-Capitulo 2-

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Luego de la rutina mañanera de un día sábado se me dio nuevamente la libertad de salir y disfrutar del día, caminando por los enormes jardines de mi particular casa tratando de despejar algo mi mente de tantas agobiantes clases de modales y siendo así acompañada por mi dama de compañía la cual siempre mantenía su espacio y su velo en su rostro cuando pare en seco mirando con desdén los enormes terrenos que poseía mi familia buscando algo curioso o llamativo para matar mi aburrimiento, irónicamente mi madre se encontraba regando los rosales mientras que mi padre tomaba su café matutino.

- ... Nunca se amaron... Y nunca lo hará...

Pronuncio mi dama de compañia, la mire algo curiosa notando como su velo azul cubría su rostro, con mis manos hice que me mirara y le mostré una amplia sonrisa sin mostrar mis blanquecinas perlas, asenti.

- Lo se, los matrimonios por conveniencia son muy comunes al igual que son comunes tener... Amantes...

Dije con una mirada completamente seria soltando el rostro de mi dama, comencé a caminar nuevamente por el sendero de pavimento mirando los arbustos que nos rodeaban, para mi ya era algo molesto tener que aguantar las lecciones de modales como para tener que aguantar las lecciones de como aprovechar los bailes reales de mi dama, mientras ignoraba las palabras de ella un dolor intenso hizo que pare en seco, el corsé se había movido y estaba ahora mal colocado, bufe molesta y con ayuda de mi dama me lo acomode para segundos después escuchar los comentarios enojados de mi progenitora regañandome por aquella accion. 

- LAS DAMAS NO HACEN TALES ABERRACIONES!!

Dijo acercandose a mi y dandome un pellizco en mi brazo, instintivamente me queje haciendo que mi madre me siguiera regañando, ante esto me mando a mi recámara a estudiar nuevamente sobre las conductas adecuadas de formalizar mis argumentos y como ser la dama ideal para mi pareja; no iba a dejar que ese acto me impidiera hacer lo que amaba, me escurri con sumo cuidado hasta la biblioteca de mi casa y comencé a bajar aquellos libros que llamaran mi atención, uno tras uno los libros se apilaban a un costado mio indicando que había acabado con ellos.

Las horas pasaron haciendo que el sol del atardecer se colara por una de las enormes ventanas de la biblioteca, rápidamente coloque todos los libros en su lugar y corrí a mi habitación para así simular que estuve repasando mis lecciones con lujo de detalle, el sonido de la puerta hizo que mirara hacia esa dirección notando a mi nana quien me llamaba para la merienda, cerré el libro y me levante de la acolchada silla para bajar a comer en la terraza con mis progenitores, la merienda transcurrió normal haciendo que mi día sea particularmente "normal" a otros días.

¡¿A caso nunca va a pasar algo interesante en este lugar?!

"...Cuidado con lo que deseas... Puede que se haga realidad..."

ᒪᗩ ᗪᑌᑫᑌᗴՏᗩ ᗷᒪᗩᑎᑕᗩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora