—¿Qué haces? La edad para beber es de veintiún años —dice Jesse y le arrebata la lata de cerveza a Beca. —A menos que tu guía espiritual te de una identificación falsa, esta es mía —ella pone los ojos en blanco. Se sienta en uno de los taburetes frente a la isla de la cocina, y empieza a engullir toda la comida chatarra. —¿Y qué comes?
—Ni siquiera yo lo sé —responde Beca. —Me da hambre —se lleva la lata de crema batida a la boca —Todo el tiempo.
—Eso no es seguro ni higiénico —responde Jesse. —Ahora es tu lata y le pondré tus iniciales —ve a Beca toma la nutella y unta un poco de ella sobre un pan. —¿Y qué aprendió la nena en la escuela, hoy?
Beca se detiene y suspira.
—He descubierto que soy una mala madre.
—¿Qué dices? —pregunta. —¿Qué no todo está bien?
—Todo estaba fantástico —responde. —Para mí.
—¿Y luego? —Jesse hace una mueca al ver a Beca poner pepinillos sobre la nutella. —¿Luego qué?
—Luego descubrí que mi hijo lleva un año siendo humillado en la escuela —coloca unas rodajas de tomate sobre los pepinillos y busca la mayonesa. —Y vi a mi hija dar un beso de lengua a un tonto psicópata.
—Lo lindo de la escuela ¿no?
—Sip —asiente Beca y toma un paquete de doritos. —Pero creo que me equivoque con mi camino espiritual.
—Ah —Jesse levanta un dedo. —¿Y quién tenía razón? Te lo dije —la señala y vuelve a hacer otra mueca al ver como Beca colocaba rodajas de queso y jamón sobre su extraño sándwich. —Te dije que la escuela era la peor parte.
Beca niega.
—No, no, no —suspira. —La escuela está bien, pero no es sobre el basquetbol —sostiene su extraño sándwich y lo acerca. —Es para ayudar a Mike y Emma.
Jesse parece querer vomitar cuando la ve morder el sándwich y asentir como si realmente fuera una buena combinación. Dio otro par de mordiscos más y se sacudió las manos.
—Okay —susurra con la boca llena y se levanta de su asiento. Toma su chaqueta negra y mira a su mejor amigo. —Ya me voy —ve a Jesse indicarle que se limpie la boca y Beca se pasa una servilleta descuidada por los labios. —Mis hijos necesitas a su madre.
.
—Hola Jessie —Mike la saluda al verla acercarse.
Beca se detiene a su lado y Mike lanza el balón hacía el aro, logrando encestar con gracia.
—¿Qué fue eso? —Beca lo mira.
—Tres puntos —responde Mike.
Beca se gira y va por el balón.
—¿Puedes hacerlo dos veces seguidas? —pregunta. Mike atrapa el balón y lo lanza hacía el aro, marcando nuevamente. —Muy bien —Beca atrapa el balón. —Veamos como lo haces con presión.
Ella se quita la chaqueta y lanza el balón a Mike. Él se mueve con agilidad, y Beca se siente orgullosa cuando Mike hace un lanzamiento perfecto y encesta.
—Oye, eres bueno. Deberías estar en el equipo —dice. Luego, siente que la realidad la golpea. —Deberías estar en el equipo —repite y lo señala. —Te inscribiré en el equipo. Eso es —asiente. —Eso resolverá las cosas.
—¿De qué estás hablando? —Mike pregunta confundido.
—Nada. No —Beca niega y escuchan el claxon de un auto.
Beca entrecierras los ojos y se cruza de brazos, sabiendo que era Chloe.
—Eso fue divertido —escuchó a Aubrey. —No había ido a la hora feliz como en semana y media.
—Aubrey, te agradezco mucho —dice Chloe y Beca sabe que está un poco ebria. —Esto es justo lo que necesitaba.
—Ay, excelente —asiente Aubrey.
—¿Cuál Beca?
—Sí, ¿Beca qué? —repite Aubrey. —Jamás oí nada de ella.
Mike ve a Beca distraída y le lanza el balón a la cabeza.
—Auch.
Chloe se detiene y se gira para verlos.
—Hola mamá, ella es Jessie —dice Mike. —La bastarda del tío Jesse.
—Woow —dice Chloe.
—Sí —Mike asiente y hace una mueca. —Alguien tuvo un hijo con el tío Jesse antes de su transformación —agita sus hombros. —Iugh.
—¿Todo bien? —pregunta Beca al encontrar a Chloe mirándola fijamente. —Señora, Mitchell.
Chloe se tambalea un poco.
—Sí, bien —responde.
—Es señorita, niña —dice Aubrey. —Señorita, Chloe, no lo olvides.
Chloe no presta atención y se tambalea hasta estar frente a Beca.
—Ah, si —murmura. —Woow —atrapa el rostro de Beca. —Woow —pasa las manos por sus mejillas y las estira. —Te pareces a mi esposa ¿no lo creen? Mi exesposa. Es tan raro.
Beca quiere reírse, pero las manos de Chloe en su cara no se lo permiten.
—Sí, es muy raro.
—¿Qué es esto?
—Oh, Chloe —Aubrey se acerca y atrapa un brazo de su mejor amiga. —Chloe, necesito que vengas. Ya suéltala.
—La viste, ¿no?
—Sí, claro —asiente Aubrey. —Sí, si la vi.
Beca mira hacía su hijo y se contiene la sonrisa.
—Es linda —asiente.
—Necesitas dejar en paz a la chica —escucha a Aubrey mientras ella y Mike juegan un poco. —Sácala de tu cerebro y vámonos. Sé que necesitas el duelo en una relación, es muy natural.
—Oye —Chloe la detiene con su voz ebria. —Aguarda, oleré su aroma.
Aubrey la atrapa a tiempo.
—No, no —niega. —Amiga, amiga, amiga —logra hacerla retroceder. —No se permite oler a adolescentes. Tienes que escucharme ¿quieres? Las cosas son así.
—Sí, las cosas son así —asiente Chloe. —Pero tienes que reconocer el hecho de que es idéntica a Beca de adolescente en la escuela.
—Ya discutimos esto, tengo que mirarla —Aubrey señala. —Pero, querida, la cosa es que tienes que salir con alguien nuevo.
Beca se detiene y siente su corazón acelerarse ante la idea de Chloe en brazos de otra persona. Siente la ira burbujear hacia Aubrey y no ve cuando Mike lanza el balón que cae cerca de su cabeza.
—Si —responde Chloe. —Merezco tener alguien que me sonría y que me diga que soy bella.
—Lo eres —Aubrey asiente.
—Aunque lo único que quiera sea llevarme a la cama.
Beca detiene el lanzamiento y niega levemente, sacando la imagen de su cabeza.
—O a cenar —dice Aubrey. —Pero si, lo haremos. Te encontraremos una nueva pareja —el balón cae en el brazo de Aubrey y Beca se siente satisfecha al escuchar su grito. —Auch, eres una tonta.
Beca se acerca por el balón.
—Perdone —dice sin remordimiento. —Creo que estaba distraída —Beca siente como Chloe le toca la mejilla. —Y creí que Mike estaba escuchando que su madre, quien aún está casada —recalca y esquiva las manos curiosas de la pelirroja. —Planea salir con cualquiera que planee tocarla. Si esto fuera Afganistán sería arrastrada por la calle con ovejas y le cortarían las manos —alza las manos inocentemente. —Solo digo eso, Audrey.
—Aubrey.
—Me da igual.
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Seventeen Again (Adaptación Bechloe)
FanficA los 37 años, Beca Mitchell no ha llegado al éxito que todos preveían cuando en el instituto era la mejor y la estrella del equipo de baloncesto. Luego de varios años siendo periodista de deportes no ha podido ascender en su trabajo, no posee una...