CAPÍTULO UNO

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Capitulo uno:

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Capitulo uno:

Lessons:

Mi cuerpo se siente débil a medida que voy corriendo por la larga calle. Mis pies amagan con tropezar entre sí y mi cabeza palpita del dolor. Maldigo por tomar la decisión de venir hoy al palacio a cenar con Benjamín y su familia.

Benjamín, un niño mimado, rico y extremadamente caliente. Hijo del rey de Inglaterra y heredero de una fortuna. Mi madre prácticamente me obligó a conocerlo y aquí estoy. Con mi vestido negro por los tobillos, mi cabello negro recogido en una coleta baja, mi rostro sin una pizca de maquillaje y mi cartera pequeña y vieja en mis manos.

Toco el timbre esperando impacientemente, estoy de mal humor por no dormir lo suficiente y que Benjamín abra la puerta con una sonrisa plasmada en su rostro me molesta en demasía, pero lucho por sonreír y demostrarle amabilidad.

— Hola Cariño— amaga con darme un pequeño beso en los labios que me corro dándole la mejilla—. Olvide que nada de besos hasta el matrimonio. Lo siento. Pasa.

Nos adentramos en el gran palacio, está de más decir todos los lujos que hay dentro. Todo decorado de tonos dorado y blanco, con la elegancia y los lujos se ven desde lejos. Me conduce hasta el gran salón donde el presidente y la primera dama están agarrados de la mano de pie esperando mi presencia.

—Excelencia —hago una leve reverencia hacia ellos que sonríen felizmente saludándome con educación. Respondo a cada abrazo y saludo, junto con sus preguntas normales y demás.

El almuerzo transcurre con anécdotas y preguntas algo molestas para mi aunque me limito a fingir que me agrada su presencia.

Héctor, el rey, toma una copa de su vino costoso y me mira con sus ojos oscuros —¿Cómo está tu madre Ava?

—Muy bien su majestad. De hecho este día iba a acompañarme aquí, pero tuvo algunos planes de último momento.

—Oh que pena. Hubiese sido un gran placer tenerla en la cena— ocultó su sonrisa con la copa de vino y su mujer lo regañó con la mirada.

Mi móvil Lessons comenzó a sonar con una melodía dulce y para nada molesta, me disculpe levantándome de mi asiento yéndome a un lado a atender el llamado.

—¿Cómo te está yendo? —la molesta voz de mi madre se escuchó por el parlante.

—Bien madre, al menos antes que interrumpas el almuerzo.

Bufó — Necesitamos el apoyo de Benjamín y Héctor para las elecciones Ava, no lo arruines.

—No lo

—Sí lo harás, tú siempre arruinas todo. No fastidies y sigue mis instrucciones. Se digna hija de dios. Y Ava por favor intenta no deshonrarnos, además estate derecha y esconde tu maldita panza de elefante —siento un nudo en el pecho.

Reinado Infernal  [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora