Capítulo 20

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Aproximadamente pasaron cinco meses después del nacimiento de los pequeños y el ambiente que se sentía en el hogar de Naruto era agradable, sus padres seguían viviendo en su casa y casi todos los días el hermano de Sasuke iba a visitarlo junto con Deidara sin olvidar que los padres de Sasuke también iban solo que eran pocas las veces, su relacion con el moreno era solamente amistosa, ademas ambos acordaron que se seguirán frecuentando por sus hijos ya que el rubio no quería que ninguno de los dos bebés pensaran cosas que no son, tampoco es que se hayan vuelto los mejores amigos, simplemente era agradable pasar tiempo juntos, como si de amigos se tratasen.

Las cosas con el médico iban mas que bien, en algunas ocasiones ambos cenaban fuera o Utakata iba a su casa y pasaban la tarde juntos. Le gustaba la manera en cómo se comportaba con él y con su familia. Sabia que tenia sentimientos por él solo que aun no se animaba a admitirlos, era conocedor de los sentimientos del ojimiel pero aun no seria dar el siguiente paso, aún no.

Sus padres al principio desconfiaban de él puesto que no querían verlo sufrir, pero poco a poco Utakata se fue ganando el cariño de ambos, aunque Minato dijo que lo seguirá vigilando y que no cometería dos veces el mismo error. Apreciaba eso de su padre pero también era lo suficiente mayor para cuidarse solo, aunque Minato aun lo veía como un niño pequeño.

Ese día no era diferente a los fines de semana pasados, Utakata llegaría a la misma hora y la pasarían juntos, sin olvidarse de sus hijos, ya que el medico le habia dicho que lo quería a él y a los pequeños, le alegraba saber que aquel hombre apreciaba tanto a sus hijos como a él.

Como siempre llego puntual, eran las 4 de la tarde cuando tocaron a su puerta, encantado el rubio fue a abrirla para encontrarse con el alto, sus ojos color miel se posaron en él y la sonrisa que le dedicó pudo decir que lo dejó sin palabras ademas de dejarle la cara un poco sonrojada, cosa que al mayor de los dos le encantó, de hecho le encantaba la manera en la que el rubio mostraba su hermosa cara sonrojada por ello siempre le hacia cumplidos que pudieran teñir sus mejillas de rojo.

- Hola - susurro el ojimiel acercándose un poco al rubio- Te traje helado es tu favorito - susurro provocando en Naruto un otro leve sonrojo en sus mejillas.

-Gracias - dijo mientras se apartaba un poco de la puerta para dejarlo pasar. El tenerlo muy cerca siempre lo ponía más nervioso de lo normal y estaba seguro que el ojimiel lo sabía y por ello hacia ese tipo de cosas aunque tampoco era como si le disgustara.

- ¿Dónde están los niños? - preguntó mientras veía por los alrededores, a Naruto le encantaba la forma en la cual quería a sus hijos como si de los propio se tratase, por ello y más le gustaba.

- Están durmiendo - le dijo el rubio mientras se acercaba al otro y  tomaba la bolsa que aun traía en manos - ¿Qué quieres hacer? -  preguntó mientras se dirigía a la cocina para tomar dos tazones pequeños donde pudiera colocar el helado y comerlo juntos mientras veían televisión. 

- Todo lo que tú quieras - le dijo mientras se acercaba al rubio y lo abrazaba por la espalda para después susurrarle al oído - yo siempre estaré para complacerte, lo sabes muy bien - el rubio sintió un escalofrío pasar por toda su espina dorsal, ademas de ponerse mas nervioso de lo que ya estaba.

El rubio se sonrojo aun mas de lo que ya estaba, se volteo quedando frente al ojimiel quien se dedicó poco a poco disminuir poca distancia, sus respiraciones se mezclaban mientras ambos se miraban a los ojos, sin demorarse más tiempo, el ojimiel corto la distancia besando por fin al rubio quien lo recibió gustoso.

Aquel beso que ambos compartían en ese momento resultó ser el más dulce para ambos, ademas de que era la primera vez desde que comenzaron a salir que se besaban, para el ojimiel el poder probar finalmente los labios del rubio era la gloria misma, desde el primer momento en el que lo vio aparecer frente a sus ojos quedó flechado, lo supo mientras más lo veía.

Sin embargo en la manera en la cual lo conoció no fue precisamente la mejor, el verlo en brazos de quien en su momento pensó que sería el esposo y ademas padre del bebé que en ese estaba por nacer, supo que no tendría oportunidad.

Grande fue su sorpresa al enterarse que el rubio ya no se encontraba casado con aquel hombre, desde que lo supo se dijo asimismo que haría todo lo posible por llegar a tener al menos una oportunidad para poder conquistarlo.

Los días en los cuales el rubio iba para su revisión eran los mas felices ya que podia hablar con él, al principio se habia dado cuenta que el rubio se mantenía al margen de él, no hablaba mas de lo necesario, sin embargo poco a poco se fue abriendo a él hasta que pudo contarle sobre sus sentimientos.

Sabia que el rubio sentía algo por él pero este aun no se animaba a decírselo y tampoco lo iba a presionar, él no era esa clase de persona y por el rubio podría esperar todo el tiempo que fuera necesario, de eso estaba mas que seguro.

Después de un corto tiempo ambos se separaron por falta de aire, el ojimiel poso sus dos manos en las mejillas del rubio y lo miro directo a los ojos para depuse juntar sus frentes cosa que hizo que ambos cerraran sus ojos y disfrutaran del tacto.

- Tal vez pienses que es muy pronto para decir estas palabras pero es algo que siento muy real y no importa si aun no puedes decirlas - le dijo  el ojimiel sin apartar la mirada del rubio - pero esperare por el momento en el que me aceptes completamente en tu corazón y en tu vida - el rubio se habia quedado sin palabras para decir, solo podia mirar a los ojos del ojimiel - te amo - dijo en un suave susurro - te amo Naruto - después de esas palabras volvió a besar al rubio sin esperar respuesta a sus palabras.

No Hay Segundas OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora