Capítulo 1

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El celular no paraba de sonar. Lo mire. Tenía veinte llamadas perdidas de Justin. Todavía tenia el descaro de llamarme.

Desde hace un tiempo las cosas no iban tan bien entre nosotros. Habíamos tenido varias discusiones, al punto de que ya estaba cansada de tanto pelear. 

El amor es más fuerte que todo esto. Pensé. O al menos eso creía.

Volví a colocar el celular en la mesa de noche, pero volvió a sonar. No iba a parar hasta que contestara, lo sabía. 

Solté un suspiro y tome la llamada.

—¿Por qué no contestas mis llamadas?— la respiración un poco agitada de Justin se escucho del otro lado. 

Me quede en silencio.

—Sé que estas ahí. Puedo escuchar tu respiración.

—¿Qué quieres Justin?

Trate de sonar lo más seca posible. Quería que sintiera un poco de mi indiferencia.

—Hablar contigo.— soltó obvio.— ¿Qué ocurre bebé? Discúlpame por no haber despido antes. He estado ocupado.

—Pero no lo suficiente para andar tirándote fotos con muchas de tus amiguitas. ¿Verdad?— espete claramente molesta.

Me había pasado toda la mañana tratando de comunicarme con él. Pero nada. Hasta que entro a Instagram y sorpresa. Se había pasado todo el día con dos de sus amiguitas. Me había dicho que iría al médico con su hermana menor.

—Lo siento por no haber respondido antes Madison.— volvió a disculparse.— Eran cosas de trabajo. Ya te había dicho.

—Soy tu jodida novia Justin. Esa es tu excusa de siempre. Casi nunca tienes tiempo para mí.

Él sabia ya a donde iba. 

—Tan solo es mi amiga Madison.

—¡Eso dicen todos!

Gruñí quejándome.


(*)

Justin.

—¡Eso dicen todos!— acusó. 

Hace un tiempo la mayoría de nuestras conversaciones tan solo se habían comenzado a basar en celos y peleas de parte de ella. No me consideraba un santo, porque si tenía que admitir sentía uno que otro momento de celos de los hombres que se le quedaban mirando y tratando de coquetear con ella. Pero ella simplemente a veces excedía un poco sus limites. No podía ni siquiera hablarle a mis compañeras de trabajo, porque según ella, eran tentaciones que tenía que evitar. 

Era desesperante muchas veces.

—¡Es tan solo una foto!

Solté un suspiro pesado tratando de controlar mis emociones.

—Ese no es el tema Justin. Me habías dicho que irías en la mañana con tu hermana al hospital. No que saldrías con esa cualquiera. Me mentiste.

Podía visualizar su cara a distancia. La conocía perfectamente.

—No te he mentido. Sí he ido al hospital en la mañana. Pero después me han llamado para una reunión de imprevisto. Sabes que son mis responsabilidades Madison. Se me ha pasado el día ahí.

—¡No me veas cara de estúpida Justin!

Celos absurdos. 

Nunca le he dado motivos para nada. 

¿Por qué seguía con ella? 

La amaba demasiado.

—¡Solamente te amo a ti Madison! ¡Te lo he dicho muchísimas veces! ¡Nunca te he dado motivos para que dudes de mi!

Solo escuchaba su respiración.

—¡Te molestas por cualquier tontería!

—¿Sabes algo Justin? Te puedes ir a la misma mierda. Tú y tus amigas. Últimamente tan solo me mientes. Me haces perder el tiempo. Tú no vales mis penas. Puedo conseguir a alguien que lo valga más que tú.

Sin más colgo. 

¿Había escuchado bien?

¿Me había terminado en pocas palabras?

Solté el celular y me senté en el piso. No sabía en qué momento algunas lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Sus palabras siempre habían tenido un gran efecto en mí.

Las palabras no te lastiman. Solo lo hacen si vienen de alguien que realmente te importa.

¿En serio ella pensaba de esa manera? ¿Eso he sido para ella?

Necesitaba desahogarme. Ella ya no estaba para mí.


❝Necesito que vengas a mi casa. Es urgente.❞ — Justin.

❝¿Qué ha ocurrido? Voy de camino.❞ — Ryan.

❝Te cuento aquí.❞ — Justin.


Media hora después Ryan ya estaba aquí.

—¿Qué te ha ocurrido hermano?— preguntó a la vez que me miraba fijamente. Seguro tenía el rostro rojo.

—Madison.

Él asintió entendiendo todo.

—Nuevamente. Adivino. Sus celos fuera de control. 

Asentí. Él era el único que sabía de mis problemas con ella.

—No sé qué más hacer en realidad. Esta vez no ha sido igual. Me ha dicho cosas que nunca pensé que saldrían de su boca. Ella no es así.

—Los celos te ciegan amigo.

—Me ha dicho que no valgo la pena. Que puede conseguirse a alguien mejor que yo.

Él me miro sorprendido.

—Vaya mujer...

Le di una mirada dejándole saber que no siguiera su oración. Ella podía ser lo que sea, pero no aceptaba que le faltaran al respeto.

—¿Al menos terminaste con ella?

Negué.

—No lo sé. No me lo ha dicho directamente. Pero tampoco no sé que significan sus palabras.

—Hombre, no puedes seguir así. Madison ha pasado la raya esta vez. ¿Piensas seguir de esa manera? ¿Con sus celos enfermizos? Su relación se basa en tan solo peleas y reconciliaciones. Todos sabemos que esas cosas no funcionan. Aunque duela aceptarlo.

—Son dos años juntos. Lo sabes.

No quería tan solo tirar dos años por la borda. No era justo.

—Lo sé. Pero por lo que veo esto va de mal en peor. Solo quiero lo mejor para ti. No quiero que sigas sufriendo. Eres como mi hermano menor. 

Asentí lentamente. Lo entendía. Tenía mucho que procesar.

—Ahora me tengo que ir. Tengo cosas que hacer. Mañana me cuentas.

—Gracias Ryan.

¿Lo mejor será darle fin definitivo a esto?


I wish you would ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora