CAPÍTULO NUEVE

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Ava Lessons

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Ava Lessons

Ya es la mañana siguiente, me la pase en la oficina trabajando, mis parpados amagan con cerrarse solos y aunque tome litros y litros de café nada funciona. Luciano a mi lado duerme como un bebé, tiene sus lentes a punto de caerse, sus mejillas aplastan sus labios dándole un aspecto tierno, sus pestañas son largas y sonrió al verlo tan indefenso.

Luciano es mi mejor amigo, lo conozco desde siempre y como ya he dicho juntos levantamos el imperio Salem. Es todo lo que tengo, no solo mi amigo, sino mi hermano. Lo apoyo y me apoya en cada locura, aun recuerdo cuando salió del closet, le tenía tanto miedo al que dirán, su padre era un militar homofóbico, pero su madre es una bella mujer que lo acepto sin dudar.

Comienza a abrir sus ojos lentamente percatándose que lo miro, me hago la dura carraspeando y desviando la mirada hacia otro lado, me susurra unos buenos días a lo que respondo con un asentimiento.

Ed aparece en la puerta con una sonrisa matutina —Buenos días su señora. Vengo a informarle que la avioneta privada de la escuela aterrizó hace dos minutos.

Asiento colocándome los zapatos con elegancia. Tomo mi cartera y voy rumbo a la mansión. Debo despedirme de mis chicos, aclararles que esto es un castigo y una enseñanza a la vez, no pueden continuar con sus travesuras como cuando vivían en la calle, ahora son mis niños, y la gente de Hela Queen no es cualquiera.

Entro por la puerta trasera y todos forman una fila con un bolso a su costado, menos el más pequeño y el niño que más me interesa. Subí las escaleras buscando pro toda la mansión a Lisandro Oliveira, la servidumbre me ayuda, pero aun así no logramos encontrarlo por ningún sitio.

El piloto me advierte que en diez minutos despegara y con total simpatía le respondo que se va cuando a mi se me de la puta gana.

Ordeno a cada guardia que lo busque y reviso las cámaras de seguridad por si huyó, no nada, ni un rastro de él, como si se hubiese esfumado asi porque sí.

Entonces lo recuerdo, los pasajes secretos, las estatuas. No tengo ni idea el como sabe de ello, pero sé que esta allí. Camino hacia la escultura de afrodita y le bajo el dedo, se corre hacia un lado dejando unas escaleras de vidrio a la vista.

Bajo lentamente alumbrando todo con una linterna, toco el interruptor que deja visible toda el área subterránea. Lo veo parado allí, tiene lagrimas en los ojos y un puchero marcado. Frunzo el ceño, esta rodeado de cocaína, heroína, venum, y miles de drogas más.

—¿Qué haces aquí, Lisandro? —pregunto llevando mis manos a la cintura enfadada.

Él llora —No quiero irme, y-yo no he hecho nada malo —solloza.

Sé que es verdad, Lis quiere estar conmigo cada vez que me ve, a Luciano lo adora en demasía y se ha encariñado con cada soldado. Se acoplo mucho a nuestra forma de vivir y es un niño que comprende a la perfección todo lo que ocurre a su alrededor.

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2021 ⏰

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Reinado Infernal  [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora