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El castaño estaba la mar de cómodo estriado en aquel gran colchón, desde que estaba embarazado tenía mucho sueño así que era muy normal que después de que comiera se echará una siesta de una a dos horas, el pálido mientaras tanto iba ayudar a las personas mayores con los campos de verdura y frutas, cuando esté acabó llegó a casa - ya llegué...! - chilló para que el castaño lo escuchará

Cuando el pálido dejo algunas cartas que había agarrados del buzón encima de un mueble de la entrada se cayeron, cuando fue agarrarlos vio que debajo del mueble había polvo y hasta telarañas, rápidamente se volvió poner de pies y fue al salón, cuando llegó se encuentro con su novio dormiendo, aún que no quería despertarlo tenía que hacerlo ya que si no en la noche no dormiría - hermoso despierta, vamos hermoso... - el castaño empezó a abrir lentamente sus ojos

- que ocurre...? - preguntó adormilado mientras tallaba sus ojos

- hermoso cuando yo voy ayudar a las personas mayores en sus campos, tu limpias la casa? - el castaño se acomoda para sentarse en el colchón

- no, no lo haces tú en la nochecita cuando yo duermo? - el pálido negó

- no, desde que las personas mayores necesitan más mi ayuda no tengo tiempo para limpiarl la casa yo tampoco, tengo una idea...! Que te parece si contratamos alguien que nos limpié la casa? - el castaño abrió los ojos como platos

- eso estaría super! Así los dos podríamos hacer muestras cosas y no nos deberíamos de preocupar de limpiar la casa! - sonrió victorioso

- prefecto...! Pegaré papeles por todo el barrios con nuestra dirección solicitando alguien que no pueda limpiar la casa por las... ¿Tardes y noches? - sugerió el pálido -

- no, lo que nostros necesitamos es alguien que podamos solicitar su ayuda las veint i cuatro horas del día - dijo el castaño emocionado

- todo lo que quiera mi hermoso..! - el pálido beso los labios del castaño

El Emperador / 3TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora