Comienzo

442 19 2
                                    

Mhh... ¡Que maravilloso es despertar entre sabanas que huelen tan bien! ¿A qué huele? ¿Bosque? ¿Menta? Oh, si esos olores me facinan!

Me revuelco un poco más entre las sabanas, y siento algo moverse a lado mio. ¿Qué será? 

Me acerco a una fuente de calor. Mhh... No recordaba que Pepelucha sea tan grande y fornida...

-¡Miau!- Pepelucha maulla desde un punto lejano de mi habitación. 

¿Ah? Pero si ella está ahí, ¿qué es lo que estoy abrazando? 

Abro los ojos alarmada para encontrarme con la cara de un chico. ¡Pero que chico! ¡Si esta para darle! 

Tiene las facciones duras: pomulos levantados, cejas gruesas largas, labios carnosos y apetecibles. 

Me muerdo el labio. 

¡Que lastima que se tenga que ir! Pero bueno, es la ley de la vida. Un chico de una noche, a la mañana siguiente se debe de ir. 

Miro debajo de las sabanas. Sigo vestida. Sorprendente. Lo sé, soy liberal y creyente del sexo sin compromiso ni sentimientos así que suelo tener sexo. 

¿No? ¿No hicimos nada? Wow, me sorprende que el chico no haya intentado nada. O tal ves si lo hizo, pero como estaba demasiado borracha no pudo. Mhh... ¿Quién sabrá? 

Intento alejarme pero sus fornidos brazos se ciñen sobre mi cintura con posesividad. Me revuelvo intentando librarme, pero su agarre se hace más fuerte y ajustado.

¡Agh! Me estoy comenzando a cabrear. ¡Que se quite ahora mismo antes de que lo haga yo!

No me di cuenta de que el chico ya había abierto los ojos, y sonreía.

¿Y a este que le pasa? ¿Qué no ve que me quiero librar de sus brazos?

Y el muy maldito lo único que hace es sonreir más para luego apretarme más a él.

-¡Que te pasa! ¡Quitate de encima!- Le gritó ya cabreada. Perfecto. Iniciamos el día con mal humor.

-No quiero, eres mía así que no te dejaré ir- Es lo único que responde el chico sin-nombre al parecer.

¿Y a este que mosco le picó? ¿"Eres mía"? ¡Ja! Creo que alguien se confundio de persona...

-¡Que te quites he dicho!- Me revuelvo más. Lo juro, sino me suelta, alguien no podrá celebrar un día del padre. 

-No- Okay, no me culpen por lo que le pase. 

-Qui.ta.te. Es la últiam vez que te lo digo-

-No- Bien, así lo quiso él. Su decisión, no la mía.

Un rodillazo basto para que el chico me soltará y profiriese una que otra maldición. ¡Ja! ¡Por no haber escuchado a Anabelle cuando te amenza! 

Okay, es muy raro hablar de ti mismo en tercera persona... Mis instintos me inclinan hacia este chico. Mmhh, huele muy bien. Estiro mi brazo con el din de tocar un poco de su piel. 

Siento una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo. Y las clases que me dieron sobre cuando una loba encuentra a su compañero vinieron como rayos por mi mente. 

 Si, leyeron bien. Puse loba, ya que eso es lo que soy. Una loba. Si, como en los cuentos que habran escuchado pero sin esa mierda que le ponen de la vida inmortal, o que somos aliados del demonio, o que tenemos un lobo interior que te habla y aconseja... ¿Yo que sé que mierdas se inventan los humanos? Aunque hay que admitir que tienen una gran imaginacion. Incluso he tratado de leer una de esos libros de hombres-lobo. Digo tratado porque siempre me termino molestando ya que hay siempre un punto en la historia en la que el/la protagonista encuentra su alma gemela. Agh, odio esas partes. Son muy cursis. 

¡No quiero estar contigo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora