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Hay muchas cosas que me gustaría ver al despertar. Zac Efron sin polera mirándome con sus bellos ojos celestes sería una de ellas o quizás Harry Styles tocando una canción, pero definitivamente ver a Stacy Brown saliendo semi desnuda de la habitación de mi hermano no era una de ellas. 

Ella me miró como siempre lo hace, como si estuviéramos en una pasarela y yo tuviera una bolsa encima. 

—Bueno, yo me voy. Le dices a Chris que estuvo increíble. Pero tengo entrenamiento de porristas —Me exigió.

—Claro linda. Yo le diré —Le respondí con la sonrisa más cínica del mundo.

Ella me miró extrañada y bajó las escaleras despacio, para no ser descubierta por nadie. Yo levanté mi mano y moví mis dedos en señal de "adiós" con la misma sonrisa hipócrita que le doy desde que la conozco. 

—Estúpida descerebrada —susurré.

Después de ducharme, asearme e intentar dar forma a este estúpido cabello rojo. Salí del baño para encontrarme con mamá. 

Recién levantada y siempre tan linda, en serio como puede existir una mujer tan hermosa. Todos decían que nos parecíamos, pero cada vez que miraba la belleza sobrehumana que tenía. Lo dudaba bastante. Además dudo que mamá tuviera problemas para dar forma a su cabello cuando tenía diecisiete años.

—Hola hija —Se acercó y besó mi mejilla —¿Dormiste mejor anoche?

Últimamente he estado durmiendo cada vez peor, mamá y Thomas eran los únicos que lo sabían. Mi hermano mayor dormía conmigo cuando mis tontas pesadillas aparecían, pero desde que se fue a una prestigiosa universidad, mamá ha tomado su lugar.

Papá está tan cansado por el trabajo que ni cuenta se ha dado. Creo que es mejor así, si Gilbert Blythe supiera que su princesa está teniendo pesadillas que la dejan dormir entre tres y cuatro horas llamaría a todos los doctores y terapeutas del mundo para que la ayuden. 

—Si ma, a penas te fuiste a tu habitación. Me quedé dormida —Mentí.

Ella sonrió con alivio y me abrazo.

—Me alegra escuchar eso.

Mamá se dirigió a la habitación de Chris y supe que venía el sermón. Así que preferí seguir con mi camino. Mis padres siempre han sido claros con nosotros. Debemos respetar los espacios, y definitivamente pasar la noche con alguien no era una señal de respeto. 

— La que te espera hermanito —musité para mis adentros. 

***

 —Ni siquiera recuerdo haber traído una chica anoche. —Dijo el muy idiota.

—Y ese es el maldito problema —Dijo con firmeza mi padre—Chris... sé que crees que salir con chicas distintas cada noche te hace increíble pero no haces más que ser un idiota. Créeme lo sé. 

Miré a papá con una ceja alzada, y mamá solo sonrió ante lo que dijo. Hay tantas cosas que no sé de su relación que a veces dudo conocerlos del todo. 

—Thomas también lo hacía—dijo mi hermano —Nunca le reclamaron nada.

—Thomas nunca trajo a nadie a casa, solo llegaba tarde —Dije defendiéndolo. 

Chris me miró con cara de pocos amigos.

—Hija... —Dijo mamá con advertencia. 

Claro podía estar sentada viéndolos discutir pero no podía comentar nada.

—Esta bien. No volverá a pasar... lo prometo—Musitó Chris. 

—Aún así... Está el departamento que ocupaba cuando estaba en la universidad. —Dijo papá de pronto.

Peligrosa AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora