¿Jen?

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La oscuridad era tan intensa y profunda que no se podían ni ver las famosas sobras, que se suelen vislumbrar en las noches cuando la oscuridad está en su mayor apogeo.

Aquello era una especia de bóveda  pequeña, que se encontraba a las profundidades del estado de New Jersey, echa  de hierro, sin ventanas y sólo una puerta, que sólo podía ser abierta desde afuera... El infierno de los claustrofóbicos

También poseía pequeñas cámaras, listas para captar horas y horas de video de la nueva inquilina de aquel oscuro lugar.

Un chirrido violento y una ola de luz, desarmonizo las perfectas sombras; Era la puerta, había sido abierta.

En el umbral de ella, había dos hombres altos y de cuerpos fornidos, vestían trajes negros y en sus espaldas, podía leerse "FBI".

Entre los dos hombres, tenían a una chica rubia sostenida por los brazos, su cabeza  caía sobre sus clavículas: Estaba inconsciente, su largo cabello lacio le tapaba la cara.

Fue rápido y por su precaria condición la chica no sintió demasiado el golpe, el hombre la lanzo hacia el piso y no le sorprendió el ruido del impacto.

La chica emitió un quejido ahogado, el golpe la había hecho reaccionar, sus ojos estaban llenos de miedo, temblaba como un condenado a muerte.

El primer hombre que era caucásico de ojos negros, le sonrió extrañamente desde el umbral de la puerta, la chica se había arrodillado, pero seguía sin mirarlo.

Trazaba círculos en el piso nerviosa, demasiado como para  hacer preguntas, o hablar si quiera.

El Hombre se limitó a hacerle una seña a su compañero, este le entrego una pequeña bandeja y una especie de control bastante extraño, cuando se la dio presiono el botón verde del control, que encendió una  luz amarilla muy intensa, y activo las cámaras, L a chica levanto la cabeza y entrecerró los ojos, se había acostumbrado a la oscuridad, hacia cerca de dos semanas que no veía el sol...

_Trágate todo esto_ le dijo el hombre caucásico, aventándole la bandeja._ El jefe te quiere viva.

 Ella se acercó a rastras y con la cabeza agachada, le dolía la cabeza y gran parte del cuerpo, tenía varios moretones en sus delgados brazos y sus manos eran el vivo ejemplo de la suciedad.

Tomo la bandeja y no se movió de enfrente de aquel hombre, horrorizada, por las cantidades tan minúsculas de comida, eran una especie de puré mal cocinado y pan caducado pero aun comible.

_ ¿Qué? ¿Es que acaso la princesa quiere algo más? _ pregunto irónicamente.

La chica negó con la cabeza asustada.

_ ¿Por qué hacen esto?_ por fin se atrevió a hablar.

Los dos hombre se echaron miradas cómplices y esbozaron sonrisas arrogantes, el segundo por fin entro a la habitación, pero este tenía un pasamontañas que no le permitía a la chica verle el rostro, se acercó violentamente a la chica y sin previo aviso, la tomo del cabello y la puso a la altura de sus ojos, antes de plantarle una bofetada.

Le caían lágrimas de dolor a la chica, ella tenía muy claro que ellos no eran la policía, y se preguntaba cómo pudo no haberse dado cuenta, cuando la detuvieron en la esquina de su casa.

_Deja de llorar Zorra, sabes por qué estás aquí _dijo el segundo chico, que se veía más joven que el primero._ Cuando decidiste ponerte del lado de Gotti y de tu Noviecito Nicola, le declaraste la guerra a nuestro jefe y a nosotros.

_¡Pero no entiendo que tengo que ver yo aquí! _Grito desesperada_ No conozco al tal gotti y si es por las drogas juro que no sabía que era su terri...

Un golpe la callo, su mejilla comenzó a sangrar.

_Tú no sabes nada..

La voz técnica y deformada de un hombre interrumpió su frase a la mitad.

_Sálganse_ Dijo la voz desfigurada, proveniente de quien sabe dónde.

Ambos hombres asintieron y murmuraron algo relacionado con jefe.

_ Estas aquí, no por lo que esos Ineptos dijeron, en mayor parte no, pero si tiene algo de verdad..

_¡Pero yo no  conozco a ese Tal Gotti!_ Grito la chica aterrada, pues la puerta se había cerrada mecánicamente y una música en extremo relajante sonaba, pero era algo totalmente fuera de situación; algo un poco incomodo y perturbador.

_¡Silencio!_ Grito la voz_ No menciones más su asqueroso nombre en mi presencia  Estarás aquí hasta que termine de usarte, Harás todo lo que yo  te diga si quieres salir pronto y que Nicola este salvo.

_Bien_ dijo La chica_ ¿Qué tengo que hacer?

_ Por ahora, solo duerme, mañana nos veremos en persona.

La voz se apagó y  la chica desesperada fue al pequeño colchón de la esquina, tenía que tratar de dormir y comer un poco si quería sobrevivir y que Nicola estuviera a salvo.

Después de que se terminó la insípida comida se recostó en el  incómodo colchón, por su cabeza solo cruzaba el hecho de que había sido una idiota al relacionarse y enamorarse de él, desde que lo conoció su vida solo habían sido problemas.

Pensó en su madre, y un señal de felicidad  se dibujó en su cara, eso era lo único que la reconfortaba poder causarle un dolor a ella y a aquella otra chica, pensaba que ese era el mejor modo de que pagaran lo que le habían hecho.

"Jen" Sonó en su cabeza, acompañada de esa sonrisa que tanto asco le producía,  aquella que había tenido que soportar por años.. "la asquerosa sonrisa  de la chica Simpson" "A puesto a que lo sufre a lo grande"

Cerró los ojos y se durmió con una mueca que intentaba ser una sonrisa en el rostro...

¿Cuánto tiempo se tardaría en regresar su eterno enamorado,de Inglaterra solo para buscarla?

Son cerca de las tres de la mañana en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, se han cerrado todas las aerolíneas, excepto por american airlines

Un grupo de gente sale de la puerta 8, entre ellos un chico castaño  de 1.80 ques olo lleva un maletin, se ve desesperado, debe estar en Nueva york a mas tardar el viernes. Las escalas nunca fueron buenas

Pasan de dos a tres horas en el aeropuerto, no pasa ni un alma, el grupo de pasajeros comienza a desesperarse, el chico corre ha hablar con el gerente en cuanto lo ve tratando de esconderse.

<Que ha pasado> pregunta el joven al gerente.

<Hemos tenido problemas con JfK y con la aerolínea, los vuelos se han retrasado por lo menos dos días> contesto el hombre, con tono nervioso y un acento muy marcado

<¡¿ y que demonios haremos?! ¡¿sentarnos como idiotas?!> Grito el chico desesperado.

<le suplico baje la voz, o tendremos que llamar a seguridad, busquen alojamiento, corre por cuenta de la aerolínea>

Agrego el hombre con tintes de molestia.

se despidió, y se fue tal y como había llegado, dejando a mas de 200 personas a la deriva en una ciudad que no conocían

&quot;Al otro lado de la Pared&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora