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Era viernes por la noche, normalmente estarias fuera de tu casa a esas horas, pero hiciste horas extra en el trabajo, y no tenías la energía suficiente para tolerar a más personas en ese momento.

Te desplomaste en tu cama dando un largo suspiro de agotamiento.

Miraste el techo unos segundos y sentiste algo rozar pierna.

-"Hey Taro" dijiste extendiendo tu mano a la cabeza del cachorro del labrador que tenías en tu casa

Este movió la cola feliz por tus caricias y puso su cabeza en la orilla de la cama, pidiendo permiso para subirse a la misma. Él aún era un cachorro, a penas y tenía un año pero ya era bastante grande en tamaño.

-"Ven con mama" te sentaste en la cama y lo alzaste con algo de fuerza subiendolo a la misma, él empezó a lamerte el rostro cuando tuvo la oportunidad

Sonreiste levemente por el afecto que te daba el cachorro.

-"Vas a dormir conmigo?"

Te volviste a acostar y Taro se acurrucó a tu lado, apoyando su cabeza en tu estomago con sus ojos pegados a ti.

Acariciaste suavemente su lomo mientras le sonreias, sentías tus parpados pesados y estos luego de unos minutos cayeron haciendo que caigas dormida en un profundo sueño.

.

.

.

.

Tus horas de sueño no duraron demasiado.

Escuchaste el sonido de llamada de tu celular, lo buscaste aún con tus ojos cerrados, lo tomaste y viste la hora primero.

03:47

¿Quién llama a estas horas?

Pensaste, era un número el cual no tenías guardado, pensaste en cortar la llamada y nisiquiera responder, pero estabas tan adormilada que por accidente respondiste.

Del otro lado de la linea escuchaste música y otras personas hablando, junto con risas.

-"Quién habla?" dijiste en un tono no muy amigable

"Por qué no estás aquí?"

Oh, reconocias a la perfección aquella voz.

-"Suna?"

"No respondiste mi pregunta, dónde estas?"

-"Estoy en mi casa, durmiendo, hasta que tu me interrumpiste"

"Voy para allá"

-"Espera, qué-?"

Escuchaste el tono de que había cortado la llamada y miraste confundida tu celular.

No le diste mucha importancia a sus palabras, colocaste tu brazo sobre tus ojos y suspiraste, intentaste volver a tu sueño.

Pero no podías, diste miles de vueltas en la cama sin poder retomar tu sueño.

Knock knock

Escuchaste de la puerta de entrada.

Taro se levantó de golpe de la cama, estando atento a si se vuelve a repetir el sonido.

Knock knock knock

Volvieron a tocar.

Taro bajo de la cama casi cayendo y fue ladrando hasta la entrada, escuchaste que incluso empezó a rascar la misma.

-"Taro!" dijiste y lo seguiste

Lo separaste de la puerta y calmaste.

-"Tienes un cachorro? El otro día no lo vi"

Era la voz de Suna la que sonaba del otro lado de la puerta.

Abriste lentamente y lo miraste asomandote por la misma, sin abrirla del todo.

-"Qué haces aquí?"

-"Te dije que vendría, déjame pasar"

-"Quién te crees para decirme eso? Es mi casa"

-"No me quieres dejar pasar?" dijo apoyandose en la puerta haciendo un poco de empuje para abrirla

-"No hagas eso!" empujaste tu también para cerrarla

Pero era inútil, él tenía mucha más fuerza, te cansaste del pequeño juego de forcejeo y soltaste la puerta de golpe haciendo que él caiga dentro de tu casa.

Taro enseguida lo vio caer al suelo empezó a ladrarle para luego olerlo.

Suna se levantó y miró al cachorro.

-"Hey" dijo acercando su mano para acariciarlo pero este lo mordió haciendo que aparte su mano

-"Taro!" le gritaste, este hizo un quejido y se fue a su propia cama con la cabeza baja

Bufaste y cerraste la puerta.

-"Te mordió fuerte?"

-"Apenas me mordió, no pasa nada" mencionó mirando su mano

-"Estas idiota o qué?!" le repochaste cuando notaste que su dedo indice y la separación entre ese y su pulgar estaban sangrando

-"No es nada"

-"No es nada te voy a dar por estúpido!" lo jalaste para curar su mano

-"Me vas a dejar quedarme?"

-"Por Dios cállate"

Lo sentaste y tomaste todo lo que necesitabas para desinfectar y vendar su mano.

Ambos estuvieron en completo silencio mientras hacías eso.

-"Listo, ahora qué-"

No llegaste a acabar aquellas palabras, se había lanzado hacia ti uniendo los labios de ambos.

Sentias una mezcla de sabores en tu boca a causa de la suya que te embobaba junto con el beso.

Querías golpearlo en el rostro, pero llevaste tus manos a su cabello sin romper un segundo el beso.

Se sentía bien.

Happy Pills - Suna x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora