Dulce olor a moras | Tamaki Amajiki x Tú

Analgésico

Capitulo 3

-...15

- Ah? - Dije anonadada.

- Atenderás la mesa 15 - respondió.

Salí decidida mis nervios se convirtieron en seguridad y empoderamiento.

Al salir de la cocina hice un conteo rápido de la ubicación de las mesas para mi buena y mala suerte mis padres estaban en la mesa número 16, quizás no los iba a atender personalmente, pero sería más que suficiente para que viera mi padre como trabajo y que ambos reconozcan qué puedo trabajar por mi propia cuenta.

En el fondo sabía que mi padre sólo venía a verme a mí, y ¿Por qué lo sabía? Bueno, el hace visitas cada cierta temporada del año, era muy inoportuno que llegara en estás fechas, además, a todos nos sorprendió su visita, incluso al gerente a cargo. Ahora, porque venir aquí primero? Él hace rutas específicas de viaje para ir a cada uno de los restaurantes de la zona, no cabe duda.

Me dirigí a la mesa que me ordenó el capitán. Mantuve los mejores modales como siempre, gran accesibilidad y tuve el atrevimiento de presentar el menú, e inclusive logré que pidieran más de lo que querían al principio, me felicitaron y agradecieron el servicio. Eso cuenta demasiado y no sólo me beneficio en el ámbito laboral, también el demostrarle a mi padre que soy capaz.

Ya casi eran las 10:00 P.M, el restaurante estaba casi desalojado.
De momento, cuando atendí mi primer mesa en ese tan fatídico día, mi seguridad había aumentado.
Escuchó que alguien me llama, sentí un repentino bajón al reconocer la voz, era mi padre.

- Mesera!- exclamó mi padre en un tono...amable?

Eso a la mayoría no le importaría, pero yo estaba perturbada, ya que él nunca me había hablado de esa forma, pero se podría decir que en ese momento no soy su hija-pensé.

-Estuvo delicioso todo, excelente servicio. No lo digo yo sino los clientes - lo dijo con una expresión de satisfacción y una sonrisa en su rostro.

Escuchar eso de él era un poco extraño. Y verlo sonreír me era sorprendente, pero no sabía que sentir ante esa reacción tan inesperada de él hacía mí, eran sentimientos encontrados.

- Me alegra mucho.-respondí-Hay algo más que le pueda ayudar?.

- Sí.

- Atiende la mesa 14.

No sabía cómo tomarmelo, esa orden era algo estúpida, ¿hay algo detrás de todo esto? ¿qué planea?-pensé.

Mi mente está hecha un lío. No sé cómo reaccionar. Cómo puede ser esto posible, quizás el año que dure fuera de casa recapacitó sobre la Universidad y lo quiero hacer?, Entonces porque no me contacto en todo ese tiempo?, el sabe perfectamente que tengo cierto complejo con...o ¿tal vez me está poniendo a prueba?
Ahhh! No! No puede ser, mis migrañas. En este momento no, no puede estar pasando. Cómo debo reaccionar.

En ese estado de crisis mental, ocurrió algo, tu mente se despejó por completo, por primera vez en todo el día, pasaste de un estado total de alerta, desesperación y ansiedad, a un momento de profunda calma, tranquilidad y armonía. Ahí olvidaste todo lo que estaba pasando con en ese instante. De alguna manera tus sentidos estaban capturados por un repentino y suave olor a moras dulce.