|4| Fachadas

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Callie podía sentir que se encontraba en una superficie suave y acolchada, a diferencia del duro suelo en el que había caído antes de perder la conciencia

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Callie podía sentir que se encontraba en una superficie suave y acolchada, a diferencia del duro suelo en el que había caído antes de perder la conciencia.
Aún con los ojos cerrados, distinguió como algo quisquilloso era pasado por su nariz, junto con otra sustancia que no era alcohol, pero que es fuerte.

Sus movimientos fueron tan rápidos, que Grant no tuvo un reflejo para quitar su mano a tiempo.

—¡Auch!. —jadeó Callie de manera adormilada, llevando una de sus manos al puente de su nariz.

—Lo siento, me tomaste por sorpresa. —manifestó Grant, dándole un poco de espacio.

¿Donde carajos estoy? Se preguntó sin abrir los ojos, teniendo breves flashes diciéndole a su jefe que era un loco acosador y psicópata.

—Graham Blackstone. —murmuró para si misma.

—Me gusta como se escucha mi nombre completo en tus labios. —comentó Grant sonriendo.

Ella abrió sus ojos de golpe, topándose con el semblante divertido y relajado de su jefe.

—Eh... Señor Blackstone... ¿Que me pasó? ¿Dónde estoy?.

—Estas en mi oficina, te desmayaste al saber que habías insultado al jefe de tu jefe.

Callie se pasó la mano por el rostro, sintiendo su garganta seca. Sin comunicarle nada a Grant, este se levantó para llenar un vaso con agua y dárselo a ella.

—Gracias. —murmuró, tomando algunos sorbos. Suspiró antes de levantar la mirada hacia él—. Lo siento por lo de antes, no tenía idea de quién eras ¡Que vergüenza!, Si piensas despedirme... —trago fuerte—. Lo comprenderé perfectamente.

—¿Piensas que te voy a despedir?. —Callie no hizo ningún movimiento para responder a su pregunta—. No te preocupes, no soy esa clase de persona. Además, yo si sabía quién eras.

—¡Espera! ¿Que significa que ya me conocías?. ¡Me dejaste decir todas esas cosas, sabiendo quien era!.

—Me gusta tu sinceridad. —Grant no dejo en ningún momento su sonrisa—. La gente me suele decir lo que quiero escuchar, normalmente piensan que obtendrán algunos beneficios económicos. Me gusta la gente honesta y no se encuentra esas cualidades tan fácil.

—Pero bueno yo...

—Estabas siendo sincera. —terminó, acallando el tono dudoso de Callie—. Pero te perdonaré a cambio de algo.

—¿Que cosa?. —ella preguntó de manera cuidadosa.

—Que cenes conmigo esta noche. —concluyó—. Sería una buena idea conocernos antes de todo lo de meternos en todo el día del compromiso y la boda.

—Cancelaré eso, nadie tiene que hacerlo. Les mandaré un correo avisando que no podemos ir. Agradezco tus intenciones de ayudar, pero ciertamente temo que esto se salga de nuestras manos.

Dulces Mentiras #1 |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora