-Capitulo 3-

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Nuevamente me encontraba sentada bajo aquel árbol lloroso, leyendo un libro que extrañamente mis padres habían concedido que me lo quedara para por lo menos ampliar mi conocimiento en la literatura vanguardista, la historia relataba una novela de ficción sobre tratos con Ángeles caídos y Demonios devoradores de almas, era un género que extrañamente me gustaba, consideraba este tipo de lecturas algo innovadoras y explosivas.

- Señorita Leonora creo que leer este tipo de libros hace que... Ya sabe... Una dama extraña...

- Lila... Basta, es algo irrespetuoso que hables así de mi, me haces sentir completamente cohibida por tus palabras... Si vuelve a ocurrir algo similar te reportare...

- Disculpe... No volvera a pasar...

Mi dama cerró la boca por completo las siguientes 2 horas que me encontraba leyendo por veinteaba vez aquel libro, mi sonrisa se ensachaba con cada palabra que leía lo que hacía que mi dama se estremeciera por mi ilícita sonrisa, pero a la vez se encontrará curiosa por lo que leía en aquel momento, sin duda alguna me gustaría compartir mi gusto por la lectura de ficción pero a veces es mejor guardarselo para uno mismo.

La tarde noche llego, estaba repasando unas cuantas obras que mi hermano mayor había escrito, era raro, casi nunca estaba en casa, por lo poco que me logro contar sobre sus Miles de viajes, era que el mundo exterior era fascinante para el ojo humano, era simplemente hermoso los diferentes colores y aromas que habían en cada una de sus paradas, a veces me preguntó cómo hubiera Sido mi vida como un hombre, recurrentemente solía compartír mis pensamientos a mi hermano el cuál no se la pasaba más que regañandome por no tener los pies sobre la tierra, el sabía que el hecho de nacer mujer en esta sociedad hacia que prácticamente no tuvieras ni voz ni voto, cosa que el desaprobaba ya que para el las mujeres eran igual e incluso más capaces que el hombre, pero quitando eso, recurrentemente mi mamá solía entrar al cuarto para corroborar que ni mi hermano ni yo estuviéramos haciendo algo ilícito, cosa que a veces era irritante, aunque viendo las cosas como están hoy en día no era sorpresa que dos hermanos hicieran dichos actos.

Tras horas de estar con el hablando de tonterías y mirando los Miles de regalos que me trajo de sus viajes bajamos a cenar, como era de esperarse mis padres se la pasaron alabando los Miles de trofeos y certificados que mi hermano mayor trajo consigo, por mi parte solo recibía regaños e insultos por el simple hecho de no ser una "buena" señorita, a veces sus comentarios me hacían perder el apetito, pero por respeto no me levantaba de la mesa sin acabar la comida de mi plato, tras unos cuantos momentos en silencio mi madre llamo nuestra atención con el ruido del tenedor chocando contra el cristal de su copa, todos algo desconcertados la miramos, ella acomodó su vestido y aclaro la garganta para mirarme con una sonrisa.

- Nuestra bella Leonora se irá dentro de unos meses al extranjero con la tía Isabella, ahí le enseñaran como ser una bella jovencita, no es eso maravilloso!!

Tragué en seco, ni siquiera se había tomado la molestia de preguntarme o si quiera la forma de decirme, mientras yo estaba hecha un caos interno mi padre comenzó a alabar la idea; mi hermano, por otra parte, se la pasaba mirándome con algo de preocupación, el me conocía lo suficientemente como para darse cuenta que ni siquiera estaba al tanto del asunto, con algunas palabras trato a toda costa de hacer creer a nuestro padre que era una completa locura, pero apesar de ello mi padre seguía maravillado con la idea, estaba tan inmersa en mi mente que cuando regrese a la realidad estaba tendida en mi cama, con la pijama puesta y apunto de dormir.

"...Si tan solo esto fuera un mal sueño..."

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2021 ⏰

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