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Harry.

El reloj marcaba las doce del mediodía cuando Harry acababa de despertar. Hoy llegaría tarde al trabajo pero siempre era puntual así que no habría modo en el que Karen, la dueña de la florería, se enojara con él. Bajo a la cocina a preparar su desayuno típico de los sábados, aunque aún llevara puesta sus pantalones de pijama y el torso desnudo en el que se apreciaban sus diversos tatuajes.

Después de desayunar, se dio un largo baño y obviamente no podían faltar sus burbujas con aroma a flores. Las flores dominaban la casa de Harry. La entrada tenia flores de color blanco en macetas, la sala tenia flores sobre la mesa y en algunas esquinas y bueno, los cuartos tenían un florero llenas de las antes ya mencionadas. Por eso al elegir su trabajo Harry no tuvo mejor idea que trabajar en una florería pues era algo que le gustaba y el ambiente era agradable. El trabajo era demasiado agradable para Harry aunque las personas normales lo odiaran, solo debía regar las flores y para que el ambiente se sintiera aún más acogedor ponía un disco de Ed Sheeran como fondo musical y eso hacía de la florería  “The Stalk Market” el lugar favorito de Harry.

Después de dos horas  viendo programas de televisión decidió que necesitaba ir a trabajar, así que se puso unos skinny jeans negros, sus típicas botas, un polo blanco básico y se hizo un pequeño moño en el cabello. A él no le importaba la atención de la gente, pero era inevitable ver a un hombre tan alto, atractivo y oliendo a flores.

-¿Hola Karen? Bien, solo llame para decir que estoy vivo y llegare a la florería en 20 minutos.

-¡Harry! ¿Sabes que tienes un retraso de dos horas verdad?

-Sí, y si me lo descuentas del salario no importa.

-No te lo descontare –se oyeron sus risas a través del teléfono- solo que Liam se quedó en la tienda y tú sabes, el odia las flores.

-Bueno, en ese caso salgo en este momento.

Louis.

La emoción brotaba de cualquier lugar del cuerpo de Louis, pues finalmente conseguiría lo que con tanto esfuerzo  por fin hoy logro hacer realidad. No es fácil poder reunir el dinero suficiente para abrir una tienda de tatuajes en Nueva York por lo cual decidió volver al lugar que lo vio nacer en Inglaterra. Volvería allá después de unos duros años en América como camarero de asqueroso lugares que no podrían llamarse siquiera restaurantes. Dejaría de anotar las órdenes  para poder tatuar pieles.

Junto a su amigo y socio Zayn abrió una tienda de tatuajes al centro de Holmes Chapel, tal y como deseo los últimos años. A base de trabajo y algunos préstamos al banco estos chicos consiguieron todos los implementos y un buen lugar en el cual harían realidad sus sueños.

-Louis, la tienda de al costado es una cafetería y estoy muriendo de hambre.

-¿Un café y unos cupcakes de chocolate te parecen bien?

-Perfecto, pero que el mío sea Americano.

-Como gustes.

Louis tomo unos billetes de su chaqueta de cuero negra y salió de la tienda. Efectivamente como Zayn dijo había una cafetería que llevaba de nombre “Taste & Flavor”, que tenía apariencia acogedora nada comparado a las ruidosas y sucias cafeterías de Nueva York.

Al entrar, el olor a café inundo su olfato y pronto se encontró con la mirada de una delgada chica de cabello castaño. Luego de escanear con su vista el lugar, escaneo a la chica castaña de nombre aún desconocido.

-Hola bienvenido a “Taste & Flavor”. ¿Qué desea ordenar? - dijo la chica delgada con una gran sonrisa y brillo en los ojos.

-Uhm, dos cafés americanos y 6 cupcakes de chocolate.

-Claro, oye sé que esto va contra la ética de la cafetería pero… ¿podrías decirme tu nombre? - la castaña se quitó un mechón de la cara para disimular la vergüenza.

-Soy Louis. ¿Y tú quie…

-¡Soy Eleanor!- dijo emocionada e hizo sobresaltar a Louis y algunos clientes más de la cafetería.

Louis solo le sonrió y fue a sentarse a una mesa cercana aunque tenía ganas de decirle “yo solo vine por dos cafés, no para conocer a una loca”.

tattoo's and flowers <l.s>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora