CAPITULO 2

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Al entrar fue lo mejor que mis ojos habían visto en toda su vida, tanto lujo, joyas, brillo, todo estaba impecable, como si alguien hubiera pasado los último días trabajando día y noche para que todo estuviera perfecto.

-Un poco extrovertido ¿no?

-Nada que la realeza no pueda pagar, vamos por aquí.

Cora me guió hacia unas escaleras las cuales parecían infinitas, pero al fin logramos llegar, frente a mi estaban dos puertas enormes de plata y al extremo de estas 2 guardias, quienes las abrieron en cuanto Cora y yo nos paramos frente a ellos. Al abrirlas había un balcón con dos escaleras a los lados, los cuales llevaban a la pista del salón, Cora quería que cada una bajará por un lado, pero me conozco y se que haría alguna babosada así que le rogué que bajáramos por el mismo lado.

-Yo no se porque no te tienes confianza, todo esta en esa pequeña cabecita humana tuya, te ves hermosa, créeme que si siguiera en mi etapa lésbica te daría duro bombón.

-¡CORA!- abrí demasiado los ojos y casi caigo

-¿Qué? Vivir tantos años y no experimentar sería pecado

Sonreí y moví mi cabeza de lado a lado, esta mujer no cambia.

-Bueno, ahora a disfrutar y conseguir algo de carne para clavarle estos hermosos bebés- Cora se fue tras un tritón que vio, algo de una noche como ella dice.

Así que yo me quedé sola, oficialmente, decidí ir por un ponche y algún bocadillo comestible para humanos

-Así que, una pequeña humana desprotegida en una gran fiesta como esta ¿algo de compañía, hermosa?

-Primero prefiero ser comida por pirañas, antes de que me muerdas.

-Wow tranquila fiera, uno queriendo ser buen amigo y me salen con esto.

Me volteé y ahí estaba mi mejor amigo, Ralo.

-Ay ¿lastime tu pequeño corazón de perrito?- puse un puchero y mi mano en el corazón

-En primera, soy un hombre lobo, no un perro y no, no lastimaste mi corazón, solo mi ego- esto último lo dijo en susurro y sé que creyó que no lo escuché, pero decidí que siguiera creyéndolo, ya era mucho para un perrito indefenso- Bueno y esa ancianita tuya, ¿Dónde esta?

-Cora fue detrás de su presa de esta noche- comenzamos a caminar- pero no te preocupes campeón, caerá en tus patitas peludas al final- le di una palmada en el pecho y le guiñé un ojo.

-¿Qué? Yo no la quiero, imagínate estar dormido y que te succione cada gota de sangre- puse una cara de horror- no gracias, paso.

Rodeé los ojos por como se llevaban estos dos, nos sentamos en unos sillones al lado de la pista de baile.

-¿No se supone que la familia real debería estar aquí?- no había visto a ningún miembro de esta, al fin y al cabo era su fiesta.

-Siempre llegan unos minutos antes de dar el nombre de la joven que se quedará con ellos- Ralo comenzó a explicarme- y después se quedán algunas horas y se marchan, excepto el príncipe Alexander, él siempre se quedá a tomarse unas copas, convivir y escuchar los suspiros de todas.

-Y ¿Qué hay del príncipe Malak?- no sé porque, pero sentí curiosidad de saber más sobre él.

-Pues verás Dion, el príncipe Malak es...- deje de escuchar a Ralo porque algo capto más mi atención, comenzó como un cosquilleo en mi nuca, pero se fue extendiendo por todo mi cuerpo hasta llegar a mi pecho donde paso a sentirse como una gran bola de fuego la cual exige salir de mi interior a como de lugar. -Hablando del rey de Roma, parece que lo invocaste- no entendía a que se refería Ralo hasta que lo vi

ENKELIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora