—Blackstone es un hombre con suerte. —Juliet levantó su pulgar indicándole lo impresionante que se veía.
—Te ves hermosa. —halagó Antonio.
—Gracias. —Callie sonrió un poco tímida por los cumplidos.
No se sentía cómoda con ellos, pero al parecer, hoy era el día en que sus conocidos los usarían.Eran más de la seis de la tarde, por lo que, Blackstone industries lucía sumido en el silencio, justo como las tardes de los martes.
Agradecía un poco de que no hubiera tantos trabajadores, aunque sabía que se miraba bonita. No podía evitar sentirse insegura acerca de su nueva apariencia, a sabiendas de que los trajes de oficina son su zona de confort.
Pero sobre todo, se sentía nerviosa de lo que Grant dijera sobre su apariencia.
Juliet señalo los ascensores. —Hubo una entrega mientras estabas afuera. Cerré la puerta y lo deje en tu escritorio... —Juliet guiñó un ojo— disfruta.
—Esta bien, subiré a guardar estas cosas y le echaré un vistazo.
Llevaba consigo mas cosas de las que necesitaba para salir esta noche. Pero necesitaba un pequeño espacio para agrupar sus pensamientos, saber que Grant pronto estaría allí por ella, tenía todo su cuerpo hecho un manojo de nervios, y una extraña sensación en su pecho.
La oficina estaba en penumbras, lo cual fue bastante agradable para un descanso.
Se paró frente al espejo para inspeccionar su apariencia por si misma.Retocó un poco su cabello, y se dispuso a mirar el paquete que Juliet había mencionado. Era una caja de color marrón, con un listón plateado envuelta alrededor como un lazo.
Con delicadeza, deshizo el listón, topándose con una caja muy reconocida para toda mujer.
Tomo la caja en sus manos, mirándola abiertamente por algunos segundos.¿Joyas? ¿Que significaba eso? ¿Primero era un vestido y ahora joyas?.
Combinará perfectamente con tu vestido —Grant.
Negó con su cabeza, definitivamente no aceptaría un regalo tan costoso como ese. Pronto terminaría con está farsa, y desde luego, no tenía la intención de Grant gastara en ella.
El teléfono fijo sonó atrayendo su atención.
—¿Sí?.
—Tú prometido está aquí. —la voz de Juliet sonaba emocionada—. ¿Quieres que suba?.
—No, bajaré en unos minutos.
Antes de tomar su bolso de noche y la caja, terminó de ordenar sus pertenencias, y terminada su tarea. Salió rumbo a la recepción.
Lo primero que la recibió fue un jadeo dramático de Juliet, acompañado de un bajo silbido de Antonio. Soltó una risita pensando en las reacciones dramáticas, cuando ya habían comentado y visto su aspecto.
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Dulces Mentiras #1 |TERMINADA|
HumorEn las brillantes luces de la gran ciudad, Callie Evans persigue uno de sus más grandes sueños. Incluso si para ello tiene que hacerles creer que está en la cima del mundo, con una fachada embecellida de diseñador falsa. ¿Que pasa <<si una vez...