Capítulo 2: Ariel y Erick

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- En serio me pone un poco mal que estés en el agua, está haciendo demasiado frio, vas a pescar un resfriado. – Llevaba unos cuantos minutos hablando con el joven Erick, su voz era muy grave, masculina, hermosa, me sentía tan atraído. Mis aletas se removían incomodas debajo del agua por lo que mi corazón estaba sintiendo en ese momento.

- Nunca había escuchado hablar sobre el pez resfriado, que raro, recuerdo haber leído el libro de las especies. – El chico me miro confundido ante tal respuesta por lo que procedí a explicarle antes que me dijera algo. – Es que dijiste pescar, los humanos pescan peces y no conozco ningún pez con ese nombre, resfriado, quizá tenga otro nombre. – Erick no pudo evitar soltar una escandalosa carcajada ante mi comentario, pero seguía sin entender qué había dicho o hecho mal, mi ceño se frunció en seguida y cruce mis brazos debajo del agua.

- Cuando dije pescar un resfriado me refería a que te puedes enfermar, no a pescar peces, eres muy extraño sabes. – Me puse una mano en mi frente al haber sido tan estúpido, tenía muchas cosas que aprender. – Mi hipótesis todavía se basa en que estas desnudo, si quieres te puedo prestar ropa.

- Ya te dije que no puedo salir del agua, tan solo me acerqué porque quería hablar contigo, ¿puedes vivir con ello? – Erick dejo una sonrisa que no pude descifrar, era diferente a las anteriores, esa sonrisa me hizo sentir un poco más incómodo que de costumbre.

- ¿Por qué querías hablar conmigo? – Su sonrisa se ensancho después de haber hecho tal pregunta, fue entonces cuando me percate de lo estúpido que estaba siendo, si hubiera aceptado las clases de cortejo que quería dar mi amigo no estuviera pasando por esta embarazosa situación, debía pensar una respuesta rápida e ingeniosa.

- No lo sé, hablar con un hu... contigo parecía interesante, incluyendo que quería verificar que siguieras vivo después del desastre del otro día. – el chico agarraba su barbilla mientras miraba con sus ojos entrecerrados no creyéndose mi mentira, no creo que un humano pudiese ser más perfecto.

- Ariel, no te creo, eres muy misterioso, me gusta eso, además este es un pueblo muy pequeño y jamás en mi vida te había visto – Iba a hablar inventándome cualquier excusa, pero Erick levanto la mano para que me callara. – Tu cabello es rojo, aquí todos tienen el cabello negro, no es como que pudieras pasar desapercibido. – Ese estúpido humano era más observador e inteligente de lo que creía.

- Soy un extranjero, vengo de muy lejos, llevo pocos días por estos lugares, lo digo en serio. – su mirada parecía estar excavando dentro de mi interior, pero se rindió luego de unos segundos, una sonrisa se volvió a posar en su cara haciéndola ver mucho más radiante, el viento desordenaba sus cabellos y el reflejo de la luna en el mar lo hacía ver más hermoso.

- Olvidemos entonces lo de ser forastero y por qué no quieres salir del agua, ¿Está bien? – Asentí aliviado de liberarme de esas preguntas. – entonces cuéntame de ti, ¿Qué edad tienes? ¿Qué eres? ¿Qué te gusta? todo lo que puedas decir sobre ti.

- Esta bien, lo hare, pero si tu también lo haces después. – Erick dijo que lo haría pero que yo debía empezar debido a que era el extraño misterioso. – Ya te dije que mi nombre es Ariel, tengo 17 años y me gusta mucho nadar, si eso. – Erick rio, no tan fuerte, creo que sonreía mucho, pero en el fondo me alegraba que fuera por mí.

- No seas tímido por favor, solo quiero conocerte un poco más, mira lo haré yo para que veas que no es tan difícil. Como nos presentamos hace un rato, me llamo Erick Smith, tengo 20 años, estoy estudiando leyes a causa de que mi padre quiere que sea el próximo sucesor de él en la corte del rey, es desesperante en serio. No tengo muchos amigos, y me gusta tocar la flauta. Por ello vengo aquí todas las noches, empecemos con esa información básica, inténtalo tú. – Sus ojos reflejaban algo indescriptible, era muy raro, mi padre siempre decía que los humanos no tenían sentimientos y eran despiadados, que no se podía confiar en ellos y que era mejor estar alejados, pero al estar allí al lado de Erick pareciese que todas las teorías de mi padre se caían a pedazos.

El Pequeño Hombre Sirena [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora