Capítulo 2.

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Las noches son oscuras lejos de la ciudad, no es sencillo acostumbrarse a la oscuridad profunda dentro de una casa, León busco por mucho tiempo lámparas o velas para poder alumbrarse, pero no encontró nada en la oscuridad, así que regreso a las escaleras principales donde el tragaluz le permitía a la pálida luz de la Luna entrar, se sentó ahí, un poco decepcionado, pues había perdido el día entero y ni siquiera podría dormir esa noche, miro el tragaluz, era lo primero que habían remplazado supuso, pues se veía como nuevo, seguramente los anteriores trabajadores no querían correr riesgos con el, sus ojos poco a poco se acostumbraban y vio todo el lobby desde ahí. Sin poder hacer nada y en medio de la noche sumergido en sus pensamientos, suspiro para acercarse la mochila donde llevaba comida, abrió una botella de agua primero y sentado en los escalones comenzó a hablar con su soledad, dirigiéndose a "Venus".

La soledad era algo que no le iba, quedarse con sus pensamientos le era insoportable, empezó a reírse mientras hablaba con ella y volteo a verla sonriendo a carcajadas, llamándose a si mismo patético, no soportaba sus propias ideas y pensamientos, trabajaba siempre con una radio a su lado, la música acallaba sus demonios internos, el ver lo que otros crearon lo perdía en las ideas de que otros tuvieron para concebir las obras de arte que llegaban a sus manos, bajo la mirada recargando su brazo sobre su rodilla, jamás había sido bueno en nada, jamás había hecho nada bien hasta que un día jugando su hermano rompió por accidente el florero favorito de su abuela, como buen hermano mayor lo calmo tomo los fragmentos y el pegamento blanco que usaba en la escuela, comenzó a unir cada pedazo con cuidado, soplando el pegamento con cada unión para que se tornara transparente y con su navaja retiro los excesos, su hermano lo miraba con admiración, por primera vez el se sentía útil, sonreía y al terminar la pieza quedo casi como nueva, lo colocaron en su lugar, sin que León creyera que el lo había hecho, se sentía orgulloso y no se dio cuenta que todo el tiempo su abuela lo estaba viendo, hasta que se acerco a revisarlo, pero el jarrón callo de nuevo rompiéndose, ella le dijo que el pegamento no era el adecuado, al ver que no estaba enojada se sintió en confianza y su abuela le enseño como reparar muchas cosas, finalmente había encontrado su vocación y la historia de los objetos comenzó a cautivarlo.

Se quedo en silencio de nuevo, perdido en sus recuerdos, pero su meditación se interrumpio de súbito por el crujir de las sabanas de platico detrás de el, volteo enseguida y vio con horror como la estatua comenzaba a caer sobre el, su corazón se acelero, pero no corrió para esquivar la pesada escultura, si no para sujetarla y no dejar que se quebrara, era tan pesada que de inmediato se lastimo el brazo, la empujo para regresarla a su lugar sin gritar a pesar del dolor, la coloco de regreso en su sitio y se hincó frente a ella, respirando agitado, sintió sobre su hombro como caía polvo, asustado se levanto para examinarla y ver si se había dañado, pero no encontraba nada, solo esa angustia en su rostro, así que se apresuro a ir por sus herramientas y preparo todo en la oscuridad para volverla a resanar y emparejar los colores y los acabados, le decía que algo tan hermoso no se podía perder, que algo tan especial merecía ser hermoso siempre, la escultura ya había sido resanada una vez, pero se notaba que así había sido, así que León trataba de ser mas cuidadoso con ello, era minucioso en lo que hacia y cuando termino no se sintió satisfecho, miro la escalera completa, algunos escalones habían sido removidos y los barandales eran viejos y estaban maltratados, tomo las herramientas de carpintería que ahí dejaron y se puso a trabajar, aun hablaba con ella, no creía que una bella dama como ella debiera estar en un lugar así de descuidado.

Rara vez un curador hace trabajos exhaustos, rara vez un curador hace carpintería para ganarse la vida y muy rara vez un curador suda al usar todos los músculos de su cuerpo, decía León mientras hacia el trabajo de reparar la escalera, no era experto, para pagar su carrera tuvo que trabajar de muchas cosas que solo podía hacer los fines de semana, la constructora de su tío lo contrataba esos días, así que sabia poco, pero lo suficiente para este trabajo, no temía ensuciarse las manos, se sorprendió al ver el amanecer detrás de el, no se dio cuenta que había pasado toda la noche en eso, pero cuando la luz del sol comenzó a entrar por las ventanas laterales pudo admirar el resultado de una autentica escalera de madera recién barnizada y reparada, salto de alegría y con los brazos extendidos y sin dejar de hablar con "Venus" como su única compañía le presumió que lo había terminado y le pidió le negara que le había quedado perfecto, como no hubo respuesta, sonrío pues no podía negar lo bien que quedo, se sintió cansado, le agradeció su compañía y salio de la casa, con la luz del sol podría trabajar afuera y podía ir a buscar un electricista para ayudarlo a no pasar otra noche en la oscuridad.

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