ENKELI

CAPITULO 3

¿Yo la joven más afortunada del reino? Seguía en shock y sin poder creerlo.

Me encontraba en este cuarto oscuro con solo un espejo y la luz de la luna, se suponía que este cuarto era para despedirse de la familia cosa que yo no tengo. No se cuanto tiempo ha pasado, siento que van horas.

-¡D!- volteé a la puerta y Cora iba cruzándola

Nunca había estado tan feliz de verla, salte a abrazarla.

-Dime que fue un error y que me vas a sacar de aquí

-Lo siento nena, eso será imposible, de verdad no se como paso esto, tu nombre nunca debió de aparecer ni en las listas y menos en el cofre.

-¿Quién pudo ponerlo ahí? ¿No fuiste tú cierto?

-¿Qué? ¡No! Yo jamás hubiera podido hacer eso y tú lo sabes

-Tienes razón, perdón es que esto es demasiado- mi cabeza iba a explotar, esto no podía ser cierto.

-Señorita Dionne Alez, es hora de irnos-un guardia acababa de entrar

Abracé a Cora lo más fuerte que pude, le pedí que me despidiera de Ralo y René y seguí al guardia hacia mi nueva vida.

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Comenzamos a caminar por pasillos oscuros y enormes, sentía como si nunca se fuera a terminar, lancé un suspiro en señal de cansancio

-¿Algún problema señorita?

Sí, ya no aguanto mis pies, me estoy muriendo de miedo y para rematar sigo sin saber que hacía mi nombre en ese maldito cofre, claro que solo lo pensé

-No, lo dijo, fuerte y claro- tierra trágame y escúpeme en Grecia, por favor.

-Perdón- sentí la sangre subir hasta mis mejillas

-No se preocupe, sus pies ya van a descansar porque hemos llegado

-Giles hasta que llegan, llevamos 10 minutos esperándolos

-Si perdóneme su Alteza es que...

-Sin excusas, ya están aquí- el príncipe Malak estaba frente a nosotros y detrás otras dos puertas de oro- vamos que mi familia te esta esperando- estiro la mano, pero sentí que era más una orden que una invitación.

-Gracias Giles- ya que el principito no tenía modales yo si le iba a agradecer, era lo mínimo que se merecía, él solo inclino su cabeza.

-Con permiso señorita, su Alteza

Camine con Malak porque sino era capaz de mandarme matar

-Perdón por el retraso es que me estaba despidinedo de mi amiga Cora y...

-Basta, no quiero escuchar sus excusas, no me importan, vivirás en mi casa, pero eso no quiere decir que tengamos que cruzar palabra o vernos.

Tras esas frías palabras le ordenó a los guardias abrir las puertas y detrás de estás estaba la familia real esperando, nada intimidante.

-¿Dionne Alez, supongo?- el rey Aenes se acercó y tomo mis manos, asentí porque de mi boca no salía palabra alguna- pues bienvenida a la familia, por un año, permite presentarse a mi esposa la reina Adara- igual la reina me tomo de las manos, me dio un beso en cada mejilla y un abrazo corto, junto con un susurro que no interprete muy bien- ellas son mis hijas, las princesas Aldora y Ambrose- ambas me tendieron las manos y me dieron un beso en cada mejilla- él es mi hijo menor el príncipe Alexander- este me guiño un ojo y me beso mi mano- y él es mi primogénito, el príncipe Malak