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Tanto Freddie como los demás sabían que solo era cuestión de semanas, días, o quizá horas.

Pero Freddie no quería irse sin haberse despedido de sus amigos.

Compartió tanto con aquellos tres chicos, aún recordaba como eran tan solo unos estudiantes cuando lanzaron su primer disco. ¿En que momento esos tres se habían convertido en todo unos hombres? con esposas, hijos.

Brian, John. Cuanto quería a esos dos, todos ocupaban un lugar tan especial en su corazón, eran sus compañeros, sus muchachos, y con el tiempo se habían convertido en su familia.
No los cambiaría por nada.

Y por otro lado estaba Roger, su Roger. Claro que quería a todos por igual pero con Taylor había algo diferente. El lazo entre ellos dos era tan grande, siempre estaban para el otro, sin juzgarse, sin prejuicios, siempre apoyándose en cada momento. Nunca faltaron las risas entre los dos.

Pero había llegado el momento de decir adiós.

-Freddie...- llamó cabizbajo el rubio mientras entraba a la habitación

-Mi amor, pasa-

-Gracias- respondió roger mientras se sentaba en un costado de la cama de freddie, poniendo una de sus manos junto a la de su amigo.

-amor.. sabes por que te llamé , ¿verdad? mencionó el pelinegro mientras se enfocaba en mirar aquellos ahora tristes ojos azules de rubio.

-Freddie, no quiero- dijo roger con la mirada más triste que freddie jamás había visto.

- ¿Qué es lo que no quieres, querido?-

-Freddie no quiero dejarte ir, no puedo. Por favor, por favor no te vayas, te lo suplico- el rubio sentía como su voz se quebraba al pronunciar cada palabra.

-Mi cielo...-

-Dime que no es cierto Freddie, por favor dímelo, dime que no te vas a ir, que no me vas a dejar solo-

Freddie sabía lo mucho que había afectado en Roger verlo así, cada día más enfermo, cada día dependiendo más de los demás.

-mi amor, por supuesto que no estarás solo, tienes a Brian, a John, son tu familia, ellos nunca te dejarán solo- dijo el cantante

-No no pero no es lo mismo, no me importa, yo te quiero a ti, tu no puedes dejarme, tu no- Roger lloraba como niño.

-Roger...-

-No, no Freddie, no voy a dejar que te vayas. Te prometo que te conseguiré al mejor doctor del país y tal vez...-

el pelinegro no lo dejó terminar. -Hey, roggie, amor, mírame- Tomó la cara de Roger entre sus manos mientras se concentraba en mirarlo a los ojos.

-te amo, ¿ok? Jamás, escúchame bien Meddows, jamás lo dudes. Haberte conocido lo fue todo para mi. Quiero que sepas que eres la mejor persona que he conocido, que te amo y estoy muy orgulloso de ti. Tu puedes con esto, podrás salir adelante sin mi, ¿ok? siempre te llevaré en mi corazón, Roger-

El baterista no podía parar de llorar, nunca se había mostrado de esa manera ante alguien más, tan vulnerable, tan triste, tan humano. Pero es que con Freddie era algo más, algo diferente. Nunca nadie había ganado lo que Freddie había ganado de él. Era su otra mitad, su compañero de travesuras, su todo. ¿Como iba a poder estar sin él para siempre?

-Freddie por favor no me dejes, por favor- decía tomando al cantante entre sus brazos como nunca antes lo había hecho. No era como si fuera la primera vez que se abrazaban, pero ese día era diferente, se sentía diferente.

Entre lágrimas, Freddie insistía.

-Te juro que haría lo que fuera por quedarme contigo mi amor, pero lamentablemente ya no me queda más por hacer. Puedes hacerlo mi amor, yo lo sé, te conozco como a la palma de mi mano, eres fuerte, inteligente y muy capaz de absolutamente cualquier cosa. Eres la persona más fuerte que conozco. Puedes con esto y más, ¿si?- decía mientras le regalaba una triste sonrisa al contrario.

-Freddie, gracias- Roger tomaba la mano del pelinegro, la sostenía con todas sus fuerzas.
-Gracias por darme los mejores años de mi vida a tu lado, por todo lo que vivimos juntos, por las enseñanzas, por ser mi compañero, mi ídolo, mi alma gemela.. te tendré siempre en mi corazón, te lo prometo, nunca nadie me hará tan feliz como tu me hiciste. Te amo Freddie, te amo con toda mi alma- sentía como su voz quebraba al terminar la última oración.

-Y yo te amo a ti, mi pequeño rubio bonito. Gracias por tanto roggie. Estaré siempre en deuda contigo por todo los bellos momentos que compartí a tu lado. Mi chico bonito. Ahora ven, ya basta de llorar por favor, las reinas no lloramos! Mira, acércate, duerme conmigo un poco, ¿si? apuesto a que no has estado durmiendo bien ah. Ven, la verdad me siento algo cansado. Hay que descansar aunque sea un rato-

Si bien, el mayor se había estado sintiendo muy mal los últimos días no quería preocupar aún más al rubio, solo necesitaba dormir. Si, quizás solo era cuestión de recuperar un poco de energías.

-Está bien fredd, como digas-
con mucho cuidado Roger se levantó de la amplia cama para quitarse sus zapatos, para después recostarse a lado del pelinegro, dejando que este se recostara sobre su pecho.

Freddie podía sentir los latidos del corazón de Roger, suaves, tranquilos.

Solo quería estar así cuanto pudiera. Ya nada más importaba. Solo él y Roger.

-Te quiero mucho rog- dijo el mayor dejando un casto beso en el hombro del menor, quien solo se concentraba en percibir el dulce olor de su cabello mientras trataba de relajarse.

-También te quiero freddie-

Poco a poco tanto a Freddie como a Roger les fue ganando el sueño, hasta que cayeron en un sueño profundo.

Después de unas horas el rubio despertó de la pequeña siesta, checó la hora en su reloj y se dio cuenta que era la hora en la que a Freddie le tocaba tomar sus medicamentos. Anteriormente, Roger había regañado al vocalista pues este en ocasiones no las tomaba. Pero sabía que el no tomarlas afectaba a su salud por lo que de ahora en adelante el se encargaría de supervisar al mayor.

Con delicadeza, movió el cuerpo del contrario tratando de no asustarlo.

-Freddie, vamos, despierta tienes que tomarte tus medicamentos, si?- con sus manos movía los hombros del cantante.

Pero Freddie no despertaba.

¿Freddie? Hey, ¡Freddie!-

No.
Freddie estaba muy dormido, solo era eso.
Le había dicho que se sentía cansado, solo tenía el sueño muy pesado, por supuesto que era eso.

-Freddie, vamos, levántate- el rubio empezaba a desesperarse, sus ojos llenándose de lágrimas, freddie no reaccionaba.

-no me hagas esto, no, despierta, vamos, freddie por favor, no no me dejes- estaba llorando.

No quería aceptarlo.

Freddie no podía irse, no así, no ahora.

-mi vida- repetía llorando.

Roger colocó su mano por debajo de la nariz de Freddie, comprobando que ya no había respiración alguna.

Entre llanto, besaba las aún cálidas manos de Mercury.

-Te amo, te amo, te amo, gracias por darme los mejores años de mi vida, gracias por todo cielo, mi cielo.-

Freddie se había ido.

Y esta vez para siempre.

Su alma gemela había partido, y con él, una parte de su corazón.

Say It's Not True. [Froger]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora