18 || ¿Un intercabio navideño? Que original, Rapunzel

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Los piratas y sus pericos se quedaron atrapados en el pasado, en el siglo veintiuno existen los marineritos con patos

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Los piratas y sus pericos se quedaron atrapados en el pasado, en el siglo veintiuno existen los marineritos con patos. (Al rato le vas a entender).

Llegamos a diciembre y ni siquiera me di cuenta cuando. Fue en abril, una semana después de su cumpleaños, que Anna cortó su carrera así como cortó su pastel y ahora estamos más cerca del aniversario. ¿Sería prudente hacer una fiesta por eso? Me pregunté. Digo, a Susan le encantaría.

Hablando de ella, estaba bien. Le dieron incapacidad en el trabajo porque, lógicamente, terminó en silla de ruedas, no por la razón que ella hubiera querido. Aún no sabía si Hans y mi amiga iban a decidir salir algunas veces más o ahí la iban a dejar. Estuvo entre mis propósitos de año nuevo averiguarlo.

Mi negocio de vender cremas iba bastante bien también. Me hice de clientas en el trabajo y hasta en el hospital aunque a mi novio el doctor no le encantara la idea de que le vendiera avonn a sus pacientes, sus compañeros o simplemente que ponga un pie en el hospital. Dice que me he vuelto un mal augurio.

Incluso pensé en renunciar a mi trabajo de lo bien que estaba ganando de vender cremas. No me mal entiendas, no me había aburrido, solo pensé que quizá los horarios, las responsabilidades y todo eso no eran para mí. Tal vez sería más feliz si fuera mochilera o freelancer, ya sabes; ser tu propio jefe. ¡Mentalidad de tiburón!

Cuando descarté la idea de dejar mi empleo, decidí enfocarme un poco bastante en ese aspecto de mi vida, ya que Anna, Kristoff y los personajes de relleno en esta historia, y en todas, se regresaron al campo. Me sentía un poco distante hacia Andy y ni siquiera sabía por qué; era en serio cuando le decía que no tenía nada cuando me preguntaba que por qué estaba molesta. No estaba segura de porque estaba molesta o si lo que sentía era molestia, era solo que la escena de la sala de espera se repetía constantemente en mi mente y necesitaba espacio para superarla, no era que él hubiera hecho realmente algo malo. Pero no se lo iba a decir, él tenía que saber.

Decidió alejarse un poco, sabiendo que yo regresaría a él cuando se me hubiera pasado lo que sea que tuviera, y con el paso de las semanas me fui sintiendo mejor. La energía de Rapunzel fue una gran ayuda, era como que me olvidaba de todo por un momento y solo me concentraba en sus anécdotas. Todo fue perfecto hasta que se le ocurrió la increíble y muy original idea de hacer un intercambio de navidad.

—¿Qué le regalas a la RH gruñona de tu trabajo? —Dejé las llaves en la barra de la cocina.

—Es por eso que en el hospital no hacemos intercambios de navidad; son absurdos.

—No le digas a Rapunzel que los intercambios de navidad son absurdos si aprecias tu vida. —Hice una pausa—. O al menos tu paciencia. —Me miró extrañado—. Te lanzará reproches y miradas despectivas, tu nombre pasará a ser ahora algo completamente ridículo que rime con "Grinch" y, por si fuera poco, pondrá a todos en tu contra convenciéndolos de que eres un amargado que odia la navidad y hace galletas de pescado.

Teaming up w Jackson Frost | 02 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora