor había vuelto y esta vez aún más intenso que antes.

Juan manda a que el doctor de la familia me observe mientras me retuerzo en la cama por no aguantar el dolor, me dan unos calmantes y el dolor empieza a irse pero sigue ahí

Juan-: dejare que duermas –dice el intentado levantarse de la cama-

Kimberly-: no, no te vayas –le ruego- no me dejes sola, quédate hasta que me duerma –lo miro- ¿puedes?

Juan-: Kim -toma mi rostro entre sus manos- estoy contigo, me quedaré Kim, recuérdalo siempre, no tengas miedo -deja un beso en mi frente y luego me recuesto para dormir - descansa aquí estaré contigo -asiento mientras cierro los ojos lentamente-

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Al despertar estaba en la cama todavía y con juan a mi lado mientras revisaba su celular, levanto mi cuerpo y lo recuesto de la cabecera de la cama y el voltea a verme con una sonrisa, hace que recueste la cabeza en su pecho y después abrazo mi cintura con posesividad, cuando entran a la habitación mujeres y hombres con montones de bolsas de centro comercial ,.

Juan-: ya despertaste completamente -asiento- mande a traer tus medicinas a casa

Kimberly-: gracias, por todo esto -él sonrió-

Juan-: ¿Puedo hacerte una pregunta? -Pregunta y asiento- bueno más bien son dos o tal vez tres

Kimberly-: si claro, dime

Juan-: ¿Tus padres eran buenos contigo? -Dice es un pequeño susurro-

Kimberly-: si, bueno en lo que cabe debido a que mi madre quería abortar cuando se enteró que venía en camino y no pudo abortar me así que, estoy aquí y ellos me tratan como una niña todo lo que quiero lo tengo, iban a apoyarme en las competencias de ballet y gimnasia rítmica, si me tratan bien

Juan-: ah -dice- ¿Estás bien aquí conmigo? -Pregunta nervioso -

Kimberly-: realmente sí, yo siempre quise una vida de aventura no un chico de finanzas y que mejor aventura que ser la mujer de un narcotraficante

Juan-: me alegra eso, habla última pregunta ¿Eres virgen?

Kimberly-: si, los chicos con los que estuve dice que el sexo antes del matrimonio es un error así que entonces si lo soy

Juan-: nunca me lo esperaría el eres muy sexy -me sonrojó- eh perdón

Kimberly-: no te preocupes, a mí me gustan tus besos -digo haciéndolo siento sonrojar - perdón yo...

Juan-: no importa, a mí me gustan los tuyos.......

Narcotráficantes 💏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora