CAP 2

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–Tienes que estirarlo más.

–Es justo lo que estoy haciendo – Jimin renegó empezando a tirar con mayor fuerza de uno de los extremos del forro de la tienda, tomándose como una provocación la sonrisa burlona en el rostro de su ex marido – si no dejas de reírte de mi, Dae será la única hija que tendrás, Jeon.

Jimin había esperado alguna carcajada o comentario refutando lo que acababa de decir en broma, más no se esperó que un silencio incómodo se instalara entre él y Jungkook, dándole a entender que claramente el comentario que había hecho no había sido gracioso, o por lo menos no para su ex marido.

–Listo – Jungkook avisó un par de minutos más tarde, señalando la tienda ya lista – solo falta la tuya.

–Jungkook – Jimin habló deteniéndolo – si te incomodó mi comentario, te pido disculpas, no fue mi intención molestarte.

–No lo hiciste – aclaró – solo estaba pensando en eso. Siendo sincero, no puedo verme con otro hijo más que con Dae y Bam – sonrió nervioso – creo que no hace falta que me patees la entrepierna.

Ambos sonrieron y decidieron continuar con el trabajo de armar la tienda que faltaba, sin perder de vista a Dae y Bam que jugaban en la arena a varios metros de la orilla.

–¡Papááááá!

–Ya se estaban tardando – dijo Jimin sonriendo divertido ante los gritos y la escena protagonizada por su hija y el enorme cachorro de su ex marido – ¿No está muy grande para tener solo seis meses?

–Es su raza, además come bien, tiene mucha fuerza – explicó Jungkook.

–Si, ya veo – Jimin señaló hacia la batalla campal de Dae contra Bam por un cubo, donde por supuesto el cachorro no estaba dispuesto a dejárselo a su pequeña hermana humana – creo que debo de darle de comer a Dae lo que le das a Bam.

–Jimin, eso no es gracioso – dijo Jungkook, sin embargo ambos terminaron riendo.

–¡Bam, suelta, déjalooo! ¡lo necesito para el castillo!

–No debió decir eso – Jungkook lamentó enormemente la situación de su hija.

–¿Por qué? – preguntó Jimin, pero no hizo falta la respuesta, solo tuvo que mirar como Bam dejaba a Dae con el cubo por el que estuvieron peleando para después aproximarse a todo velocidad saltando sobre la edificación de arena en el que Dae había estado trabajando arduamente durante dos horas.

–¡Nooooooooooooo! – la niña gritó todavía tirada en la arena, con su cubo, pero sin su castillo.

–Bien dicen que las mascotas se parecen a su dueño – masculló Jimin mirando acusador a Jungkook, quien solo estalló en carcajadas hasta que vio a su hija acercarse furiosa.

–¡Papá, mira lo que hizo Bam!

–Solo es un carrocho princesa.

–Pero destruyó mi castillo.

–Es porque lo estuviste ignorando y no quisiste jugar con el.

–El no sabe hacer castillos de arena – Dae se cruzó de brazos y no quiso mirar a su padre, hasta que las tiendas llamó su atención y frunció el ceño confundida – ¿Por qué hay dos tiendas – preguntó esta vez mirando a sus dos padres – ¿No dormiremos juntos? 

–Cariño – Jimin intentó persuadirla.

–Yo quería dormir con los dos, como antes.

Ambos padres se observaron en silencio, y tras un prolongado suspiro, Jimin se rindió.

–Esta tienda es para Bam, cariño – dijo forzándose a sonreír – ¿No querrás dormir con él después de lo que te hizo, verdad?

Una sonrisa enorme de felicidad y ojos brillosos en emoción fue la recompensa de Jimin. Su pequeña estaba siendo feliz, eso era todo lo que le importaba.

Terminaron de armar la tienda entre los tres con Bam corriendo alrededor, para después armar las sombrillas y colocar las sillas plegables debajo, donde Jimin se dispuso a descansar y recolocarse el bloqueador solar mientras observaba como su hija, Bam y Jungkook jugaban a la pelota.

Si las cosas fueran diferente, muy probablemente este sería la escena que haría latir su corazón por estar enamorado de su familia, pero no era el caso, sabía que solo lo estaban haciendo por Dae, para crear momentos bonitos para que ella los recuerde como parte de su infancia y no solo tenga los recuerdos desastrosos de dos padres discutiendo siempre.

–¡Papi!

Cuando Jimin salió de sus pensamientos, fue demasiado tarde, lo habían emboscado, Dae tiraba de uno de sus brazos entre risas mientras Bam le lamía todo el rostro. A un par de metros, Jungkook observaba el ataque totalmente complacido, pues había sido su idea.

–¡Papá, ayúdanos! – pidió Dae, y Bam ladró estando de acuerdo con el pedido de su hermana humana –¡cárgalo, cárgalo, vamos al mar!

–¡No, no, no! – Jimin suplicó intentando huir, pero una fuerza mayor lo sacó de la comodidad de su silla plegable cargándolo en brazos. Ni sus gritos, ni sus súplicas fueron escuchados, todos fueron acallados por la risa de Dae y su padre y los ladridos de Bam. Tira de traidores.

Todos jugaron en el mar, una batalla que comenzó con un chapuzón involuntario del cual Jimin buscó venganza contra su hija, contra Jungkook y contra Bam.

Horas más tarde mientras disfrutaban del picnic en la playa, el cielo empezó a pintarse de hermosos colores y el viento  hacerse aún más fresco, el océano parecía comerse al sol en la lejanía y Dae llevó a sus padres arrastrándolos de las manos hasta llegar a la orilla, donde se pararon y miraron el hermoso atardecer.

–Ven princesa – Jungkook cargó a su hija en brazos y rio cuando Bam también se paró en sus dos patas y su lengua afuera pidiendo su atención – lo siento campeón, tendrás que quedarte ahí.

–Ven aquí Bam – Jimin llamó al cachorro y este no tardó en acercarse obediente, pero en lugar de cargarlo, se sentó a su lado y acarició sus orejas antes de abrazarlo. Jungkook no tardó en imitarlos segundos después, se sentó sobre la arena con su hija en su regazo y disfrutaron más cómodos de la caída del sol. 

Cuando la noche llegó, los cuatro disfrutaron del calor de la fogata junto a las historias de aventuras de las cuales Jungkook estaba seguro que Jimin se las inventaba.

–¿Papá, podrías cantarnos una canción? – Dae pidió rato después.

Jungkook asintió y le dedicó a su pequeña hija un mini concierto que terminó con las canciones de cuna que solían cantarle de bebé.

–Con cuidado – pidió Jimin, después de que Dae había caído dormida ambos la llevaron a la tienda más grande.

–No te preocupes, no se despertará – aseguró Jungkook en susurros mientras dejaba a su hija entre las mantas y cojines calentitos – quédate aquí con ella, yo dormiré en la otra tienda…

–¿Papá?

Jungkook calló en seguida.

–¿Uhm?

–No te vayas – pidió Dae aun con los ojos cerrados.

Ambos padres se miraron y Jungkook pudo transmitirle sus disculpas a Jimin, quien solo asintió entendiendo la situación en el que ambos estaban.

–Claro que no princesa, aquí estoy.
Aquella noche volvieron a dormir juntos después de mucho tiempo, o mejor dicho lo intentaron, porque ninguno de los adultos pudo manejar las emociones atoradas en sus pechos, la asfixia era letal cada que giraban sus rostros y sus miradas se encontraban.

El regreso a la ciudad fue como volver a la rutina, pero increíblemente con las energías más renovadas, había sido un fin de semana extraño pero divertido, donde Jimin decidió que la cordialidad y la amabilidad formarían parte de su trato hacia su ex esposo. Lo estaban haciendo bien, y si seguían por ese camino quizás podrían llegar a ser buenos amigos, por Dae. 

Fue un Lunes, dos semanas después de su viaje a la playa que Jimin recibió la visita de su representante.

–¿Estás segura que no puedes ir tu sola? – Jimin intentó una última vez, pero la chica frente a él estaba decidida a lograr su cometido esta vez.

–Será el lanzamiento de temporada más importante del año, no es nada comparado con la primera vez. Jefe, sus diseños son las mejores y las que se agotan más rápido en el mercado, no entiendo porque insiste en seguir ocultándose y solo mandar a su representante a los eventos, es hora de que usted brille como lo que es.

–No estoy seguro, Rose.

–De eso nada.

Y a la semana siguiente ahí estaba, con los nervios de punta, aunque debía reconocer que Rose era una mujer muy persuasiva, mira que convencerlo de algo que se había negado desde que firmó con una de las marcas de moda más prestigiosas del mundo.

Bajó de la limosina donde había sido transportado y se desestabilizó por un segundo en cuanto los flashes empezaron a llover sobre él, cruzó la alfombra y posó con varias celebridades, embajadores de la marca que vestían sus preciadas creaciones e invitados importantes.

Se dirigía a ocupar su lugar cuando se cruzó con alguien a quien hubiese preferido ignorar, pero la distinguida dama no fue nada discreta en cuanto se dirigió a él.

–¿Tú aquí? – el tono despectivo con el que ella habló, solo hizo que Jimin quisiera seguir su camino, pero esa manicura asquerosamente cara se aferró de inmediato a su traje impidiéndoselo – no puedo creerlo – rio mientras negaba con la cabeza.

–Lisa, ¿te importaría soltarme por favor?

Jeon Lisa, era la hermana menor de Jungkook, una idol reconocida que gracias a su popularidad llegó a ser el rostro principal de varias marcas desde su temprana edad, razón por el que siempre miró a Jimin por debajo del hombro.

–¿No crees que esto es demasiado para ti? – continuó la chica – ya sabes que es lo que pasa cuando aspiras a cosas que no están a tu nivel, Park, mi hermano es un claro ejemplo de eso.

Jimin asintió e intentó irse una vez más, pero ella lo sujetó aun más fuerte, por lo que no tuvo otra opción que enfrentarla.

–Lisa, hay una clara diferencia entre tú y yo, si, tú eres bonita y famosa, tú prefieres brillar junto a muchos que brillan junto a ti, y eso te hace igual que todos y poco original, mientras yo, yo prefiero brillar en la oscuridad, alumbrar el camino para aquellos que no la encuentran, prefiero ser esa luz descarriada pero única, esa luz que avanza en silencio y logra sus metas en silencio.

–Pero tú nunca vas a lograr nada, Jimin – escupió con mofa, esta vez soltando a Jimin.

–No lo considero algo importante ni mucho menos uno de mis logros, pero conseguí vestirte a ti, así que creo que voy por buen camino– Jimin disfrutó en grande como la cara de la hermana de su ex esposo se descompuso en una terrible mueca de confusión.

–¿Qué? ¿De qué hablas? Esta ropa es de PJđ, un reconocido diseñador de modas, nada tiene que ver contigo. 

Jimin se encogió de hombros y dio media vuelta empezando a alejarse, dejando a la chica plantada en su lugar. 

La pasarela fue increíble, los modelos lucieron la colección de Jimin tal y como él había elegido el concepto, y la parte final fue la mejor de todas, cuando la presentadora del evento anunció que esta vez todos tenían el honor de contar con la presencia del gran diseñador PJđ. Jimin tuvo que pararse, hacer un saludo con la mano hacia los presentes seguido de un par de reverencias, y por último, volver a sentarse bajo los eufóricos aplausos.

Ni siquiera le dedicó una mirada a su ex cuñada para terminar de regocijarse, decidió que no valía la pena dedicarle tiempo valioso a personas que no valían nada.

Lo importante era que ahora todos sabían quien era, y eso incluía a Jungkook... 








Capitulo dos, entregado🩷

"MI LUGAR" (Kookmin) -SonniSep-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora