IV

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Jisung fue el primero en despertar, aún estaba aferrado al brazo ajeno, con rapidez y vergüenza lo soltó, Minho ha de haber dormido incómodo por eso, ya era suficiente molestia el estar en su espacio, trató de recordar los sucesos del día anterior y como habían llegado a eso, las lágrimas no tardaron en acumularse en sus ojos, con rapidez se las apartó, no podía llorar por eso, no más, si el destino no lo quería, no pasaría.

Permaneció sentado en su lugar hasta que el cielo se iluminó y el ruido en la calle aumentó, entonces Minho también despertó, lo saludó con la mejor sonrisa que pudo sacar y el contrario despistado solo alcanzó a despeinar su cabello antes de anunciar que iba a tomar un baño, que lo fuera a esperar a la cocina, el castaño asintió y salió con rapidez pensando en lo que iba a desayunar ese día, si Minho no tenía clases hasta la tarde podría preparar algo, pero si el contrario tenía que ir a la universidad, lo dejaría con algo rápido.

El mencionado salió varios minutos después, con una pijama cómoda y la toalla alrededor de la cabeza, puso a calentar agua antes de girarse en dirección a Jisung.

-- ¿Dormiste bien? ¿Ya no te duele nada? De verdad que me preocupe -- Jisung negó con la cabeza, dolía, pero era tolerable.

-- Estoy bien ahora, tal vez no estaba destinado a ser, pero por alguna razón estoy aquí y no allá, y la verdad no puedo esperar a saber porqué -- un par de lágrimas volvieron a escapar de sus ojos, bajó la mirada tratando que el contrario no viera como estaba, sentía que cansaría a Minho si solo fuera un bebé llorón.

No contó con los brazos que no tardaron en rodearlo, y la suave voz del pelinegro tratando de consolarlo, el dolor disminuyó, se escondió como si nunca hubiera estado ahí, si alguien tuviera la capacidad de preguntarle cuál era su lugar favorito, respondería sin dudar "casa, y los brazos de Lee Minho."

-- Prepararé algo dulce para que comas y te suba los ánimos, tengo clases hasta la tarde así que también te dejaré el almuerzo listo, tu solo dime que quieres que traiga para la cena -- Minho se apartó para sostener el rostro del contrario, asegurándose que no llorara más, jugó con las mejillas un rato antes de apartarse con las orejas rojas y el corazón acelerado.

Estuvo a nada de dejarle un beso en la frente por lo lastimero que lucia.

Pasaron una mañana tranquila con panqueques y café, a Minho le habría gustado cocinar más cosas pero no había ido a hacer la compra en varios días, casi no tenían nada, tenía que buscar un día libre para hacerlo, si bien sabía que Jisung no necesitaba comer y él podía vivir perfectamente a base de ramen.

No importaba, la sonrisa de Jisung valía el esfuerzo de cocinar, verlo feliz y tener a alguien a quien cuidar de alguna manera le daba calidez a su corazón.

Decidió preparar pasta para el almuerzo, era lo único que quedaba, comenzó a cocinar mientras Jisung veía la televisión, un programa sobre decoración o algo así, se le hizo divertido escuchar como el castaño veía ciertos muebles y pensaba en lo bonitos que quedarían si usarán otro tono de tapiz, soltó una carcajada cuando indignado se puso en pie y le señaló una sala abarrotada de plantas.

-- ¡Mira eso! Esas plantas van a absorber todo el oxígeno de esa habitación, ¡y necesitan muchos cuidados! -- Jisung parecía tomarse muy enserio su labor como crítico, y a Minho le gustó ver eso, tener a alguien tan animado en casa de verdad que lo hacía feliz.

-- Una de esas mesas se vería mejor aquí ¿verdad? -- su departamento no estaba tan mal, pero la mesa que tenía era pequeña y redonda, tal vez una más grande se vería mejor, no quitaba mucho espacio.

-- Me gusta esa mesa, es bonita, ¿por qué la cambiarías? -- Jisung negó con la cabeza, era mala idea, la mesa era bonita y combinaba con los demás muebles de la cocina.

| Cry Baby | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora