CAP 1

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Pequeño, así es como se sentía ante la acusadora mirada de aquella mujer ¿Ella también le estaría culpando?

–DaeMin solía ser una niña muy activa, alegre y sociable, pero últimamente se ha estado aislando de sus compañeros y se niega a interactuar, no participa en clases y se pasa las horas distraída, por eso me vi en la obligación de contactarlo señor Park, considero que el comportamiento de DaeMin se deban a factores internos en su familia.

Jimin suspiró cansado y abatido, era consciente del cambio de su pequeña hija desde hace un tiempo, no es que haya querido ignorar la situación, pero no había encontrado forma de lidiar con la repentina rebeldía de Dae, erróneamente pensó que no habría consecuencias, pero ahí estaba, siendo golpeado por la culpa al escuchar todo lo que iba mal con su hija.

La directora de la escuela de Dae había llamado y posteriormente agendado una reunión con su persona, y fue solo para escucharla enumerar sin tacto alguno, lo que la institución no estaba dispuesto a ignorar.

–Yo… yo no se que decir – decidió ser sincero, realmente no tenía idea de como afrontar la situación, sabía que estaba haciendo las cosas mal y las consecuencias lo estaba sufriendo su hija, pero realmente no sabía como resolverlo – su padre y yo nos divorciamos cuando ella apenas tenía seis años, tenemos la custodia compartida pero últimamente la familia de mi ex esposo han estado presionándolo para que él inicie una nueva demanda por la custodia completa.

–Entiendo señor Park, pero usted tiene que entender que ese no es un ambiente saludable para DaeMin, ella es una niña muy inteligente y muy consciente de las cosas a su alrededor.

Jimin asintió estando de acuerdo con la directora.

–Estoy pensando en el bienestar de DaeMin – ella continuó – así que me veo en la obligación de agendarle una cita con el psicólogo de nuestra institución, las circunstancias por el que atravesó su matrimonio sin duda afectó a la niña, por favor acepte esta ayuda.

–Si, por supuesto que si directora.

La mujer sonrió ampliamente y después de mucho tiempo, Jimin empezó a sentir que no estaba solo en esto.

La directora concluyó una corta llamada y después dio por terminada la reunión, sin antes informarle a Jimin sobre los detalles de la visita al psicólogo.

Cuando todo parecía haberse solucionado y se disponía a retirarse de la institución, otro incidente terminó por desestabilizar la poca estabilidad de Jimin.

–Cariño –  llamó a su hija, había decidido llevársela después de que la profesora de educación física reportara un comportamiento inapropiado de Dae hacia uno de sus compañeros, por lo que ahora se dirigían a casa – Dae cielo, habla con papi, no me hagas esto – insistió al no obtener respuesta de su hija – bien – soltó rendido, minutos después llegaron al estacionamiento de la escuela donde Jimin desactivo el seguro de su vehículo y ayudó a su hija a instalarse en el asiento del acompañante, le abrochó el cinturón de seguridad y finalmente se instaló en el asiento del conductor.

En el transcurso, DaeMin continuó sin intenciones de decir algo, situación que estaba desesperando a Jimin considerablemente.

–Cariño – decidió intentar nuevamente – ¿Te apetece un helado? Podemos ir a esa tienda que es tu favorita.

–No quiero – por fin habló la niña.

–Vale, entonces después del almuerzo podemos ver una película tú y yo y luego te ayudo con la tarea, ¿Te parece un buen plan?

–No.

Jimin suspiró abatido, perdiendo la esperanza un poquito más.

–En…entiendo – su voz le falló desastrosamente, no quería llorar frente a su hija pero contenerse estaba siendo todo un reto. Tras un prolongado suspiró quitó las lágrimas acumuladas en sus ojos con el dorso de su mano que no sostenía el volante, y cuando por fin estacionó el vehículo frente a su hogar, DaeMin fue la primera en bajarse y correr hacia el interior de la casa, solo entonces Jimin se permitió llorar todo lo que quiso, apretando con todas sus fuerzas el volante del coche, maldiciendo la situación en el que estaba, temiendo haberse equivocado y tomado la peor decisión, temiendo ser él el responsable de que su matrimonio fracasara.

En su momento había sido la persona más feliz del mundo, con un hombre que a pesar de sus horas extensas de trabajo, siempre estaba pendiente de sus necesidades y dispuesto a estar a su lado, se amaban incondicionalmente, se casaron muy enamorados, entonces no entendía como es que habían pasado de gritar a los siete vientos que se amaban, a gritar que ya no se soportaban.

DaeMin no llegó en el mejor momento de su matrimonio, es más, la madre de su esposo había sugerido que la abortaran, estaba a punto de hacerlo cuando se arrepintió y en medio del llanto pidió que le regresaran a casa.

Cuando su hija nació, las aguas se calmaron un poco, ambos muy entretenidos pensando en el bienestar a corto plazo de la bebé que se olvidaron de solucionar sus diferencias, para cuando DaeMin cumplió los dos años, las discusiones por motivos que para Jimin eran muy justificables regresaron, cada vez se hicieron más fuertes y las cosas se tornaron grises y vivió así hasta que Dae tuvo seis años.

Ya había pasado dos años desde el divorcio y el mutuo acuerdo de la custodia compartida, pero el dolor y la decepción no se iban.

Tras dejar salir un último suspiro después de haber llorado quien sabe por cuanto tiempo, Jimin se percató del sonido insistente de su celular, de inmediato lo identificó como una llamada.

–¿Qué pasó con Dae?

Ese era la voz de su ex esposo y lo reconoció de inmediato.

–¿Qué? – soltó confundido sin saber que más decir, él de alguna manera se había enterado de lo que estaba pasando con Dae.

–Jimin, sabes que no me gusta que me ocultes nada de lo que tenga que ver con mi hija.

–Nuestra hija – Jimin corrigió, sonando terrible debido a su voz estrangulada. El silencio se hizo por unos segundos considerables, hasta que se escuchó un suspiro al otro lado de la línea.

–Si, nuestra hija, dime que pasa con ella y como es que llegó a golpear a ese niño.

–La directora habló conmigo hoy, Dae no está bien, iba de salida cuando su profesora de educación física reportó la situación, ella no nos quiso decir nada.

–Maldita sea Jimin, agredió al hijo de mi socio, ¿Sabes lo que eso significa?

–No, no se lo que significa según tus términos, Jungkook, solo se que mi hija no está bien y que algo le llevó a recurrir a la violencia, ella no era así.

–Voy a cancelar un contrato muy importante, ¿Entiendes la gravedad?

–¡¿Puedes dejar de pensar por un momento en el maldito dinero y preocuparte por nuestra hija?!

–¡Eso hago maldita sea! ¿Sabes qué? Iré a la casa y hablaremos con Dae – él concluyó y finalizó la llamada.

Cuando Jimin ingresó a su casa no vio por ninguna parte a su hija, así que supuso que se había encerrado en su habitación. Suspiró cansado y se sentó en el sofá cuando sintió todo darle vueltas.

Cuando el timbre sonó, exactamente una hora después, Jimin se disponía a servir el almuerzo para él y su hija, pero tuvo que dejar a un lado lo que estaba haciendo y correr a abrir la puerta ante la insistente llamada, gritó un par de “Ya voy” y cuando por fin lo abrió, la figura de su ex esposo fue la que tuvo en frente, sin decir nada se hizo a un lado para dejarlo pasar. La seguridad con la que Jungkook ingresó, cruzó el recibidor y caminó hasta la sala como si se tratara de su casa, no le sorprendió a Jimin, ya que después de todo se trataba de la casa que solían compartir cuando estaban casados.

Jungkook había sido el que decidió dejar su hogar medio año antes del divorcio, y lo hizo oficial al momento de firmar el acuerdo de repartición de vienes dejándole a Jimin la casa, un carro y una cuenta bancaria, ya que para ese entonces Jimin no era económicamente independiente debido a un mutuo acuerdo entre ellos durante la relación, donde el menor era el que tenía que hacerse responsable del hogar además de sus estudios mientras Jungkook era el proveedor.

–¿Dónde está Dae?

Jimin quien caminaba detrás de su ex con los brazos cruzados, señaló con un movimiento de cabeza hacia la segunda planta en cuanto Jungkook se giró a verlo.

Ambos subieron las escaleras y cruzaron el pasillo en completo silencio, y cuando llegaron frente a la habitación de Dae, Jungkook fue quien llamó a la puerta.

–Dae, princesa, soy papá, abre la puerta.

No hubo respuesta.

–Cariño – esta vez fue Jimin quien lo intentó – vamos linda, ábrenos la puerta ¿Si?

–¡No quiero hablar con ustedes, váyanse!

Jimin se sorprendió por el tono agresivo de su hija, miró a Jungkook y él parecía tener la misma reacción. 

–Creo… creo que necesita tiempo – Jimin intentó razonar.

Jungkook negó de inmediato.

–¿Por qué Dae está teniendo este comportamiento, Jimin?

–¿Ahora resulta que es mi culpa?

–¡No te estoy culpando, solo estoy haciendo una maldita pregunta!

–¡¿Si tú no sabes la respuesta que te hace pensar que yo si?! ¡Te recuerdo que ambos pasamos la misma cantidad de tiempo con ella! ¡También puedo asumir que tu círculo es lo que está afectando a mi hija! – Jimin giró sobre sus talones tras gritar aquello y empezó a alejarse, bajó las escaleras y fue consciente de Jungkook siguiéndolo solo cuando lo tuvo a su lado.

–¡¿Tú no cambias verdad?!, ¡siempre hiciste responsable a mi familia de todo lo malo que nos pasaba, creí que al separarme de ti eso cambiaría, pero mira, sigues con ese mismo cuento!

–¡Tu familia, tu familia! – Jimin bramó en el aire con una sonrisa rota tirando de sus labios – ¡¿Cómo quieres que no los mencione si no hacen más que estar incentivándote a quitarme a mi hija?!

–Qué… ¡¿Pero que mierda dices Jimin?!

–¡¿Lo vas a negar, vas a negar que estás planeando iniciar una nueva demanda por la custodia completa de Dae?!

Jungkook boqueó un par de veces como pez fuera del agua, sin saber que decir, restregó su rostro totalmente frustrado y se dirigió a Jimin apuntándolo con el dedo.

–Esta vez si te pasaste de la raya, te estás volviendo loco por esa obsesión que tienes con mi familia y si sigues así no voy a dudar en hacer realidad tus alucinaciones.

–¡Pues no me aluciné a tu madre advirtiéndome de la maldita nueva demanda y riéndose en mi cara!

–¡Ya deja de inventar cosas de mi familia, Joder…!

–¡Ya no peleen, ya no peleen! 

Ambos callaron abruptamente cuando el grito de Dae se escuchó por sobre la de ellos.

Jimin volteó a ver a su hija y la encontró a mitad de la escalera, con sus mejillas rojas, sus ojitos inyectadas en sangre e hinchados, y lo que pareció alarmar aun más a ambos padres, Dae estaba respirando irregularmente.

Todo pasó demasiado rápido, Jimin solo tenía en su mente la imagen de su hija desvaneciéndose frente a sus ojos, Jungkook corriendo para sostenerla y ambos rodando por la escalera, los gritos en cuanto salieron de casa con Dae inconsciente en sus brazos, el sonido del motor del vehículo al ser encendida…

–No siento su pulso – susurró a mitad de camino empezando a desesperarse – ¡Jungkook, no siento su pulso! – gritó aferrándose con todas sus fuerzas al pequeño cuerpo de su hija – ¡conduce más rápido! – suplicó en medio del llanto, el miedo que sentía en ese instante no se podía comparar con ningún otro sentimiento que haya experimentado antes, esto era demasiado, como si te arrancaran el corazón por la garganta.

–Ya estamos llegando – avisó Jungkook.

Nuevamente todo pasó en microsegundos, tan pronto Jungkook se estacionó frente al ingreso de emergencias, Jimin sacó a su hija del vehículo en brazos y corrió por ayuda, cuando los médicos llegaron, su llanto se incrementó aun más al verlos desaparecer llevándose a Dae, no cesó ni siquiera cuando Jungkook lo abrazó e hizo que se refugiara en su pecho, en ese momento ni siquiera le importó el hecho de que estaba entre los brazos de su ex Marido, acto que no recordaba la última vez que pasó, incluso su perfume olía tan diferente… 

Desde entonces los minutos pasaron lentos, y con cada segundo Jimin sentía morirse al no tener noticias de su hija. Ambos padres yacían sentados en el sofá de la sala de espera, esta vez respetando el espacio del otro.

De soslayo Jimin miró hacia su ex esposo, y solo entonces se percató de la sangre proveniente de la herida en su frente.

–Jungkook, deben curarte eso – dijo apenas en un murmullo.

–No es nada, solo es un raspón.
Jimin estaba a punto de refutar cuando no muy lejos, una pareja de mediana edad acercándose a ellos llamó su atención, los reconoció de inmediato y no tuvo de otra que ponerse de pie imitando a Jungkook.

–¡Kookie, hijo! ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó la señora Jeon tan pronto llegó, inspeccionando desesperadamente a su hijo.

–Madre, cálmate, estoy bien – Jungkook intentó huir de la angustiada mirada de la mujer, buscó ayuda en su padre pero este no hizo más que mirarlo interrogante.

–Venimos en cuanto nos llamaste, Jungkook, dinos que pasó con la niña – el señor Jeon exigió saber.

–Fue un accidente, padre.

–Jimin querido, ¿tú te encuentras bien?
Jimin levantó la mirada tan pronto escuchó a su ex suegra dirigiéndose a él, se limitó a asentir y retrocedió un par de pasos para empezar a alejarse de ellos, acto que no pareció agradarle a Jungkook, pero no le importó, hace mucho había dejado de hacer cosas que él esperaba que hiciera, en especial cuando la única sonrisa que esa señora le dedicaba, era una de pura hipocresía y desprecio, algo que sólo él era capaz de ver. Caminó hasta el otro extremo de la sala y se sintió bien no respirar tan cerca de esa familia, y pudo concentrarse en lo único que le importaba en ese momento, su hija.

Cuando el doctor hizo acto de presencia en la sala, Jimin fue el primero en correr y preguntar por el estado de su hija. “Dae sufrió un ataque de ansiedad” fue lo que dijo en primera instancia, para después pasar a explicar las posibles causas y como podría llegar a afectar a la menor.

–Sufrió un par de lesiones leves en los brazos al momento de la caída, con buenos cuidados en dos semanas estará como nueva.

Jungkook y Jimin asintieron y pidieron ver a la niña, para el alivio de ambos, el doctor lo permitió.

–Cariño – Jimin fue el primero en acercarse a su hija, le apartó los mechones rebeldes del rostro y se inclinó para dejarle un beso en la frente – me diste un gran susto.

Dae no dijo nada, pero el par de lágrimas solitarias resbalando por las esquinas de sus ojos hasta perderse en las sábanas, alertó a ambos padres.

–Princesa, se que estás molesta con nosotros – dijo Jungkook  acercándose hasta sentarse en el borde de la cama – pero si no nos dices la razón, papi y yo no podremos solucionarlo.

–Seokjoon dijo que te volverás a casar – la confesión de la niña tomó a ambos padres por sorpresa.

–¿Seokjoon? – aun sin salir de su asombro, Jungkook preguntó por el poseedor de dicho nombre.

–El hijo de los Kim, él dijo que tú y su tía Jisoo tuvieron una cita romántica y pronto le pedirás ser tu novia, se casarán y tendrás muchos hijos con ella y te olvidarás de mi – el llanto de Dae no se hizo esperar, lloró liberando todo lo que su pequeño corazón había guardado por semanas.

–Princesa – angustiado por todo lo que su hija le acababa de decir, Jungkook la sostuvo en brazos – eso no es verdad mi amor, yo jamás podría olvidarme de ti, te amo muchísimo.

–¿De verdad? ¿Todo una galaxia?

Jungkook sonrió.

–Todo una galaxia entera.

–¿Te volverás a casar?

–No, Jisoo es solo una de mis socias en un nuevo proyecto, estoy seguro que Seokjoon malinterpretó las cosas. Hablaré con sus padres, ¿de acuerdo?

Dae asintió y pareció tranquilizarse un poco.

Jimin sonrió cuando su hija le dedicó una mirada, sonrisa que se borró lentamente cuando la vio estirar sus brazos vendadas en dirección a él invitándolo a unirse al gran abrazo de padre e hija, pero respiró aliviado en cuanto la puerta se abrió y entró una enfermera, quien amablemente les pidió que abandonaran la habitación.

–La cita entre Kim Jisoo y yo fue por negocios – aclaró Jungkook a penas dejaron a Dae con la enfermera.

Jimin no dio una respuesta inmediata, en silencio observó a su ex esposo y cuando concluyó que él estaba esperando una respuesta de su parte, suspiró cansado y dijo:

–No necesitas darme explicaciones de nada, Jeon. Es tu vida.

Si la aclaración de Jungkook le había causado un gran alivio y aflojado el nudo en su garganta, Jimin supo disimularlo muy bien.

Dae fue dada de alta al caer la noche, y se fue con sus abuelos por insistencia de la señora Jeon, alegando que de igual forma Jungkook iría por ella al día siguiente para cumplir con su tiempo de convivencia.

Ambos padres miraron como el vehículo conducido por el chofer de los Jeon, salía del estacionamiento del hospital.

–Te llevo a casa – Jungkook se ofreció cordialmente después de un momento, esperando que Jimin no lo rechazara.

–No gracias, puedo tomar un taxi.

–Jimin, sabes que tenemos que hablar y no quiero seguir posponiéndolo para después, hablemos en casa.

Eso era verdad, por lo que sin otra opción, Jimin suspiró agotado y terminó aceptando. El transcurso hasta su hogar había sido más que incómodo, pero había puesto mucho de su parte para controlar todas las emociones mezcladas en su interior.

–Bien, te escucho – dijo a penas cruzó el umbral de la puerta de su hogar.

Jungkook asintió, caminó hasta la sala y se dispuso a ponerse cómodo en uno de los sofás.

–Hablaré con Kim Namjoon y le explicaré el problema entre nuestros hijos, haré que Dae se disculpe por golpear a… – Jungkook hizo amago de recordar el nombre del niño.

–Seokjoon – Jimin le ayudó.

–A Seokjoon y de igual forma exigiré unas disculpas para Dae y asunto solucionado, solo espero que no rompamos nuestra alianza por este incidente.

Jimin viró los ojos e hizo ademán de levantarse dando por finalizado la conversación.

–Aun no he terminado – Jungkook lo detuvo – nuestras constantes peleas también está afectando a nuestra hija.

Jimin asintió estando de acuerdo.

–Y en lugar de decir palabras vacías como el: “evitaremos discutir”, quiero que ambos reflexionemos en la raíz del problema y lo solucionemos.

–¿A qué te refieres? – Jimin preguntó.
–Todas nuestras discusiones siempre es y ha sido por lo mismo, Jimin, mi familia nunca fue de tu agrado y eso no es un secreto para…

–¿Y te haz puesto a pensar si yo soy del agrado de tus padres? – Jimin interrumpió.

–Yo nunca los vi faltarte el respeto, en cambio a ti muchas veces te vi comportarte de manera inapropiada con ellos e incluso llegaste a hablarme mal de ellos.

–Porque yo no soy como ellos, yo no lanzo la piedra y escondo la mano, y nunca dije algo malo de ellos que no sea cierto y jamás fue con intensión de ocasionarte problemas con tus padres, si no de que hablaras con ellos y les pusieras límites, pero no, tú decidiste darme el lugar que según tus padres yo merecía y eso era estar al último.

–Mi madre te quería mucho Jimin, incluso ahora, ella se preocupa por ti.

Jimin esbozó una sonrisa irónica, quería decir tantas cosas, incluso enumerar las razones del por qué él sabía perfectamente que esa mujer lo único que sentía hacia su persona, era puro desprecio, algo muy alejado de lo que Jungkook aseguraba.

Jungkook siempre había puesto las manos al fuego por su familia, así que sea lo que sea que Jimin tenga que decirle sobre ellos, él lo vería como un ataque. No le creyó antes y mucho menos lo haría ahora, así que solo le quedó hacer la siguiente pregunta:

–¿A dónde quieres llegar, Jeon?

–Si la razón de nuestras discusiones es mi familia, quiero que evites hablar de ellos.

–¡Perfecto! – Jimin aplaudió la idea – me parece estupendo que NOS pongas límites… porque también va para ellos, ¿verdad?

–Jimin, mis padres no te hacen na…
Jimin levantó el dedo índice a la altura del rostro de Jungkook, quien calló de inmediato.

–Primero, quiero que les digas que jamás, jamás vuelvan a meterse con el tiempo de convivencia entre mi hija y yo, en el hospital no dije nada porque Dae estaba presente, pero eso no significa que me haya agradado la forma en como le quitaron importancia a algo que para mi es muy valioso, tu tiempo con Dae inicia mañana por la mañana y respeta eso.

Jungkook asintió.

–Está bien, hablaré con ellos sobre esto, pero no creo que lo hiciera con mala intención.

–Con mala o no mala intención, no me interesa, Jungkook, solo te pido que no se vuelva a repetir.

–No se volverá a repetir – Jungkook aseguró.

–Perfecto. Ah, y no olvides pedirle a tu secretaria que te haga un hueco en tu agenda, tomaremos terapia junto a Dae.

Y con eso terminaron la conversación. Jungkook se fue poco tiempo después de dirigirse la última palabra, algo que Jimin agradeció porque sentía que ya no podía seguir conteniendo las lágrimas. Esa noche lloró de dolor y rabia, el pasado no era algo que pudiera cambiar, pero deseaba tanto hacerlo al recordar lo que le arrebataron sin piedad.

Los días pasaron rápido, eso era algo bueno para algunos y malo para otros, pero el tiempo no esperaba a nadie y las personas estaban obligadas a vivir con el reloj en la mano.

–Jungkook, concéntrate – era la tercera vez en menos de una hora que Jimin le reclamaba a su ex esposo por estar más pendiente en su rolex que en lo que la profesional frente a ellos decía. 

Jimin sabía que para Jungkook esto era una pérdida de tiempo, y en su caso, también de dinero, pero no permitiría que se lo tome a la ligera sin darle el interés que se requería.

Y así pasaron los días y semanas en el que los ex esposos junto a su única hija, iban a terapia tres veces por semana. Al segundo mes, Jimin empezó a ver los resultados positivos en Dae, algo que le emocionó en desmedida que terminó llamando a Jungkook para darle la buena noticia, siendo recibido por su asistente al otro lado de la línea, quien le aseguró en tono profesional que el señor Jeon estaba en una junta importante y que si quería podía dejarle un recado, Jimin se negó y agradeció cordialmente antes de colgar.

El tiempo siguió pasando, las terapias psicológicas continuaron, dando como resultado cosas muy positivas, las discusiones se habían reducido notablemente, y al quinto mes, las salidas entre padre e hija se incorporó en la agenda de ambos padres, ¿La novedad? En ambas agendas dictaban las mismas fechas y horas casi siempre.

–¿Un picnic en la playa? – Jimin preguntó aquella tarde que disfrutaban de un paseo en el parque, Dae asintió entusiasmada y comió un poco más de su helado antes de añadir:

–Y acampar.

Jimin miró de inmediato hacia Jungkook con los ojos bien abiertos esperando que se negara al pedido de Dae, ya que él no era capaz de negarle nada a su niña, pero su ex esposo no hizo más que sonreír al verlo, seguramente burlándose de la expresión aterrada que estaría teniendo en ese momento, algo que descartó en cuanto Jungkook estiró su mano hacia su dirección y con su pulgar delineó las comisuras de sus labios. Ambos se quedaron mirándose sorprendidos por la inesperada acción. Jimin fue el primero en desviar la mirada al sentir sus mejillas arder.

–Tenías un poco de helado – dijo Jungkook tras aclararse la garganta, aparentemente también estaba algo avergonzado por su repentina acción.

–¿Entonces si haremos un picnic y acamparemos en la playa?

La pregunta de Daemin hizo que ambos padres regresaran a la realidad, y fue Jungkook quien respondió a la pregunta aceptando la idea gustoso.

–¡Siiiiiiiii! ¡Son los mejores padres del mundo! – celebró la niña.

Y así fue que en el fin de semana siguiente, los tres tomaron un viaje por carretera hasta una de las costas del país.









1er capítulo entregado, este es una versión más larga de la que tenía planeado para facebook, espero lo disfruten mucho.

"MI LUGAR" (Kookmin) -SonniSep-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora