٦🌼֞ຽ-Solo quiero más

░⃟⃜₎ᴇᴘɪ́ʟᴏɢᴏ◵໋݊ꓸ🌼

La luna se elevó levemente sobre la torre, resaltando las vigas grises a la luz plateada y haciendo que los hexágonos en la distancia brillaran con la niebla del anochecer.

El grupo ya había vuelto de su misión hace poco, los ruidos de las risas lejanas y las bromas del Imperio, poco a poco se volvían más silenciosos detrás de ellos y el brillo anaranjado de las antorchas se desvanecía lentamente en azul y gris. Shadoune condujo a Rubik hacia la cima de su Torre Eiffel.

Se quedaron una mesa que parecía dar pinta a una especie de cita, disfrutando de un cómodo silencio. Rubik tocó levemente el hombro del frances mientras veían la luz de la luna jugando sobre toda aquella arquitectura.

—¿Por qué me has traído aquí?—preguntó finalmente con diversión en su voz.

—Yo ... pensé que era hermoso, con la luna y todo—respondió. Era sólo la mitad de la verdad, y se tensó, su estómago revoloteando como si estuviera lleno de zombies pequeños que saltaban emocionados de arriba a abajo cuando Rubik giró la cabeza para mirarlo.

—Ciertamente lo es—respondió, acercándola un poco más.

Shadoune asintió con cuidado, una parte de su mente le gritó que ya hablara. El blaze pareció sentir al menos algo de su lucha interior y lo miró mientras levantaba una ceja.

—¿Shadoune?

—¿Sí?

—¿Es esa la única razón por la que me trajiste aquí para que estemos solos?—

—No exactamente.

Rubik asintió con la cabeza, muy lentamente, y el contrario se mordió el labio, casi temblando bajo el hormigueo que le recorría la columna y el calor acumulaba en su pecho. Probablemente sabía exactamente lo que había decidido hacer con esa profunda percepción que tenía en su mente, pero esperó a que él diera ese paso.

—No hagas eso—habló Shadoune, medio frustrada por su propia vacilación.

El ogro se rió entre dientes, ganándose un codazo. —¿Hacer qué, Shad?

—Eso . Sabes que no soy bueno en esto.

—No sé a qué te refieres—respondió inocentemente.

—Sabes perfectamente a qué me refiero, por qué te traje aquí—respondió—¡Deja de reírte!

—No lo estoy haciendo—mintió claramente.

—Oh, basta, estúpido. Te traje aquí arriba para estar lejos de los demás y sus ruidosas voces mientras sale la maldita luna para decirte que te amo y ¡no me digas “OHH, no lo sabiaa”!

Rubik se quedó paralizado.

Shadoune luchó por hablar, sorprendido por sus propias palabras, pero ahora que las había dicho, escaneó la expresión de Rubik, vio cómo se transformaba de una mirada incrédula a una sonrisa conmovida.

—¿De verdad, Shadoune?—preguntó, su voz sonando ahogada.

El contrario asintió—Sí. Siento haberte hecho esperar. Sé que has sido tan paciente ... es parte de la razón por la que siento por ti como lo hago—dijo en voz baja. Sabía que su confesión no era tan romántica y suave como lo hubiera hecho alguien con un poco más de experiencia, pero por la expresión del blaze de querer llorar - ya que no podía - , supo que lo había hecho perfectamente bien.

—Te amo, Shadoune—murmuró Rubik, con la voz quebrada. El frances sonrió ante su demostración de alegría y emoción, el lo abrazó por el momento que necesitaba para aceptar sus sentimientos, conmovido por su respuesta.

—Yo también te amo, Rubik—susurró. Se sintió bien, en todos los sentidos.—Sabías que te lo diría algún día, ¿no?—Preguntó.

El blaze resopló y levantó la cabeza, sonriéndole con los ojos llenos de adoración. —Admito que tenía esperanzas. Pero escuchar lo que sientes por mí fue…—murmuró.

Rubik simplemente sonrió, sus ojos estaban brillando con devoción.

—¿Te quedarás conmigo?

—Lo haré.

Y lo decía en serio, se dio cuenta cuando Rubik lo besó, su corazón latía al mismo tiempo que el de él.

Tuvo más de lo que quería y estaba feliz con eso.

Con este epílogo siento esta historia ya finalizada, gracias por leer si es que esperaste hasta aquí. <4