—Pasa—dijo secamente Kate.
La puerta se abrió, la visión de una ajustada camiseta gris y unos pantalones vaqueros era perfecta, sus ojos azules plantados en ella, era perfecta.
—Querías verme—no fue una pregunta, él se adentró a la habitación, que ahora parecía diminuta y se sentó en la cama, la miró atentamente con una sonrisa pequeña de lado.
No quería reparar en esperar demasiado, no teniendo una tentación como esta en su cuarto.
— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó Kate.
—Anthony Rick.
—Completo.
Dany puso los ojos en blanco.
—Anthony Danielle Dreams.
— ¿Por qué Rick?
—Es el apellido de soltera de mi madre...
— ¿Por qué estás en Florencia?
—Mi padre recibió un trabajo mejor, un puesto de jefe en la industria de RIDI cuando yo tenía dieciséis años, creí que mi vida se había estancado...
—No quiero saber sobre tus problemas mentales, me mentiste.
Dany pareció perplejo.
— ¿Cómo?
—Me mentiste sobre tu nombre.
—Pero si me llamo...
—Te llamas Danielle Alexander Dreams, ¿Por qué me mentiste?
—Yo...
—Quiero la verdad—la voz de Kate era fría pero exigente sus ojos duros y fríos se clavaron como cuchillos en la cara de Dany que palidecía un poco.
—Si, me llamo Danielle Alexander.
— ¿Por qué me mentiste?—insistió ella.
En ese momento Dany prefería ser golpeado que tratar con esa chica sexy que en lugar de desearlo lo quería matar.
— ¿Cómo quieres que sea sincero contigo si no te conozco?
—Sabes mi nombre, eso es todo lo que te diré sobre mí.
Dany meditó, había visto su reacción hacia su familia, y por lo que había escuchado le había retirado un exilio tal vez por eso Katherine odiaba a todo el mundo. Dany no lo dejaría así, aquella mujer le intrigaba, aunque su sentido común le decía que debía andarse con cuidado con esta gente, ya no quería más problemas, quería acabar con todo esto de una buena vez y regresar a su vida.
—Estoy acostumbrado a no decir mi nombre en entrevistas o con otras personas que no sean mis amigos o familiares... Anthony Rick es mi seudónimo.
—Te salvaron la vida, les debes eso.
—Tú no lo hiciste.
Kate lo miró con dureza.
—El caso ahora es mío, por lo tanto me perteneces hasta que estés a salvo.
Dany se echó hacia atrás.
— ¿Por qué estoy aquí? —ahora estaba frustrado—Por lo menos tengo que saberlo.
Kate cerró su Mac, tomo a Sambi en sus brazos y se levantó de la cama.
—Armand te quiere.
— ¿Pero quién es ese tipo?— Dany se estresaba, Kate resopló.
—Armand es un... eh...—¿Cómo decirlo para que su cabeza no explotara? — demonio que ha tratado de buscar el reloj de Zagreo para recuperar su ejército de Necrófagos que sin duda tomarán todas las almas que necesite Armand para traer al mundo a los demonios, los verdaderos patrones del infierno.
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Zagreo, el Despertar
FantasyLos mitos siempre nos enseñan lecciones. Aunque a veces pueden volverse realidad. La oscuridad envolverá la tierra, por el día serán humanos, la iglesia caerá a sus pies. Y eso no se puede evitar.