Capítulo nueve

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—Oye, mama.

Emma llamó su atención mientras Beca manejaba hacia su antigua casa. Estaba nerviosa por decirle a Chloe lo que había pasado con ella, pero sabía que, si quería recuperar a su familia, era momento de ser honesta. Emma tenía razón.

—Dime, maní —respondió distraída y cuando escuchó la risita de su hija, se dio cuenta de cómo la había llamado.

—Hace mucho no me llamas así —murmuró la pelirroja. —Como hace diez años.

—Lo siento —susurra Beca mirándola brevemente. —Realmente lo siento —repite. —Creo que volver a tener diecisiete me ha hecho recordar cuando eras un bebé.

—Está bien, mamá —Emma asiente. —Podemos recuperar el tiempo perdido antes de la graduación —luego le sonríe divertida. —Ya sabes, con eso de que compartimos algunas clases.

Beca ríe y asiente.

—Tienes razón —dice. —¿Qué me ibas a decir?

—¿Recuerdas la clase de salud? —pregunta. —La vez que diste todo un discurso acerca de por qué no debemos tener relaciones sexuales aún.

—¿Qué hiciste qué? —pregunta Mike asomando su cabeza entre los asientos.

—Oye, siéntate bien —Beca lo reprende y Mike choca su espalda contra el asiento trasero. —Y yo solo quería evitar que tu hermana tuviera sexo con un idiota como Tyler —luego Beca la miró con los ojos entrecerrados. —Más te vale no volver a tomar un preservativo.

—¿Prefieres que quede embarazada antes?

—No me desafíes, Emma Mitchell.

Emma suelta una carcajada y niega.

—Sin embargo, no quería hablar de eso —susurra. —Quería preguntarte sobre tu discurso.

—¿Qué pasa?

—Es acerca de lo que dijiste sobre sostener a tu bebé —la voz de Emma se vuelve tímida. —¿Fue eso lo que sentiste cuando me sostuviste por primera vez?

Beca arruga la frente y nota como Emma mira por la ventana. Suspira y se orilla, deteniendo el auto, para después girarse y enfrentar a su hija. Ella le toma las manos y las acaricia.

—Sentí muchas cosas —responde. —Sentí miedo, especialmente. Estaba asustada y apunto de desmayarme por un ataque de pánico cuando llegamos al hospital y se llevaron a tu madre a la sala de partos —Beca ríe al recordar. —Pero, cuando te sostuve en mis brazos y te vi tan pequeña y delicada, supe que te amaría siempre. Que no importaba nada porque tú eras mi hija —extiende una mano y acaricia la mejilla de Emma. —No importaban las miradas. No importaban los susurros —niega. —Solo importaba que tu estuvieras a salvo y feliz, y supieras lo muy amada que eras por tu madre y por mí —siente la mano de Emma limpiar las lágrimas que ahora ella está derramando. —Y tuve miedo, aun así. Tuve miedo todo este tiempo —Mike la acaricia el hombro y Beca mueve su mejilla para tocarlo. —Mi mayor temor era fallarles, y lo hice —suspira profundamente, tratando de deshacerse del nudo en su garganta. —Aún tengo miedo volver a arruinarlo.

—No lo harás —Emma le asegura.

—Ya no somos unos niños, mamá —Mike le asegura. —Está vez vamos a hacerlo todos juntos.

—Empezando por ayudarte a reconquistar a mamá.

—¿Ya sabes que le dirás? —pregunta Mike.

Beca suspira.

—¿Honestamente? No lo sé —responde. —Solo quiero que me dé la oportunidad de demostrarle que... —se detiene y piensa. —Que podemos hacerlo mejor —pone el auto en macha. —Que yo puedo hacerlo mejor esta vez.

Seventeen Again (Adaptación Bechloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora