Me senté en el bus, en mi lugar de siempre, camino al instituto. Iba junto a la ventanilla, reservando el lugar a mí lado con un par de libros.
Me coloqué los auriculares para pasar el rato mientras el vehículo avanzaba a través de las calles. No prestaba atención al resto de los estudiantes.
En una de las paradas mí mente golpeó contra la realidad, y miré detenidamente por la ventanilla.
Miré hacia la pequeña casa frente a la parada. La casa de Harry, pensé. Tomé los libros del asiento reservado, y esperé a que él subiera por las escaleras del bus, pero no lo hizo. Miré nuevamente por la ventanilla. Todos esperábamos.
Una mano se deslizó a través de las cortinas y saludó al conductor, indicándole que siguiera su camino. El conductor devolvió el gesto a la mano sin rostro, y siguió.
"Debe estar enfermo", pensé, sin darle gran importancia a la situación. Tomé mi teléfono móvil, y le envié un mensaje de texto.
"Harry, es Louis. ¿Todo está bien? ¿Por qué has faltado a clases? Espero que no te escabullas con otro, gilipollas. Mándame un texto."
El bus continuó parando en cada una de las paradas, y el asiento a mi lado fue ocupado.
La música me había succionado y estaba perdido nuevamente, sin prestar atención a lo que sucedía a mí alrededor.
Un mensaje de texto me sacó de mis fantasías.
"Louis, lo siento. No me sentía muy bien. Claro que no me enrollaré con nadie, idiota."
"Júralo. Yo no te prometo nada, ¿vale? ¿Has visto a Jason Hivki? Es ardiente ;-p"
"Idiota. Sabes que no lo harías."
"Es cierto. En fin, espero verte esta noche."
"Louis, estoy enfermo."
"Correré el riesgo."
"¿Estas flirteando conmigo, Louis? Vaya, esto es algo nuevo. Vale, haré lo posible. Si no aparezco hasta medianoche es señal de que no iré."
"Vale." Envié, y bajé del bus.
El día fue una mierda. Matemáticas a primera hora no es algo que realmente motive a ir al instituto, y mucho menos Biología como segunda clase. Los miércoles eran los segundos peores días, después de los lunes.
Llegué a casa alrededor de las cinco de la tarde. Mamá estaba preparando la cena, y mis hermanas estaban viendo televisión.
"¿Vendrá Harry, cariño?" Preguntó mamá.
"Posiblemente lo haga" Respondí, y subí a mi habitación.
Dejé los libros de la escuela en el escritorio, y me quité el uniforme. La camisa blanca y los pantalones bordó no eran mi uniforme preferido, pero lo que definitivamente cagaba todo era la corbata.
Me coloqué unos pantalones cortos azules, y dejé mi torso al descubierto. Me recosté en la cama, y envié un texto.
"¿Qué haces?:-p"
"Morir."
"¿De amor por mí?"
"Por supuesto ¿Y tú?"
"Acostado, sin ropa;-)"
"Flirteando otra vez, ¿eh? Me gustaría estar ahí."
"A mí también me gustaría. ¿Qué llevas puesto?"
"Sólo mi bóxer negro."
"¿Vendrás a cenar con 'sólo tu bóxer negro'?"
"No iré, lo siento."
"Joder."
Aventé el teléfono contra el suelo, y lo dejé allí tirado. Harry nunca faltaba a cenar. No podía imaginarme qué tan mal estaría para que Anne no le dejara venir a casa.
Me salté la cena, y me fui quedando dormido de a poco.
Era casi medianoche, o tal vez ya había pasado, cuando escuché unos golpes en la ventana. Abrí mis ojos, y miré, pero no había nada allí. El sonido era similar al del golpe de una mano contra el vidrio, pero eso era imposible ya que estaba en el primer piso. Ignoré el sonido, razonando que probablemente se trataba de mi imaginación, y volví a conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, mientras desayunaba antes de salir al colegio, le envié un mensaje de texto a Harry.
"Siento haberme molestado. ¿Nos vemos hoy?"
La respuesta fue inmediata. "Claro"
Faltaban quince minutos para salir a tomar el bus, así que encendí la televisión y coloqué las noticias. Estaba sentado escuchando a la periodista hablar sobre un asesinato ocurrido dos noches atrás, cuando enfocaron el lugar del acontecimiento. Era la casa de Harry. Subí el volumen y llamé a los gritos a mamá. Lo que escuché me dejó congelado.
La familia entera había sido asesinada. La noche del martes algo había irrumpido en la casa, y había asesinado a cada miembro de la familia mientras dormían. Al parecer, no se habían percatado de la presencia. La madre había sido encontrada boca abajo en su cama, con las almohadas y las sábanas blancas teñidas de rojo, pero no se encontró la herida por la cual se desangró. La hija mayor estaba en ropa interior, boca abajo también, desangrada. Y el hijo menor, usaba solo su bóxer negro cuando lo encontraron, junto a la ventana, con el teléfono móvil en su mano izquierda, desangrado. Era el único miembro que, aparentemente, podría haber visto al atacante.
Mis manos comenzaron a temblar, y el corazón golpeteaba en mi pecho con una fuerza incontrolable. Había hablado con Harry la noche anterior, estaba seguro.
Tomé mi teléfono celular, y chequee los mensajes, pero ya no estaban. No estaba loco, claramente no estaba volviéndome loco.
Camino al instituto, sentado en mi lugar junto a la ventanilla, me permití observar una vez más la casa de Harry. El chofer paró en su parada, al parecer no sabía de la tragedia, y esperó. Yo miré por la ventanilla, y mi corazón se detuvo. Una mano se deslizó por las cortinas, y saludó al conductor, indicándole que siguiera su camino. Él repitió la acción del día anterior, y siguió su camino. Sentí la bilis subir por mi garganta. Tenía la horrible sensación de un dejávù.
Mi teléfono celular sonó, y sin mirar la pantalla, abrí el mensaje de texto.
"¿Nos vemos hoy, Louis?"
Arriba, en letras negras, se leía "De Styles, Harry".