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— ¡Buenas tardes! —grito el director para que los alumnos dejaran a lado su bulla— Me es un verdadero honor anunciarles que su compañero Yang Jeongin ganó el concurso de matemáticas a nivel nacional.
Los aplausos sonaron por todas partes, tenia quince años y todos sus amigos se la pasaban jugando en las tardes, en cambio él se entretuvo estudiando todas las vacaciones para sorprender a una persona en especial.
Su desilusión fue enorme al ver a Chris en un rincón, seguramente estudiando para su examen de admisión a la universidad, después de todo el mayor tenía diecisiete.
Jeongin paso de ser alguien temeroso a ser conocido como un chico lleno de talento, ganaba concursos de conocimiento e incluso se destacaba en otras cosas como baile o deportes.
Era popular, la gente lo conocía y decían tenerlo como modelo a seguir, los maestros como Lee hacían que pusiera a prueba sus conocimientos, aún con todo eso había un hueco y sabía que continuaría vacío, solo una persona iba a lograr llenarlo.
En la tarde su madre platicaba con la vecina pero ahora no tenía más compañía, desde que Chris cumplió catorce optó por quedarse en casa a hacer tareas y proyectos. En cuanto entró a la universidad fue peor, si antes lo veía poco ahora era un día con mucha suerte si lograba mirarlo al menos cuando salía para tomar el autobús.
Muchas veces Jeongin se quedaba mirando por la ventana sentado en una silla, a veces leía un libro o dos para mantenerse distraído pero no podía estar despierto por mucho tiempo. Cuando daban las diez su cerebro pedía un descanso aprovechando que era joven y no debía desvelarse por un trabajo o haciendo una tesis.
Fue un fin de semana donde Chris estaba sentado tomando un helado que aprovechó para hablar con él y ponerlo al tanto de su vida.
— Hyung —dijo emocionado arrimando una silla a lado del mayor para después tomar asiento— Mañana iré a una convención de literatura, el maestro Woo me dijo que si soy el ganador podré ir de viaje a Singapur.
— Eso es estupendo —contestó concentrado en su celular.
Jeongin hizo una mueca, parecía que le costaba mucho solo alzar la mirada.
— Y el martes voy a tener un partido de béisbol muy importante ¿Te gustaría venir? Tu mamá ira con mi mamá así que sería como en los viejos tiempos —sonreía muchas veces, la gente recalcaba que con su sonrisa podía iluminar hasta el más oscuro lugar como un sol, pero Chris al parecer se ponía mucho bloqueador solar.
— Veré si puedo, debo ir a arreglar unos documentos para que me den mi título.
Jeongin realmente no entendía por que no lo miraba a los ojos, si el amaba tanto los de Bang.
Incluso en su partido de béisbol sintió una punzada en el pecho cuando no lo vio en las gradas.
— ¿Que buscas Innie? Vamos a comer, hay mucha carne y pizza esperando por nosotros —ánimo su entrenador.
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