Galatea

Capítulo 5.

León nunca había creído en los espíritus y fantasmas, era algo estupido e ilógico, nunca se había topado con cosas sobrenaturales a pesar de trabajar en objetos antiguos toda su vida, fue así como se había convencido, residir en una casa vieja supuestamente embrujada no le causaba en menor miedo, su vida cotidiana le era aburrida y ya se había cansado de ella, restaurar una casa completa sería sin duda un reto que sabia podría terminar, pero no estaba del todo seguro hasta ver una fotografía, se le conocía como "la Venus" una reinterpretación de la famosa pintura de Botticelli "El nacimiento de Venus" esculpida en el descanso de la escalera principal de la casa, la cual lo cautivo, quería verla en persona y tanto era su deseo que accedió a tomar el trabajo.

Cuando su trabajo lo llevo al hartazgo simplemente lo dejo y vendió todo lo que tenia y que lo atara a una banal vida inútil y sin futuro, empaco un poco de ropa y sus instrumentos de restauración, todo aquello que como curador guardaba en casa, tenia una fuerte cantidad de dinero en el banco, sin embargo se pasaba la tarde en el café donde cito a Pierina, el lugar abría las 24 horas y de vez en cuando salía a tomar un respiro, se podía dar el lujo, por lo menos su solvencia económica estaba asegurada por unos años gracias a su habilidad y su trabajo, había adquirido piezas de arte que pudo vender a un alto precio, sin embargo unas largas vacaciones no era lo que buscaba y pedía permiso en las casas de antigüedades para entretenerse juzgando y reparando pequeñas piezas.

El día que conoció a Pirina se quedo con las fotografías de la casa, estaba muy emocionado en la cafetería, pero decidió ir por ultima vez a la casa mas cercana de antigüedades, León era un hombre muy seguro de si, siempre cortes y amable, razón por la que las personas a su alrededor se sentían en confianza para dejarlo hacer lo que el quisiera, se puso a ver entre todo lo que tenían en ese lugar, pero nada parecía llamar su atención, solo pensaba en la hermosa estatua que podría conocer al día siguiente, sin dejar de ver la fotografía una y otra vez, trato de entretenerse con una bajilla antigua, pero le era casi imposible hacerlo, así que se quedo ahí toda la noche, hasta que la dueña del lugar, le pregunto si no había dormido, el se dio cuenta de cómo se le fue el tiempo y se disculpo por quedarse ahí todo el día y la noche, se levanto presuroso, en su maleta llevaba siempre comida instantánea, la mujer se río de el por ser tan precavido y le deseo suerte en su día, fue cuando el le dijo que no la vería un largo tiempo, lo que extraño a la mujer a quien no consideraba su amiga, pero si le tenia mucho respeto, se sonrojo por un momento y respondió que debía ir a ver a su novia, eso la sorprendió y el se empezó a reír, pues era solo una broma y se fue sin decir más.

Era temprano aun, llego fuera de la cafetería, como no había descansado, sin darse cuenta se durmió por una o dos horas, despertó cuando el sol comenzaba a salir y se levanto del piso, justo cuando Pierina iba llegando en su auto, jamás creería en rumores o supersticiones de la gente, no sabia que sus ojos verían algo increíble que lo haría en realidad feliz.

Una noche despertado por el crujir de la casa, se topo con lo increíble, con lo que la razón no puede entender, pero a su vez, un deseo oculto que el ni siquiera conocía, frente a sus ojos había cobrado movimiento su adoración, la escultura de "la Venus" se movía entre las paredes de la casa, hablaba con el como una mujer de carne y hueso y de ella provenía un perfume que lo cautivaba, ella también decía estar en un sueño, aunque el se daba cuenta que no era así que estaba despierto y aunque seguramente cualquiera dudaría de su cordura, el se convenció de que la locura no había llegado a el, "la Venus" se presento como Violeta, el sabia poco de su historia, solo que se había comprometido con un hombre acaudalado que se marcho a la guerra, cuando eso ocurrió su familia se hizo de dinero y ella mando a edificar la mansión para su futuro matrimonio, sin embargo el jamás volvió y ella se suicido cuando termino la casa diez años después, comprendía el tiempo de construcción pues los jardines tenían muchísimas estatuas y bustos pequeños, cada grupo contaba al parecer una historia y dentro de la casa molduras por toda la planta baja.